Este lunes se comenzaron a aplicar los aumentos de pasajes en el transporte público en conexiones interurbanas. En algunos trayectos periféricos a Caracas, los incrementos superan al 100 por ciento con relación a la tarifa que, más recientemente, se venía cancelando. La decisión no es casual. Ha sido planificada desde el Pentágono y la ejecutan en nuestro país los sectores más apátridas y reaccionarios que apuestan por el derrumbe de la Revolución Bolivariana y Chavista y del gobierno que preside nuestro camarada Nicolás Maduro.
En su planificación, la derecha fascista y proimperialista, ha establecido cálculos de acciones y reacciones tomando como matriz referencial la del 27 de febrero de 1989. En aquel momento, el pueblo hostigado económica y socialmente por la decisión neoliberal de perpetuarse en el dominio sobre nuestro pueblo y nuestras riquezas, especialmente petroleras, se negó a aceptar el paquete de medidas.
Recordemos que el pueblo trabajador, pobre y marginado, en 1989, estaba reaccionando con el llamado “Caracazo”, a unas pretensiones imperiales y del gran capital. Era una realidad de ahogamiento contra el pueblo que estaba respaldada por los gobiernos y partidos políticos del puntofijismo y, particularmente, por el presidente de entonces, el tristemente célebre Carlos Andrés Pérez.
Ese cuadro no es el de la actualidad. Aquí estamos ante el empuje de ejecución de un clima preinsurreccional y golpista, que ha sido planificado por el imperio yanqui, particularmente a través de sus aparatos: el Pentágono y la CIA. La asfixia pretendida contra Venezuela, y en pleno desarrollo, es de laboratorio y cuenta con mucho billete, con mucho dinero, con mucho capital en dólares, por el que se paga la logística y a los cuerpos de operadores, muchos de ellos provenientes del exterior y, particularmente, de las bandas de paramilitares y narcotraficantes que en el vecino país dirige el capo Álvaro Uribe Vélez.
El imperio está decidido a derrocar al gobierno revolucionario que preside constitucionalmente el camarada Nicolás Maduro. Es el objetivo que pretenden alcanzar, en una primera fase, con el despliegue de las distintas tácticas de guerra económica, mediática, de seguridad, que están en desarrollo contra el pueblo de Venezuela. Está previsto el despliegue de una guerra fratricida con “soldados de fortuna” pagados en dólares, muchos de ellos provienen de países vecinos pero, fundamentalmente, el mayor contingente es de colombianos.
Las empresas llamadas buitres van a establecerse en Venezuela, tal como lo han conseguido hacer de nuevo en Argentina y, ya antes, lo habían hecho con Paraguay y Honduras, con miras a lograrlo en Brasil y, definitivamente en Venezuela. Además, la política imperial juega a su perpetuación “democrática”, aprovechando la actual coyuntura electoral estadounidense en la que Barack Obama está obligado a dejar un precedente, que quiere sellar con sangre Nuestroamericana.
No alarmamos. Sólo llamamos a dejar de lado las ingenuidades y “desechar las ilusiones”, como diría Vladimir Lenin.
El aumento de pasajes (con Gaceta o sin ella, a veces son formalidades trampeadas a espaldas del pueblo) y otros movimientos perfectamente coordinados en esta estrategia de aniquilamiento de la Revolución Bolivariana y Chavista, constituyen un plan preinsurreccional.
Confiamos en las fuerzas del pueblo patriota, confiamos en nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, confiamos en la voz de mando de nuestro Comandante en Jefe, para la Defensa integral de la Patria, Nicolás Maduro. Pero, no debemos bajar la guardia ni un segundo. ¡Necesario es vencer!