La diabólica farsa electoral

Como lo sabe cualquier televidente de Globovisión o de algún medio
de comunicación igualmente imparcial, las próximas elecciones venezolanas
constituirán un nuevo y descarado fraude.

Naturalmente nadie ignora que todas las votaciones de los últimos años están
viciadas de nulidad. Lo del referendo revocatorio del 15/8/2004 fue una
trampa perversa y sin disimulos; tanto así que Ramos Allup ofreció presentar
pruebas al día siguiente. Si no lo hizo se debió a que era llover sobre
mojado. En cuanto a las elecciones parlamentarias, la abstención fue tan
marcada que la Asamblea Nacional no debería llegar ni a Congresillo de
Cariaco.

La diferencia entre los fraudes anteriores y la farsa electoral que
se prepara para el 3-D estriba en que, esta vez, la oposición ha hecho la
denuncia con tiempo de sobra, pues tiene pruebas al granel y por adelantado.

Baste con decir que en el estado Miranda aparecen 1.800.000
votantes inscritos con la misma dirección, o sea, viviendo en la misma casa.
A lo mejor se trata de la entrada a una cueva más grande que la del
Guácharo. El detalle que no cuadra es que en el REP de la circunscripción no
figuran tantos electores.

Por si fuera poco, la oposición ha presentado una prueba
irrebatible evidenciando que el oficialismo no respeta ni a los ancianos. En
el Registro Electoral aparecen más de 2.500 votantes que pasan de 150 años.
El detalle que no cuadra es que los electores centenarios de seguro no se
inscribieron ayer y por lo tanto no se trata de una trácala imputable al
CNE. Dichos ancianos deben haber votado, sin problemas de ninguna especie,
durante las elecciones de la conchupancia, cuando tenían más de un siglo a
cuestas. En aquella época, sin embargo, nadie hacía aspavientos por una
minucia como esa.

Por otra parte los rectores electorales se niegan tercamente a
proporcionar el listado con las cédulas y direcciones exactas de cada
elector registrado. Obviamente intentan evitar que los candidatos de
oposición les envíen cartas o tarjetas postales con criticas a Chávez.
Inclusive hay quienes piensan que lo hacen para que el embajador William
Brownsfield no se les presente cargado de regalos.

A todas estas, la demostración más fehaciente del fraude es que ya
Súmate conoce los resultados pues así lo revelan las encuestas de la CIA y
las computadoras del Pentágono. Todo indica que quien obtenga más puntos en la primaria será raspado por Chávez en la secundaria. No tendrá derecho a
reparación ni a ponerse una banda como la que uso Carmona Estanga en su
graduación como mandatario volátil.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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