María Corina y los 7 enanos

El ucase de Súmate había promulgado que el 9 de agosto se llevaría
a cabo el Gran Simulacro Nacional de elecciones primarias. Con la excepción
de algunas regiones inhóspitas, el territorio venezolano sería copado por
los glamorosos voluntarios criollos financiados por la NED de Washington, la
fundación Konrad Adenauer y el gobierno de Canadá. Éstos, entre otros
mecenas, costearían la estrategia aprobada por la Casa Blanca.

Por circunstancias ajenas a su voluntad el ensayo de votación
ficticia ya no resulta necesario. Los candidatos enanos que rodeaban a María
Corina Machado cual Blanca Nieves tropical no tendrán que concursar para
cumplirle el mandado.

En materia de simulacros la jefa de Súmate es toda una Helene
Curtis, que sí sabe de cabellos, porque es su especialidad. En la práctica
ha organizado firmazos írritos, referendos bufos y actos de prestidigitación
electoral desde que Chávez llegó a la Presidencia.

El primer simulacro consistió en hacer ver que aceptaban la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela con el rol protagónico
de las comunidades populares.

Simultáneamente simularon preocupación ante el deslave del estado
Vargas. El simulacro se convirtió en estupor cuando el gobierno nacional no
aceptó el desembarco de las misiones militares de ayuda estadounidense.

Acto seguido se camuflaron como demócratas para participar en
marchas, manifestaciones y apoyos a los pronunciamientos que, siguiendo el
libreto golpista, hacían los militares descontentos.

El gran simulacro llegó a su punto máximo el 11 de abril de 2002,
durante ³la carmonada², cuando la Machado y los demás sumandos se anotaron
entre los ³carmonafirmantes².

A continuación simularon la huelga o paro patronal a coro con
Fedecámaras y la CTV, para empatarse después en el saboteo petrolero. Tales
simulacros culminaron con un referendo de mentiritas durante el firmazo
chimbo en febrero del 2003.

Desde entonces Súmate sigue sumando simulacros que intentan
ridiculizar, desautorizar y sustituir al CNE, cuyos directivos deberían
acatar los dictados de la Machado.

A todas estas la propia Súmate es un simulacro de ONG venezolana,
pues funciona como instrumento del Departamento de Estado.

Ahora, tras el fracaso del Gran Simulacro de las primarias, simularán que no
existen garantías para participar en las elecciones presidenciales.

La gran simuladera se acabará el próximo 3-D, cuando la votación masiva les
impida descalificar la reelección de Chávez.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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