Jamás había visto que un sector pirrico político del país se atrevieran a profanar la semana santa a los venezolanos y extranjeros. Es que estas mentes oscuras no paran en su locura que cada fiesta sagrada y religiosa como las navidades se dediquen a sabotearla.
Cuántas veces lo han hecho desde el 2002. Sabotean vacaciones, navidades, festividades y ahora la Semana más sagrada de la población Cristiana.
Ya por ahi se puede evaluar el perfil psicológico de la dirigencia opositora. Individuos psicológicamente enfermos, como si hubieran hecho pacto con las tinieblas para llegar al Poder.
Personas decididas a arrancarle al venezolano toda esperanza de vida. Sabotearon toda la línea de producción y distribución de alimentos y artículos de primera necesidad disminuyendo la producción, desviando la producción, bachaqueándolo, acaparándolo y elevando los precios. Fue tanta la maniobra que dañaron todo para solo culpar al Estado.
Eso para matarnos de hambre, dividiéndonos y corrompiéndonos. Igual con los fármacos y con artículos de higiene personal y de limpieza. Todo en complicidad con empresarios privados y funcionarios públicos corrompidos para reventar las Misiones más sensibles como la de alimentación.
Sobre esa pervercidad cabalgaron aprovechando el malestar, desespero y confución de la población invisibilizándose los verdaderos protagonistas para que se culpara al gobierno, así logrando ganar la Asamblea Nacional.
Llegaron allí al Palacio Legislativo solo para proseguir su guión imperialista como era sacar a como de lugar al Presidente Nicolás Maduro en menos de un año. No lo han logrado.
En vista de que el Gobierno Revolucionario se ha enfocado a solventar con medidas extras en contra del desabastecimiento y la baja inducida, como parte de la guerra económica, los precios del petroléo, como los CLAP, la gira internacional como estrategia geopolítica para equilibrar la producción petrolera y la progresiva recuperación económica, se vinieron con todo para reinstalar el terrorismo de las guarimbas.
Ahora reflexionando sobre esa permanente actitud belicista y de odio en un sector de la población, me preguntaba porqué utilizar la semana Mayor para buscar encender las calles y ciudades.
Hasta dónde hemos querido llegar sólo por lograr beneficios egoistas de poder y beneficios. Porqué en vez de dirimir nuestras diferencias con respeto, el diálogo sincero con un espíritu humilde y de corrección nos vamos al permanente conflicto.
Yo vi a través de los Medios públicos un odio desmedido en gran parte de la juventud que a parte de ser tarifados, destilaban una violencia inusual en sus protestas.
Me sorprendía sus agresiones verbales y físicas contra funcionarios militares y policiales. Su capacidad destructiva contra bienes públicos y privados.
No se puede construir política de esta manera y mucho menos un país. Es que estamos tan ciegos que no nos damos cuenta de lo que hacemos. Hasta dónde se puede justificar tanto odio por intereses político de poder.
Quién ha envenenado nuestras almas, quién nos ha dividido tanto. Porque hemos hecho del asesinato un deporte y hasta quererle darle matiz político para medir el éxito o no de una política de seguridad para seguir atacándonos sin importarnos el dolor de los familiares en sus pérdidas.
Porqué el comerciante consciente de cómo perjudica al consumidor al especular con los precios, con intensiones políticas, enriqueciéndose a la vez como premio a su aporte de lucha.
Así hemos transformado la lucha política dañando al otro, golpeando su autoestima y afectando su salud.
Querido opositor, esto no es Amor a la Patria, esto es atentar contra el núcleo familiar, es como autoinvadirnos y destruirnos.
Tenemos que despertar, abrir el alma y los ojos. El cambio no es posible sino cambiamos nosotros mismos. ¡El verdadero cambio eres tú!.