Usted lo ha visto en estas dos semanas; Manuel Rosales, el candidato único de la oposición, único para sacar del juego al Conde del Guacharo, para desinflar a su expresión más baja cualquier aspiración de los demás candidatos que no se les ha unido a su comando de campaña. El candidato único que derribó a Súmate, dividió a Primero Justicia y lo poco que le quedaba a Acción Democrática.
Una candidatura extraña, usando algo del lenguaje chavista, imitando las misiones, usando las ideas de Chávez, movilizando gente desde el Zulia con los recursos de la gobernación que hasta ayer dirigía. El gobernador que demuestra ser el peor lacayo del imperio norteamericano impulsando el Plan Colombia a través de la siembra de paramilitares en nuestra nación, conspirando contra el estado en la división del Zulia, protagonista en la firma apoyando el golpe de Carmona Estanga, un personaje indudablemente marioneta de W. George Bush.
Sin duda alguna la oposición, aunque muy desesperada tiene bajo tierra su gran plan; éste arrancó con la fuga millonaria del otro delincuente Carlos Ortega y los hermanos Farías. Siempre escuché que es a partir del mes de octubre que la conspiración daría su arremetida, apuntando al saboteo de las elecciones sea a través de la retirada de los candidatos o la violencia.
El triunfo de Chávez y el proceso revolucionario socialista bolivariano en diciembre será un gran golpe mortal para el Pentágono, con los mismos efectos en que resulto el referéndum revocatorio. Si con el referéndum la oposición quedo desarticulada, con el triunfo electoral en diciembre quedará hondamente derrotado Bush.
Aunque todas las encuestas dan hasta ahora una consolidación popular del presidente Chávez en un 80% con una intención del voto en un 60%, la oposición persiste en continuar desestabilizando. Eso indica que ese sector solo obedece las ordenes del imperio ya que si la mayoría electoral y democrática de este país quiere un gobierno chavista, porque estos grupos persisten en mantener al país en tensión.
Ciertamente lo que es la guerra en el Medio Oriente para el gobierno de los Estados Unidos, un gran negocio, la desestabilización democrática en nuestro país es el gran negocio de la oposición. Esos personajes virtuales y mediáticos del oposicionismo engañan a sus seguidores con una lucha libertadora; mentira, lo que buscan es llenar sus cuentas del dinero extranjero. Ejemplo de ello es SUMATE, El Nacional, El Universal, Globovisión, El Nuevo País, los periodistas palangristas, Pablo Medina, Cabeza Motor, Marta Colomina, entre otros.
Es tremendo negocio estar contra Chávez porque es la única forma de mantenerse rico. Manuel Rosales es uno de ellos. Recordemos lo que hizo en las elecciones parlamentarias al sacrificar a candidatos de su partidito Un Nuevo Tiempo, por la abstención. Cuánto dinero recibiría. El problema está que el Estado les desmontó rápidamente la conspiración y quedaron mal ante la opinión pública. Tal vez lo repita otra vez pero lo que más el pueblo zuliano debe pagar, porque él quiere cobrar, es inmediatamente activar un referéndum revocatorio como gobernador. Con la derrota que va a recibir en diciembre o porque se retire de la contienda electoral, como pescado fresco el pueblo debe ir ya creando las estrategias para un referéndum revocatorio. Ese tipo tiene entre cejas separar al estado Zulia de Venezuela. Eso explica los paracos en el país, tener como asesor a López Cisco, ser candidato más relevante de la oposición.
Estemos alerta de las maniobras de la rancia oligarquía. No nos confiemos ni seamos tampoco triunfalistas, hay que salir todos los que amamos nuestra nación a votar por el proceso revolucionario. El 2007 debe ser el año en que se debe iniciar el avance del socialismo bolivariano en toda su dimensión. Ya por allí anda Pablo Medina a recoger firma para una constituyente; esa es la otra estrategia de Bush, ellos van agotando los cartuchos pero están allí sin desmayar, cuanto más nosotros debemos darle una derrota contundente para que con más de 10 millones de votos no les quede gana de seguir manipulando a su gente ni mucho menos al pueblo de bolívar.