El terrorismo seca el alma, seca la vida

Ante los sucesos de diciembre de 2016 en Ciudad Bolívar y lo acontecido en la sede de TransBolívar en Puerto Ordaz, el Gobernador Francisco Rangel Gómez, ha resistido con la serenidad y experiencia, conteniendo las pasiones que a todo ser humano se le avivan ante tamaño atentado contra el pueblo. Apoyando desde el mismo instante como un sólo hombre a los 300 trabajadores de TransBolívar, que mientras enfrentaron la saña del terrorismo, presenciaban y salvaban autobuses, las mujeres lucharon con pasión.

53 autobuses fueron quemados por el incendio provocado en la madrugada del 22/05/2017. El objetivo a consumar eran los autobuses BTR que transportan como un millón de ciudadanos diarios, desde su fundación, ha transportado un aproximado de 50 millones de usuarios.

TransBolívar es una empresa bien gerenciada, con trabajadores comprometidos con el pueblo de Guayana, como no han podido ni deben intentarlo, quemaron la reserva de 53 autobuses para hacer daño y amedrentar.

Hay actualmente trabajando 180 autobuses con eficiencia. Se valen los terroristas también de una intriga mediática con un argumento falso contra el Gobernador, como vía de escape para disminuir los efectos de una sucesión de sus errores y fracasos.

Transbolivar es una empresa tan competente que el terrorismo por no haber podido, ni podrá con todos sus intentos destruirla. Cometieron el peor error como autores intelectuales y materiales de una política terrorista.

Sabedores de que Transbolivar, es la prestación de un servicio con calidad, con un equipo heroico dirigido por nuestro camarada revolucionario mayor Julio Almeida, protagonista de nuestra revolución Bolivariana, al lado de nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías, es parte de los trabajadores comprometidos con Guayana.

Las unidades de TransBolívar están dotadas de aire acondicionado, de un sitial de honor para los adultos mayores, pues dio la satisfacción de asignar asientos propios, señalados de color azul, de librarlos del pago de pasaje. Cumple con su horario, pasa a la hora exacta, moviliza diariamente, como un millón de ciudadanos, guardando el respeto a la libre opinión de credo y de ideología.

Por esta razón, como usuario, comprendo que el terrorismo tiene como objetivo destruir a TransBolívar (es su enemigo político), y su fracaso es consecuencia de una irreflexiva e incesuda mente seca, de creer que no importa destruir el mínimo bienestar de un pueblo con tal de destruir al gobierno. Su objetivo ahora es desvirtuar y desviar la atención para tapar tan grande daño con la destrucción de 53 autobuses. Esta creencia fantástica los mueve con un argumento tan falso que se cae por su propio peso, cuando para el gobierno regional es todo un éxito la movilización de un pueblo que jamás había disfrutado de tanta comodidad; ahora el pueblo aprecia con sentido de las proporciones la presencia perturbadora de una clase de niños mimados, a quienes se les conoce como los guarimberos. Son hijos de papá que no trabajan, que vienen haciendo daño desde hace un tiempo contra toda obra que lleve el bienestar de un pueblo que trabaja, que usa con gusto el transporte público tecnificado, el uso de tarjeta electrónica que ofrece TransBolívar. Por lo tanto este atentado, fue la culminación de toda una escalada de estas mentes criminales del terrorismo cuando saciaron su violencia contra el pueblo, destruyendo 53 unidades de transporte público.

El grave error de estas mentes criminales es la confección de fantasías que al caerse, inmediatamente incurren en la comisión de otra fantasía, de otro error, para volver a cometer otro y otro error, propio de la obligación de rendirle cuentas a unos autores intelectuales y a una fanatizada jauría de seguidores que comparten el mismo error, por cuanto su objetivo es arruinar al gobierno así se arruinen ellos mismos, arruinando al pueblo, esta conducta los conduce a su propia destrucción.

Es la profundización de un terrorismo que el pueblo ha visto con sus propios ojos, porque si la situación del país es dura por la caída de los precios del petróleo, única fuente de ingresos a la que indebidamente nos hemos acostumbrado, el pueblo ve a esta clase de guarimberos como los responsables que agravan aún más la situación del pueblo, ahí está la disociación de tan tremenda fantasía, cuando talan hermosos árboles, los trocean y los atraviesan en la avenida Atlántico, un ejemplo, a la altura de El Guamo, esparcen toda la basura, la queman con cauchos, los autores intelectuales y materiales ven como a diario TransBolívar presta un servicio invalorable por su calidad a cientos de miles de ciudadanos que se incorporan productivos a un colectivo bienestar, es la verdad inaceptable, que cada incesudo sectario asociado en terrorismo guarimbado rechaza con tanta violencia contra revolucionaria, no quieren aceptar que las distancias económicas, sociales y culturales entre el pueblo y este individualismo reaccionario se acortaron, no pueden aceptar que la Gran Misión Vivienda y el transporte colectivo como TransBolívar son fuente de progreso social acorde con el contexto de la civilización global.

Lamentablemente, este extravío de toda una cadena familiar volcada a destruir, a atentar contra toda ética destruyendo su propio medio ambiente, sus espacios vitales, es una mutación contra natura. Es un no saber qué hacer, es no poder explicar racionalmente, por qué hay escasez de alimentos, es no saber explicar por qué no producimos, es una terrible adicción, a que todo lo suministra el petróleo, y la padecemos con mayor intensidad los padres y los que provenimos de las universidades donde aprendimos una excelente educación teórica, pero no aprendimos a fabricar un motor para fabricar los zapatos para ir al trabajo, o el jamón para comerlo con pan en el desayuno, o fabricar la máquina para hacer la harina de maíz, no darnos cuenta de esta verdad práctica, es lo que le ocurre al joven que alquila una pistola para atracar y arrebatar un celular de última generación, costoso en dólares, si fabricáramos las armas y los celulares, no las importaríamos ni las ensamblaríamos, las venderíamos, no habría tantos delitos violentos, esta es la dura realidad que exige un diálogo, para que hagamos todos un país que construya lo que necesita, distinto al de la adicción que el petróleo generó.

Los que hemos con serena reflexión encontrado esta realidad sin distinción de color político, estamos dialogando. Lo contrario, los que destruyen y afean nuestra ciudad se destruyen así mismos, se suicidan, son una expresión de los abismos del no ser, que se apropia y seca la mente, seca el corazón y de ese abismo sale, la furia de un impulso de destruir la vida de los árboles, y de llegar a más: no importarles que las redes transmitan como incendian la vida de un semejante. Ese no ser de no saber se manifiesta mostrando un rostro de una ciudad que no es. Ciudad Guayana es una Ciudad Hermosa. Guayana, es tierra de progreso, ha crecido con el potencial de los que amamos a Guayana. El respeto por el pueblo guayanés, y la consideración a su trabajo, hizo posible que el Gobierno Nacional presidido por el Presidente Nicolás Maduro Moros, honrara con su afecto al Gobierno del estado Bolívar que dignamente preside el Gobernador Francisco Rangel Gómez asignarle 30 nuevas unidades Yutong, en reparo a tan grande crimen cometido por los terroristas destructores. Tengamos presente, que el terrorismo, es la expresión más opuesta al gentilicio guayanés y de los venezolanos. El terrorismo es la expresión más diabólica de la condición humana, porque seca la mente y el corazón, incendia y quema todo el cuerpo, "La vida que es Dios".



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Hector Herrera Jiménez


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