A decir por las propias afirmaciones que han dado los principales voceros de la Oposición, y muchos reconocidos analistas que no ocultan su evidente preocupación, lo que está por suceder en Venezuela resulta escalofriante, y urge que la población venezolana tome conciencia de lo que temerariamente se viene tramando a sus espaldas.
El grado de locura y violencia que ha alcanzado esta suerte de demoniacas hordas de “terroristas” solo se ve superada por la suicida e irresponsable manera como un sector radical de la Oposición los viene pertrechando, no solo con su odio e intolerancia ancestral sino con un soporte logístico visiblemente millonario y descomunal.
Incluso han llegado al extremo, como sus pares del DAESH en el Medio Oriente, para sembrar el pánico en la población venezolana, de no tener reparos de incendiar, incluso, a seres humanos, a todo aquello que le “huela” a Pueblo o a chavismo. Macabra antesala de lo que hoy en día le están proponiendo al país una vez que logren sacar al presidente Maduro de Miraflores.
A pesar que insisten en afirmar que la crisis que hoy vive Venezuela resulta de “padre y señor nuestro”, de exclusiva responsabilidad del presidente Maduro, y sin injerencia extranjera de por medio, “cabos sueltos” demuestran lo contrario. Nada menos que denuncian y describen el desarrollo de una verdadera campaña de patrañas, totalmente truncadas y provocadas. Y que solo se desarrollan y han podido mantenerse en un reducido número de espacios, históricamente controlados por la Oposición (de los 335 municipios solo 7).
Estas recientes “manifestaciones pacíficas” que se llevan a cabo en Venezuela, convertidas en todo un sofisticado Reality Show que recorre diariamente al mundo, rebosan de espectaculares acciones y emociones, elementos que le garantizan la difusión y una pretendida objetividad. Experiencias pasadas, y el sentido común, nos llevan a dudar de todas estas noticias estéticamente bien elaboradas y cuyo magnetismo asombra y cautiva a todo espectador desinformado o desprevenido (muy al estilo Hollywood).
El marcado contraste y diferencia que salta a la vista entre las “manifestaciones” que suceden en Venezuela y las “revueltas” (como insistentemente suelen llamarlas) en otros países latinoamericanos, es asombrosa. Con parecida o incluso mayor intensidad estas últimas han hecho provocar suspensión de Garantías Constitucionales o Toque de Queda, y, en algunos casos, incluso amenazado con sacar los militares a la calle. Situación que ha estado lejos de pasar en Venezuela.
A pesar que nos estamos “muriendo de hambre”, como lo expresa nuestra leyenda en el exterior, el equipamiento hasta casi millonario que lucen estos “Manifestantes” (como católicamente los insisten en llamar) resulta de Película. Nada parecido como las que se ven a diario en las “revueltas” de aquellos países que, insistentemente, ponen como ejemplo y catalogan a sus economías como “ideales” (México, Argentina, Brasil y Colombia) y ejemplo para Venezuela.
Cascos de Alpinismo o de esos que parecen haber salido de un Súper Bowl, Máscaras Anti-Gas propias de las Fuerzas Especiales, Cámaras Go-Pro, Guantes, Lentes, Hondas y toda una gama de importados y costosos “pertrechos” para este tipo de “guerra urbana”, en un país que supuestamente no tiene para comer, son contradicciones que comienza a levantar las lógicas y correspondientes suspicacias.
Todo un escenario dispuesto y necesario para una nueva fase, una nueva fase en que las piedras serán sustituidas por las balas, y los muertos no escatimarán las cifras que necesitan endosarle al gobierno (como lo sucedido en cada país que EE.UU. ha llevado a la Guerra). Un “incendio” de dimensiones apocalípticas que se propagará por cada rincón de Venezuela, y no respetará hogares ni instituciones.
Nefasta realidad que ya no necesitará de insumos ni escenografías, y que nada tendrá que “envidiar” a la suerte que otros países han tenido que pasar por este sangriento protocolo que, hace décadas, impone el Departamento de Estado norteamericano a aquellos países que poseen riquezas parecidas a las de Venezuela.
Estrategia que la Oposición no ha consultado con nadie, ni siquiera con los que le están haciendo el trabajo sucio. A pesar que abierta y sanguinariamente buscan una Guerra Civil, ese sector de “críticos”, que ahora abiertamente condenan al gobierno por catalogarlo antidemocrático y dictatorial, no han hecho ningún tipo de exhortación o crítica.
No asombra su actitud ya que esta ha sido una constante obligada en este tipo de estrategia llamada “Golpe Suave”, que con el mayor cinismo el Departamento de Estado norteamericano abiertamente la ha expresado en documentos hechos públicos. Actitud cobarde y limosnera que realmente pone en “tela de juicio” el supuesto patriotismo y chavismo de su pensar…