Genealogía y rumbo del terrorismo opositor

La política que le ha venido imponiendo la oposición ha Venezuela es la misma que por medio del Daesh, el Isis, el Al-Nusra… el Departamento de Estado norteamericano ha logrado institucionalizar el horror y la violencia, como práctica y razonamiento político, en el Medio Oriente.

El horror perpetuo como mecanismo de sumisión y práctica política es el resultado que permite, desde el concepto: Estado Fallido, el uso y legitimación de la fuerza (desproporcionada) como único mecanismo de mediación y de interpretación de conflictos, y que permite el progreso hacia una fase posterior y última: la irremediable intervención multinacional.

Bajo este concepto, seudo legal, el imperialismo internacional se ha abrogado el derecho de intervenir "humanitariamente", con su poderoso aparato militar, Estados que no han logrado tener capacidad de frenar la violencia extrema y "mantener el monopolio en el uso legítimo de la fuerza".

Mediante organizaciones de asesinos sin ninguna vocación ni interés por someterse a ordenamiento jurídico ni democrático alguno, estos verdaderos engendros, cuidadosamente incubados por los imperialismos internacionales, son la mejor manera para conspirar, derrocar Estados e imponer gobiernos "títeres".

La siembra del horror mediante estas organizaciones sanguinarias, con el solo propósito de encontrar respuestas igualmente violentas por parte del resto de la sociedad (guerra civil), mermando la moral y legitimidad de sus adversarios (gobiernos), ha sido la estrategia fulminante para lograr obtener el petróleo de países que mantenían reconocido e incuestionable ordenamiento jurídico y solvencia democrática, sobre todo en los casos de Libia y Siria.

Con aborrecible e idéntica arrogancia se hizo lo mismo en tiempos de la conquista con nuestros hermanos originarios del continente. Una cultura que se pretendía superior (español), bajo la excusa de difundir el catolicismo, emprendieron una de las más crueles hazañas de exterminio jamás conocida hasta nuestros días, bajo el pretexto que eran pueblos bárbaros y salvajes (¿Estado Fallido?).

Haciendo de sus cruces verdaderas y mortíferas espadas, reclutando toda suerte de asesinos y mercenarios, se volcaron a adueñarse de las increíbles riquezas que estas tierras virginalmente escondían. Tantas que a la postre ofrecerían nada menos que el botín necesario para el surgimiento del capitalismo, y el posterior relevo y surgimiento de un nuevo imperio.

No resulta novedoso que el Departamento de Estado norteamericano ensaye estos procedimientos tan repugnantes y obligados en la historia de la Humanidad. Estrategia que la oposición viene practicando de manera, incluso, cartesiana. Al punto de adoptar en los escudos de sus hordas, la cruz con la que sembraron la devastación en las llamadas cruzadas, verdaderas purgas religiosas que cometieron a miles de kilómetros de sus tierras.

Preámbulo a lo que hoy en día abiertamente buscan establecer como comportamiento en el venezolano, a través de premeditados y desvergonzados procedimientos, sistemáticamente han venido preparando y acostumbrando a Venezuela a la violencia extrema que hoy sufre.

Aun resulta posible recordar aquel caso que sensiblemente escandalizó y perturbó a todo el país, y que los medios de comunicación privados prácticamente le impusieron un verdadero cerco "epidemiológico". El abominable hecho en que un individuo, ligado al partido Primero Justicia, descuartizó (cual "paracó" colombiano o yihaidista) a una señora (también ligada a la mud) por el solo hecho de haberle reclamado por las redes sociales el pago de unos dólares (obtenidos, además, de manera fraudulenta, por aquellas Casas de Cambio que desde Colombia impulsan la Guerra Económica, combatiendo nuestra moneda nacional).

Hecho que pretendió aparatosamente desvincularse de un trasfondo mucho más demoniaco y "gangrenoso", que es precisamente que los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular (sobre todo) han venido, desde hace algún tiempo, enviando militantes a Colombia para ser adiestrado e impregnados con las acciones terroristas en la que sus paramilitares (directamente entrenados por el Mossad israelí) suelen ser expertos y con suficiente experiencia en lo que hoy estamos (y aún nos falta) viviendo en Venezuela.

Las hazañas que harían temible el ahora dado de "baja" Picure, fueron vitoreadas y endulzadas por los medios de comunicación privados, al punto de convertirlo en un ameno y entretenido Robin Hood, al que aplaudían (y poco faltó que le gritarán Olé) cuando lograba "burlar", aumentando la cifra de sus asesinatos, los cercos que le tendían los cuerpos de seguridad.

Incluso personajes próximos a la oposición se dieron el trabajo de lograr manejar las redes sociales de este sujeto, para imprimirle motivaciones y razonamientos políticos (de clara adversidad al gobierno) a su criminal y escatológico prontuario.

Esta relación, incluso manifiesta, que mantiene la oposición con el hampa (común y organizada) le ha permitido encontrar en estos sectores, potencialmente aliados naturales, las "herramientas" para impulsar y mantener su Guerra Económica.

Difícilmente la casualidad puede ser tan estúpida como resultan aquellos que subiéndose a plataformas de estaciones y sub-estaciones eléctricas, están convencidos, que por una generosa cantidad de dinero que le ofrecen, bien vale la pena robarse los cables de alta tensión. Un poco de aluminio o cobre que no resultaría tan peligroso robar de los postes medios del alumbrado público. Pero que no resultan de interés para los que pretenden sabotear el sistema eléctrico nacional y los persuaden a tan suicida y descabellada acción.

El "bachaqueo", el contrabando de extracción, el paramilitarismo, y ahora quienes incendian vivos seres humanos, camiones de comida, atracan, asaltan y extorsionan desde sus Plastones, forman parte de sus tarifadas hordas, y que no tienen mayor intención que buscar que el pueblo, y sobre todo dentro de los sectores del chavismo, totalmente cansado del caos que realizan, les aplique sus propios medios y procedimientos para combatirlos. Un estado de indefensión que se agrava con la nefasta actitud de un Ministerio Público que insiste en crear un estado de impunidad que permite y promueve el que nos matemos entre nosotros mismos. Para fatalmente incursionar en el Estado Fallido que tanto buscan y necesitan instaurar.

Hoy más que nunca resulta urgente amarrar los locos de la oposición por medio de los mecanismos constitucionales que nuestro, aun saludable Sistema Democrático, nos ofrece. Hecho que el presidente Maduro ha venido haciendo, de ahí los últimos pataleos de ahogado brindados por la mud. Pero, más urgente y obligado se nos torna, amarrar a nuestros propios locos. De esto dependerá nuestra Victoria Definitiva.



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Waldo Munizaga


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