Los guetos se fundaron en Italia allá por el año 1516. Luego desaparecieron en 1797 pero reaparecieron en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, siendo el más famoso el de Varsovia, Polonia, que llegó a tener, según dice la historia, hasta 400 mil almas judías.
Después de la guerra desaparecieron pero ahora, gracias a la MUD y a su agenda violenta, se refundan en Venezuela. No acostumbro a usar mucho Wikipedia por la lección que sobre eso nos dejó Aaron Swartz pero encuentro que su definición de gueto se ajusta mucho a lo que he visto en Caracas: "Un gueto (del italiano ghetto) es un área separada para la vivienda de un determinado grupo étnico, cultural o religioso, voluntaria o involuntariamente, en mayor o menor reclusión. El término se empleó, originalmente, para indicar los barrios en los cuales los hebreos eran obligados a vivir y a permanecer confinados por la noche. El uso se ha extendido hoy a cualquier área en la que la concentración de un determinado grupo social es excluyente"
Este martes casi todas las calles de Colinas de Bello Monte estaban trancadas como parte de la agenda violenta de la MUD, con el fin de impedir la elección de la Asamblea Nacional Constituyente el domingo 30 de julio.
Como no es posible desvincular la historia urbana de los estertores de esta guerra interna, mientras caminamos sus espacios evocamos la naciente Colinas de Bello Monte, allá por los años 50’, de la mano de Inocente Palacios (planificador de la urbanización), de su socio italiano Antonio Lombardini, y hasta del mismísimo brasileño Oscar Niemeyer a quien Palacios le encargó un diseño arquitectónico aprovechando las colinas. Los más excelsos exponentes de las bellas artes no solo del renacimiento (Da Vinci, Miguel Angel) sino del Clasicismo (Beethoven), del Romanticismo (Chopin), también de la ciencia como Pasteur, Humboldt y Bonpland, dieron nombre a sus calles. Tan hermosa era esta zona que en 2005 fue declarada por el Instituto del Patrimonio Cultural como "Bien de Interés Cultural de la Nación".
Pero ya Colinas de Bello Monte no es ningún "bien", es un gueto donde sus habitantes viven hundidos en la suciedad, los escombros y la impunidad. Una zona de guerra adonde rara vez llega la Guardia Nacional o la Policía Nacional Bolivariana no sabemos si por falta de autoridad o por un laisser faire que puede ser más criminal…
Desde la avenida principal llamada Leonardo Da Vinci, hasta más allá de la Miguel Ángel, llegando a Las Mercedes, se veían este martes en cada cuadra sacos de basura, de cemento, de tierra, troncos de árboles, tapas de alcantarilla o cualquier objeto que sobra en las casas de los escuálidos y que gentilmente donan a la causa porque, claro, también se deshacen de eso sin costo alguno.
Vigilan de cerca hampones profesionales que incluso ayer impidieron el paso de una ambulancia cuyo conductor buscaba desesperadamente llegar a una clínica en Las Mercedes. Los carros iban y venían como por un laberinto. No había salida.
Caminé hasta más allá de Crema Paraíso. Sentía miradas sobre mí aunque la calle estaba sola. Barricadas cada 100 o 200 metros, pero sin gente. Un silencio que aturdía, el de quien sumisamente acepta el confinamiento o que lo justifica; el silencio del miedo que paraliza al que no se atreve a protestar. Un silencio impuesto, a juro, obligado, violando derechos humanos fundamentales como la vida, el libre tránsito, la recreación, el trabajo.
"Los guarimberos deciden quién muere", escribió hace poco en su cuenta de tuiter la periodista Madelein García cuando colgó el video del horroroso crimen de Héctor Alejandro Anuel Blanco en Lercherías, a manos de unos terroristas de la MUD.
Cerca de mi casa observé a esos "encapuchados" sacando libremente las tapas de alcantarillas. Si te detienes a verlos se molestan y con señas violentas te ordenan que sigas tu camino.
Las damas paseaban a sus perros de raza como si fuese la tarde de un primero de enero; los más viejos cuidaban las barricadas y a los encapuchados, que llaman cariñosamente "héroes" o "libertadores". Pasé por la estación del Metro que fue quemada la semana pasada y permanece cerrada. Curiosamente destruyeron el mural de Alí Primera que adornaba esa parada, no así el de Beethoven ni Mozart, hecho que nos indica el poco amor que le tienen a lo nuestro. Ya hace rato que no se ven los metrobuses que se estacionaban frente a Cine Cittá, y es usual caminar entre piedras, tierra y lodo, saltar guayas o alambres de púa. El alcalde de Baruta no trabaja y PoliBaruta ha quedado para transportar basura y tierra en sus patrullas.
Los negocios cerrados aunque una farmacia vendía a escondidas para evitar ser atacada por los pacíficos. Solo una franquicia de comida rápida estaba sirviendo al público y también a los terroristas que se tragaban un McFleurry de Bs 8.300, o bebían ron de la botella que luego usarían para las molotovs (la gasolina se las proveen los mismos vecinos que van y la sacan de los carros, eso lo vi también), mientras contemplaban su obra, la cual ciertamente, no será un David, ni la Quinta Sinfonía, ni el Claro de Luna ni la Mona Lisa, mucho menos una expedición científica y ni hablar de la microbiología. No. Esta gente quema, tala, destruye, odia y no aporta nada a la humanidad, solo sus imágenes de gran impacto mediático como sus escudos de cartón.
Así que de "Bien de interés público de la Nación", Colinas de Bello Monte es ahora un "gueto" gris (como una pintura de Hitler), sucio y maloliente pero a diferencia de aquellos de la Segunda Guerra Mundial, donde vivieron millones de judíos en condiciones infrahumanas, éste alberga a una burguesía adinerada y poderosa que aplasta a los que en silencio se oponen y que, de paso, también recibe el Clap…
Nota: Me llegan mensajes al guasap: la gente que vive hacia Caurimare y Colinas de Los Ruíces fue encerrada en sus urbanizaciones "con candado" pues cerraron las rejas del sector que está por la Policlínica Metropolitana y para poder salir o entrar deben pedir las llaves en las casetas de vigilancia. Y esto ocurre en otras zonas menos donde vive Leopoldo López o Freddy Guevara.