La oposición venezolana, habrá sido instruida y asesorada -o aconsejada- por estas falsas ‘centroderecha’ y ‘centroizquierda’ chilenas que promueven las desigualdades sociales, la dependencia económica y la corrupción?
Arturo Alejandro Muñoz
Hay una especie de calco histórico que permite reeditar -en un país o territorio- ciertos hechos acaecidos en un lugar distante en años ya pasados, pues la dramática realidad que hoy viven a diario pueblo y gobierno venezolanos resulta ser una obra que muchos chilenos conocen, específicamente aquellos que tenían uso de razón en el trienio 1970-1973.
En ambos casos (léase por favor: "gobierno de la Unidad Popular" y "gobierno bolivariano revolucionario"), ha habido también gruesos errores que abrieron puertas a reacciones contrarias a la voluntad de quienes deseaban para esas naciones objetivos emanados de un verdadero socialismo democrático.
Las dos principales diferencias entre esos procesos históricos son, a no dudar, el petróleo (versus el cobre) y las FFAA, que en el país llanero son leales a la Constitución Política vigente, no así en Chile, donde ellas en el año 1973 fueron "leales" exclusivamente a los dictámenes estadounidenses y a las órdenes de un mega empresariado que las usó como mano de gato para preservar e incrementar sus intereses económicos, y luego las olvidó, criticándolas, incluso, una vez llegada la democracia y los procesos judiciales.
El acaparamiento de productos esenciales , la administración subterránea de un extenso mercado negro, el corte criminal del traslado de mercaderías vía terrestre, el surgimiento de un proto fascismo que faculta, arma y financia a lo peor del lumpen para realizar centenares de atentados y violentar la paz, el manejo cínico e incluso antipatriota de los principales medios de comunicación en manos de poderosos consorcios derechistas, la solicitud abierta y descarada de la oposición a un gobierno socialista reflejada en la suplicante petición de intervención expresada hacia Washington y, como corolario de lo mismo, se produce el intervencionismo del imperio… todas esas verdades son, sin mediar duda alguna, las formas que utilizó en Chile el conglomerado Transnacionales-Derecha-Democracia Cristina para derribar el gobierno constitucional del doctor Salvador Allende.
Lo anterior, en palabras y situaciones más conocidas, debe entenderse como el desabastecimiento, el paro nacional de camiones decretado por el gremio de propietarios transportistas, los actos vandálicos y criminales perpetrados por la agrupación fascista ‘Patria y Libertad’, la sociedad asesina y delictual establecida entre el representante de los mega empresarios nacionales -Agustín Edwards- y Richard Nixon para "asfixiar Chile", el cipayismo de sectores políticos otrora progresistas que se dejaron manejar por empresas como la ITT (International Telephone and Telegraph), etc.
En Chile, una vez que la izquierda logó el triunfo democráticamente y accedió al gobierno, los pasos de la confabulación sediciosa de la derecha –unida a la Democracia Cristiana- se dirigieron hacia el golpe de estado que luego derivó en una barbarie asesina inconcebible. Tales pasos fueron similares a los que la derecha venezolana ha estado ejecutando.
HECHOS AL CANTO
Nuestra derecha es golpista, sediciosa, siempre lo ha sido. Desdeña el latinoamericanismo y adora depender del imperio del norte. Hoy muestra inusual apuro por constatar existencia de golpe de estado en Venezuela. Por ello es válida la pregunta: ¿la derecha llanera habrá sido instruida y asesorada -o aconsejada- por esta falsa ‘centroderecha’ nuestra que continúa añorando los años del pinochetismo salvaje? Es bastante probable que así haya ocurrido.
No es un despropósito suponerlo, pues en los últimos diez años han sido varios los ‘eméritos’ dirigentes políticos del duopolio –preferentemente de tiendas como RN y UDI- que visitaron Caracas para dar charlas al empresariado y a ciertos círculos muy específicos del aparataje político de esa nación, al parecer invitados por los mandamases de la oposición a Chávez, en su momento, y luego a Maduro. No olvidemos que nuestra "centroderecha" sí sabe de contubernios, sediciones y totalitarismos. En América latina ya hizo escuela, por ello parece necesario preguntarse en qué grado y medida está involucrada en las asonadas golpistas de la oposición venezolana. Porque de estarlo, lo está, y cabe poca duda al respecto.
Metido hasta las rodillas en estos asuntos se encuentra también nuestro conocido ex presidente de la república, Ricardo Lagos, quien en varias oportunidades ha sido invitado por gremios empresariales caraqueños para asistir a paneles y seminarios donde su palabra es la más esperada por el conservadurismo local. En una de esas visitas, junto al ex presidente socialdemócrata brasileño, Fernando Enrique Cardoso y al ex Primer Ministro (PSOE) español Felipe González (un parcito que en sus países pocos alaban), Lagos concurrió a participar en un panel organizado por empresarios y banqueros, todos ellos "anti-Chávez, anti-revolución", acicateado nuestro ‘faraón’ por el jugoso pago de US$750.000 a repartir entre los tres "panelistas", quienes fueron bautizados en Venezuela como "los encantadores de serpientes", verdaderos filibusteros al servicio del imperio. Para los socialistas chilenos, ello significó una nueva vergüenza.
No por nada la actual oposición venezolana propone precisamente a Lagos Escobar como posible mediador en la crisis política que asuela a ese país. Digámoslo sin ambages; si Lagos fuera de verdad democrático y objetivo en sus análisis y apreciaciones respecto de lo que sucede en la patria de Bolívar, la oposición jamás lo mencionaría como probable mediador. Eso indica que más de una vela debe llevar el ex presidente en las correrías sediciosas y delictuales provocadas por la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), que es la organización de la oposición oficial a Nicolás Maduro y al chavismo al interior de Venezuela.
Mi memoria no es tan frágil como para haber olvidado el ‘papelón’ que protagonizó el gobierno de Ricardo Lagos el año 2002, ya que junto a los ultraderechistas Presidentes de Colombia y El Salvador (Uribe y Flores), fueron los únicos mandatarios de Latinoamérica y el Caribe que dieron su visto bueno de manera sorprendentemente rápida al gobierno neoliberal fascista de Pedro Carmona Estanga, quien se había desempeñado hasta ese instante como presidente de la patronal Confederación del Gran Empresariado –Fedecámaras- y a quien se le apodó "el Breve" ya que su mandato sedicioso no alcanzó a durar dos días.
Lagos Escobar mediando en ese conflicto es algo tan inaceptable como que Tel-Aviv propusiera al sionista y ex ministro de Pinochet, Sergio Melnick, para ‘abuenar’ a las partes en la disputa Israel-Palestina.
¿Qué viene ahora para Venezuela? ¿Qué albur le espera a ese país y a su gente, si la oposición interna -junto a los obsecuentes sirvientes latinoamericanos de los dictámenes emanados desde Washington- rechazó la validez de la recién electa Asamblea Nacional Constituyente?
Ya supo el mundo del fallido intento de golpe de estado que pretendieron llevar a efecto algunos elementos radicales de la mencionada oposición atacando el Fuerte Paramacay, en Carabobo. Muchos chilenos recordaron de inmediato el "tanquetazo" del 29de junio de 1973… una acción planificada por el ejército para certificar cuál sería la reacción ‘bélica’ del pueblo izquierdista ante un golpe de estado, lo que dejó puertas francas a las FFAA para el golpe final del martes 11 de septiembre.
¿Algo similar ocurrió a comienzos de este mes de agosto en Venezuela? La secuencia de una planificación conocida indica que si la derecha y parte de la DC chilenas están involucradas en las acciones de la MUD, la asesoría a esa organización apuntaría al golpe definitivo. Pero, Venezuela no es Chile… esta vez pareciese que el gran invasor –el tío Sam- tendrá que actuar a cara descubierta y no a través de sus cipayos locales como lo hizo en nuestro país.