En el seno de la derecha venezolana no hay verdaderos líderes, pero un día los ricos de este país asumieron que no debían delegar el asunto político a otros, tal como sucedió en la era adeca-copeyana. Los ricos asumieron que no era tiempo para seguir patrocinando a políticos de oficio para que alcanzaran el poder y luego ellos controlarlos. Decidieron que tenían que ser ellos mismos quienes debían asumir las riendas de la política. Parece una confabulación gestada en un domingo familiar en el Country Club. Por eso la derecha es hoy un cónclave de castas familiares. La cuestión se reduce a un lío de familias que pese a seguir teniendo poder económico, aspiran ponerle la mano al poder político central, que una vez controlaron por interpuestas personas y económicamente se aprovecharon abiertamente. Lo que a continuación sigue no es secreto de Estado, como tampoco es teoría conspiranoica frenética de algún bloguero con mucha imaginación. Es información pública pero a la que los medios privados nunca hacen referencia. Veamos tres pequeños ejemplos por lo que no aparecerán ni Ramos Allup, ni Guanipa, ni Borges ni el cacique taparita Andrés Velázquez. Veamos.
Leopoldo López Mendoza: Sobrino-nieto del viejo Eugenio Mendoza, empresario que fue dueño de la Cargill, dueño de constructoras y contratistas que en la era adeca hicieron hizo una fortuna inmensa con negocios con el Gobierno. A lo largo del país hay urbanizaciones llamadas Fundación Mendoza, urbanismos privados para la clase media construidos por la empresa de esta familia. El viejo Eugenio también fue dueño del Banco La Guaira, Venepal y la cementera Vencemos. Esta familia es de la misma casta de los Mendoza de la Polar, quienes provienen de la línea del viejo Lorenzo Alejandro Mendoza Fleury, el abuelo del actual Lorenzo Mendoza que hoy dirige la empresa Polar; familia de Leopoldo López. Gran parte de la fortuna familiar del viejo Eugenio fue expoliada o extraída del país por esa familia, pues grandes empresas como Cargill y Vencemos pasaron a manos de consorcios transnacionales, o ser vendidas al gobierno con sobreprecio, para luego éste la vendiera a precio de gallina flaca a familiares de quien le la había vendido, era el modus operandi de la era adeca-copeyana, el supuesto dinero para la compra-venta recibido de préstamo del mismo gobierno se desaparecía en términos de días. La mamá de Leopoldo, Antonieta Mendoza, fue ex directora de Pdvsa y fue quien corruptamente financió desde ahí el nacimiento del Partido Primero Justicia.
Henrique Capriles Radonski: La familia de los Capriles proviene de Aruba, vieja casta de comerciantes y trata de negros en las Antillas. Su apellido Radonski proviene de su abuelo judío-polaco por vía materna. Al unirse ambas familias, hacen crecer un imperio donde figura la marca comercial de mayonesa Kraft, de cuyas acciones en Venezuela es dueño el papá de Henrique Capriles. También se hicieron de la red de cines Circuito Radonski, que compró muchos teatros en todo el país y evolucionó como la red hoy conocida como Cinex. También es conocida la fortuna de la familia Capriles por poseer, desde hace más de 30 años, contratistas y constructoras cuyos clientes, dados los vínculos y negocios entre los dirigentes del puntofijismo y estas grandes empresas, siempre ha sido el Estado venezolano, pues, como sabemos, en aquel tiempo quienes colocaban a los políticos en sus cargos empleados de esas empresarios. También fueron dueños de la muy afamada cadena de medios de comunicación conocida como la Cadena Capriles, la más importante del país, que fue vendida en 2013 a una transnacional de medios, quedándose los mismos Capriles como socios. La Cadena preserva el nombre de la familia. Panas de Leopoldo que venían del Country Club y seguramente hueledores de perico. Se le ve el abolengo a leguas. La asociación en negocios de los Capriles-Radonski con los Mendoza viene desde la época en que el viejo Eduardo Mendoza (el padre de Eugenio Mendoza), ministro durante el gobierno de Rómulo Betancourt, comenzó a hacer negocios con los Capriles Radonski a expensas de su posición política.
María Corina Machado, hija de Enrique Machado Zuloaga. Empresario, tiene mucho que ver con Guillermo Zuloaga, ex dueño de Globovisión y socio del Banco Federal, el cual se fue a la quiebra luego de fraude bancario contra ahorristas, fugándose del país con todo y capitales. Esta familia tiene verdadero "abolengo", rastreable hasta la época de la colonia, como bien lo dijo el mismo Guillermo Zuloaga con orgullo frente a las cámaras de televisión. El apellido Zuloaga es de origen netamente vasco, habiendo establecido su casa solar en Oyarzun (Provincia de Guipúzcoa, País Vasco) desde mediados del siglo XVII. Entraron a Venezuela en tiempos de la famosa Compañía Guipuzcoana (1730-1785) para el cultivo y comercio del cacao y del añil, principalmente, así como la trata de esclavos. Han estado metidos en la política y en el poder económico desde siempre. Las asociaciones de esta familia con el poder son múltiples, desde José Nicomedes Zuloaga, quien fue político en la era del presidente Julián Castro a mediados del siglo XIX, pasando por Ricardo Zuloaga Tovar, fundador de la Electricidad de Caracas, padre de Ricardo Zuloaga Pérez-Matos.