A mi sinceramente me cuesta hacer chistes, no me los aprendo, soy muy malo teatralizándolos, quedo en ridículo cada vez que no me entienden cuando termino de contar un chiste y los espectadores se quedan viéndome serios y preguntándome ¿Y entonces? La explicación del chiste es lo más trágico de mi incapacidad para hacer humor. Es una tragedia, pero lo expresado por encuestadores como Alfredo Keller ha resultado un consuelo tragicómico.
He optado por no contar chiste y asumir mi seriedad. Sin embargo hago seguimiento a lo que llamamos ”humor “ en los 60, 70, 80, pero como muchos de aquellos “humoristas” se fueron para el otro lado, se estigmatizaron y convirtieron en cliché aquello que nos parecía tan creativo, la filiación política degradante los opacó, sólo quedan como buenos e ingeniosos aquellos que mantienen y asumen su seriedad. Antes las características, los discursos, las poses de los políticos de la cuarta generación eran aprovechadas por los “humoristas” para hacer peripecias cómicas, eras verdaderas creaciones ingeniosas porque para encontrar un filón había que estudiar bien los gestos y discursos de los políticos de cuarta generación.
Todo ello se agotó, sin embargo hoy los actores son los descendientes políticos de la cuarta generación, gente que dice cosas cómicas sin darse por enterados de las risas que generan sus opiniones muy serias y arriesgadas sobre asuntos de intereses nacional, les paso lo mismo que a mi pero a lo inverso, que se ponen a explicar sus opiniones para que aparezcan muy serias y resultan increíbles, no por lo maravilloso, sino por lo no creíble. Me recuerda aquel adjetivo que calificaba a El Tigre Eduardo Fernández como El Hombre Increíble, y aparecía Fernández trajeado de héroe, con unos pantalones verde eléctrico apretados, verde aguada y una de sus manos alzadas en forma de garra.
Basta que abramos a “El Diario Increíble”, eso es El Nacional, y leer este titular: Keller pronostica empate técnico entre los dos candidatos”. No, no es mentira, es verdad, pagina A2 día jueves 2 de noviembre. Pero hay más Keller dice “que es muy difícil predecir el resultado de las elecciones”. NO, no aguanto más, es muy conmovedor, es patético.
Hubo un pensador de la ciencia cinematográfica en los años 20, que indicó que el actor de comedía que más hacia reír era el que mantenía su cara seria al terminar su discurso. Ciertamente creo que en estos tiempos de saturación del discurso político, de noticias serias sobre el acontecimiento nacional como las de Keller de una seriedad pasmosa y pavorosa, de la alta producción de malas noticias en los medios privados, de sacos y sacos de mentiras (oye que capacidad de falsear las realidades) de golpes y golpes al V Mandamiento (no mentirás) es decir de cansancio de la transformación de la información veraz; a los ciudadanos venezolanos no nos queda otra cosa que “escuchar” lo que dicen estos nuevos actores cómico como Keller decir lo que dicen y luego quedarse serio, para que uno suelte la carcajada y drenar la presión. Si tuviéramos en persona a Alfredo Keller, decir “Que hay una situación de empate entre ambos candidatos” y luego quedarse viéndonos la cara muy serio, tendríamos que aguantar la risa con los labios apretados (mucho cuidado aquellas que se orinan de risa) y seguir escuchándolo, muy serio decir “Chávez disminuyó de nuevo al 22%”, no aguantarían las ganas de soltar las gargantas y presionar nuestros ojos para seguir viendo a un Keller muy serio decir “La tendencia apunta más a un empate”, no por favor no aguanto más es la primera vez que alguien con su cara muy seria me ha hecho reír tan sabrosamente y privarme del carcajeo lloroso.
He descubierto una buena manera de pasar el día feliz, Señor Keller le agradezco mucho su opinión y el momento de felicidad que me ha hecho pasar.
Por ahora me conformo con escucharlo decir esas cosas, pero lo ideal seria pautar una presentación especial en el Teatro Teresa Carreño con la marquesina anunciando “Las Predicciones de Keller en Serio”. Yo estaría de primero en la fila porque hace tiempo que no reía tan bueno y sabroso.
Ciertamente es cómico!
