En el marco del proceso de elecciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pudimos constatar in situ y prácticamente en vivo y directo, muchas de las técnicas empleadas por las grandes potencias para lograr sus objetivos. En el caso que ocupa a Venezuela, observamos con interés el desenvolvimiento y acción de la diplomacia bolivariana y los avances que supuso para nuestra política exterior, en apenas siete años, alcanzar el respaldo sólido de ochenta países de la comunidad internacional, amén de las presiones con seguridad ejercida por los adversarios de la patria de Bolívar. Mas allá de estos elementos, quisiera destacar un hecho que generó, y en lo personal me generan inquietudes – más aún en el contexto de las próximas elecciones del 3-D – las declaraciones del Señor Embajador de los Estados Unidos, John Bolton, difundidas por los medios de comunicación. El Señor Embajador “se felicitó de haber conseguido su objetivo que era que Venezuela no consiguiera un asiento en el Consejo de Seguridad…”. Esta expresión requiere detenerse en ella para entender lo que de fondo significa.
En primer lugar, queda claro que el Objetivo Superior de Estados Unidos era entonces la Derrota de Venezuela, lo que no significaba que necesariamente estaban abogando por la Victoria de Guatemala.
En segundo lugar, y si esto es cierto, quiere decir que Guatemala fue un instrumento de los Estados Unidos en la consecución de sus Objetivos. Lo importante en todo caso fue que “Venezuela fue Derrotada” sin que, al parecer, importara mucho el rol de Guatemala.
En tercer lugar, se desprende una cierta convicción de desprecio contra Venezuela por haber sido “derrotada”, y por Guatemala al ser, de fondo, considerada un instrumento susceptible de sacrificio en procura del Objetivo Superior: la Derrota de Venezuela.
Ahora bien, se preguntarán ¿qué relación tiene esto con las elecciones del 3-D?
Si partimos de la visión instrumentalista y pragmática de las declaraciones del Señor Embajador John Bolton, y las asumimos como expresión de una doctrina de los decisores del gobierno de los Estados Unidos, podríamos hacer una analogía en la contienda Rosales – Chávez.
Lo primero que habría que decir es que en este caso en particular el Objetivo Superior no sería entonces que Rosales gane las elecciones, sino lograr por todos los medios -como se asumió en la elección del Consejo de Seguridad - la “Derrota de Chávez”.
Si esto es así, quiere decir que Rosales sería entonces un instrumento de los sectores radicales del gobierno de los Estados Unidos, susceptible –si es necesario– de ser sacrificado en procura del Objetivo Superior.
A mi me llama la atención que se viene hablando de un “amanecer rojo” y se ha hecho apología de dicha expresión a través de una pretendida iconografía en vallas, franelas y gorras del candidato Rosales. Me ha surgido la inquietud de alertar acerca de lo que puede ser un escenario nefasto y terrible y que Dios quiera no ocurra, según el cual atentar contra la vida del candidato Rosales podría ser el esperado “evento”, que tanto sugieren los medios de comunicación y personeros de la oposición.
Como denunciara Mario Silva en el Programa “La Hojilla”, hay una propaganda o promoción de RCTV, en la cual al momento de colocar el Logo del Canal, lo hacen con un efecto de “Disparo sobre una superficie”, y lo más grave es que el color de los disparos al impactar la superficie es Azul. Aunado a esto, a mi me sugiere el “sol rojo” colocado en una franela entre la frase “Atrevete”, un efecto de sangre sobre el pecho… Quizás el escenario es tenebroso pero prefiero alertar acerca del mismo porque así como hubo sectores que el 11 de abril de 2002, no tuvieron escrúpulos en conducir a las masas a una matanza salvaje en procura del Objetivo Superior, esos mismos sectores no vacilarán en hacer lo que sea por alcanzarlo en esta oportunidad, porque ellos si se atreven.
Alexander Yánez es politólogo y profesor universitario.