El ataque criminal por parte de la ambiciosa derecha nacional e internacional contra el Sistema Eléctrico Nacional, para desgracias de sus perpetradores y promotores, tuvo como efecto contrario que una vez más, este pueblo no se doblegó, no se entregó y lo mejor, sigue dando lecciones de dignidad, unidad estratégica y solidaridad concreta, ante las adversidades fabricadas, por aquellos que perdidos en sus frustraciones y complejos de clase superior auto proclamada, se asumen con el derecho de infringir daños en el adversario, aunque tenga que sufrir por igual las consecuencias de su obcecada maldad.
En ese orden de ideas, los detestables efectos de la crisis eléctrica fueron sufridos por chavistas y opositores por igual. Con la diferencia, que el Chavismo lució organizado en lo colectivo para la resistencia y el combate, y la derecha, desdichada, frustrada y rabiosa, no pudo entender lo sucedido y menos aún, hallar alternativas para sobrellevar la situación, pues su esencialidad individualista, no le permite la solidaridad, la cogestión y menos aún el sacrificio por el otro, cosa que de ordinario, es praxis ontológica en el barrio y las zonas populares del país, donde el poder popular ha alcanzado altos niveles de conciencia política, revolucionaria y combativa ante la adversidad.
Ahora bien, sobre el ataque es importante destacar, que desde antes de su ocurrencia, contó con la promoción y el auspicio de encomiados expertos opositores (Colegio de Ingenieros de Venezuela, Sindicatos Eléctrico Nacional, el Dip. Wiston Cava, demás "expertos" ex empleados de la empresa eléctrica) los cuales pronosticaron con lujos de detalles, el colapso del sistema eléctrico nacional, so pretexto, de una falta de mantenimiento preventivo y correctivo, que desbordaría en catástrofe.
Así, durante meses, desde los medios de comunicación se fue tejiendo una red de dudas sobre la experticia de los ingenieros y técnico de CORPOLEC, a la vez que, se desplego toda una campaña descalificadora de las denuncias del Ministro Mota Domínguez de un sabotaje eléctrico continuado, que a pesar de haber mostrado sus perpetradores (vivos y muertos).
En ese sentido, comunicadores sociales mercenarios de la Postverdad, hicieron galas de complejas conclusiones junto a presuntos expertos en la materia, los cuales, en la mayoría de los casos, por lo menos tienen 6 años, fuera de alguna praxis profesional de la ingeniería, la técnica o la tecnología correspondiente al ámbito eléctrico nacional.
Por supuesto, en una guerra como la que nos ha planteado la oposición, el objetivo más importante es liquidar la verdad que emana del Gobierno, y eso lo logra, con la participación de comunicadores a los cuales se les extravió el código de ética de su ejercicio profesional y lo sustituyeron, por un compromiso perverso con el caos y la destrucción de todo cuanto sea o se parezca a la Revolución Bolivariana. Unos lo hacen por despecho y odio al proceso, otros por dinero y posición en el futuro en un futuro gobierno, que según sus perversos cálculos emergerá una vez "derrocada la revoluciona".
Quisiera ser lo menos duro posible con los mensajeros y sus mensajes, pero, al hacer una revisión a los contenidos relatados por los espacio radiales y de TV de la derecha, destaca su carga de juicios de valor, racismos, xenofobias y del meta mensajes impertinentes a la paz, ya que, en ese colectivo afectado en su esencia periodística por el odio, es inadmisible, que algún profesional de la comunicación intente ser equilibra y veraz, pues su acción sería considerada una afrenta a la "Libertad de Información y al Libre Pensamiento".
Es importante decir, que a pesar de lo antes expuesto, en descargo de los profesionales dignos, existen muy honrosas excepciones de opositores que ejercen el periodismo con responsabilidad y respeto, (No los voy a nombrar; si lo hiciera los pondría a merced de las hienas con las que cohabitan por razones de trabajo, las cuales les despreciaría).
Adicionalmente, en el marco del desarrollo de esta guerra hibrida, la derecha ha conformado un comando de desinformadores falaces, con los cuales desde la madruga hasta el anochecer, en los más variados programas de opinión, farándula o deporte, sostienen el ataque contra el Gobierno del Presidente Maduro, la Revolución Bolivariana y todo cuanto se le parezca.
Como Profesor Investigador en Ciencias Sociales, sostengo que la Ciencia de la Comunicación es el estadio más alto de la civilización con el cual se expresa el saber y el hacer humano. No descarto en ese ámbito, las expresiones intersubjetivas que se derivan de la complejidad que implica toda aproximación a la realidad, pero en el caso venezolano, está demostrada, la intencionalidad por provocar reacción colectiva contra el Estado y el Gobierno.
Por ello siento mucha pena, vergüenza y decepción, por aquellos comunicadores, que sustituyen su muy bajo nivel ético en el ejercicio de su profesión, con ademanes y expresiones lingüísticas cartelizadas desde los Tanques de Pensamiento de la Ultra Derecha Conservadora, que sin ningún escrúpulo, imponen el Fake News, la Postverdad y la Plus Mentira como arma letal previa a las invasiones militares.
Como pueblo, hemos ganado esta batalla, con organización, lealtad, compromiso y comunicación efectiva a pesar de estas horas sin servicio eléctrico, sin internet y sin las redes sociales.
Se impuso la conciencia colectiva revolucionaria y la buena comunicación se abrió paso por la radio y gracias a ella, pudimos escuchar en vivo el reporte certero de lo sucedido por RNV y el sistema nacional de medios públicos y las infamias continuadas, de las estaciones de radio privadas, donde los sempiternos enfermos oposicionistas y sus desgastados relatos contra la Paz, malos chistes, comentarios ofensivos y mentiras sobre los hechos, se difundieron sin ningún impedimento.
Tal vez esa fue la razón por la cual ningún opositor serio, que los hay, responsable y consiente, salió a quemar, saquear y romper todo a su paso, tal y como lo esperaba la dirigencia comandada por el auto nombrado presidentito, sus tanques de pensamiento y sus medios aliados.
A ellos, los opositores, les reiteramos la convocatoria a la paz, el dialogo y la cordura. Venezuela es de todos.