En medio del apagón del pasado 22 de julio, que en algunas zonas de Caracas se extendió hasta el día 23, el autoproclamado Juan Guaidó (resulta que cuando metes Guaidó en el celular, el diccionario escribe automáticamente "Guiado" y por eso los gringos se equivocan al pronunciar ese apellido) celebró su fiesta de seismesino en la muy exclusiva zona de Las Mercedes, en la placita Alfredo Sadel donde montó un tinglado de colores para emular el gobierno de calle que es innovación de la Revolución.
Allí metió a su gente. Alguien me dijo que una dama encopetada le había llevado una torta para que apagara velitas, pero la autoproclamada Fabiana lo persuadió de que mejor no. Cumplía seis meses "en el poder", el cual solo ejerce ante la Asamblea Nacional en desacato y por obra y gracia de Estados Unidos. Hay que decir que los seismesinos son aquellos bebés que nacen a destiempo, y para poder sobrevivir necesitan ayuda externa, respiradores, incubadoras, etc. Exactamente lo que ocurre con "Guiado", quien vive por "respiración asistida", y por eso he dicho en otros artículos que lo suelten pa’ que se defienda.
En esa verbena se les ocurrió aprobar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, firmado en 1947 pero que entró en vigencia un año después en plena Guerra Fría. Venezuela, junto a Ecuador, Bolivia y Nicaragua, se retiró de eso en el año 2012, en una reunión histórica de la OEA celebrada en Cochabamba, Bolivia, en 2012. Los dignos Presidentes Chávez, Morales, Correa y Ortega, dijeron que había que "tirar al tacho de la basura" ese tratado.
Pero paralelamente a la "sanción" del TIAR (que "Guiado" recoge del basurero de la historia), EEUU dio un "ultimátum" al presidente Nicolás Maduro para que dejara el poder, como si eso fuese tan sencillo ¿y solo porque tú lo ordenas? Quizás fue el regalo para el "cumplemesino". Pero, además, un día antes del apagón, se denunció que un avión estadounidense violó nuestro espacio aéreo. Si analizamos bien las cosas, sin ignorar por supuesto las debilidades de nuestro gobierno en el problema de la luz y otros servicios básicos, encontraremos que todas las piezas encajan y que ciertamente el evento eléctrico forma parte de una nueva performance.
¿Y qué buscan con el TIAR? Que el Consejo Permanente de la OEA declare a Venezuela un peligro para la paz y la seguridad de la región y así justificar la "ayuda mutua" de los Estados miembros, que aislarían a su víctima previo a la aplicación de medidas que incluyen intervención militar.
Pero todo eso es una fantasía tipo Disney porque "Guiado" no es el Presidente de Venezuela, ni tampoco ejerce el control sobre el Gobierno.
Realmente todo ocurrió durante la hora loca de la fiesta-sesión de "Guiado", por sus seis meses "en el poder".