Juan Guaidó, sigue jodiendo al presidente Nicolás Maduro. Le robó grandes activos al Estado. Se robó a Citgo. Y se está robando en la mismísima cara de nuestro presidente, a TELESUR. Está a un paso de robarse el país. Y aquí no pasa nada. Aunque usted no lo crea. El miedo a los gringos ha sido tal que sólo alcanzamos a pronunciar palabras huecas por la televisión, mientras los traidores se están apoderando de todo, con la complicidad del imperio y sus lacayos latinoamericanos. El Comandante Chávez debe estar removiéndose en su tumba.
TELESUR es uno de los mayores legados del Comandante Hugo Chávez. Es creación de su mente integracionista. Es producto de su esfuerzo por liberarnos del monopolio de la información. Es su obra más sólidas y apreciadas en el mundo. Para mis adentros, pienso que el miedo tiene maniatado al gobierno revolucionario y a sus dos principales dirigentes. Y Guaido sabe que ese miedo existe. Y lo anima a seguir dándole leña al Presidente, con la anuencia de Henry Ramos Allup, el último representante de la IV.
Acción Democrática, es el partido político fundamental con que cuenta Guaidó, está viviendo del pillaje del diputado en desacato. Su líder está gozando una bola y parte de la otra. Eso es suficiente para que sigan recibiendo la lluvia de dólares que les viene del norte. Ramos Allup sabe que Guaidó es intocable. Es la tasita de oro que les provee muchos millones de dólares. Y que, además, se está cogiendo el país poco a poco. En las narices de Maduro, del Fiscal Tarek William Saab, del defensor del pueblo, de la ANC, del mismísimo Tribunal Supremo de Justicia, y pare usted de contar.
Sólo falta que le digan: "Señor Guadió, venga a Miraflores que le vamos a entregar a toda Venezuela, con su riqueza petrolera, con sus minas de oro, y TELESUR, junto al resto del patrimonio nacional". El pelele, como le han dicho desde el exterior, tiene un pacto con el diablo. Jode, jode y jode, a sus anchas, sin que haya fuerza que lo pare.