"La especie humana alcanzará
su grado más alto de conciencia
cuando cada pueblo sea capaz de sufrir
como propio el dolor de los demás pueblos del mundo."
Acto de Solidaridad con Cuba Iglesia Riverside,
Harlem, Nueva York, 8/9/2000."
Fidel Castro
La tarde de un domingo, me acerqué a un grupo de personas, quienes se encontraban esperando para evadir las trabas impuestas para no dejar amanecer en las estaciones de gasolina. La conversación se tornó muy amena, a pesar de las divergencias políticas; a todos los unía la angustia y la desesperación por proveerse del desaparecido e indispensable combustible; algunos ya habían caído en las manos criminales de los bachaqueros totalmente dolarizados, haciendo más pesada la carga de la grave situación económica. En medio de la tertulia, la noticia de la llegada de unos buques a cuenta gota, se regaba, como un chisme de barrio, motivando a uno de los presentes, quien largo una expresión, dejando a todos mudos, viéndose las caras sorprendidos ¡Si, Maduro soluciona este peo la popularidad se le va para arriba!
Mientras el problema se convertía en un drama en el más apartado rincón de nuestro país, desde el medio oriente –Irán–5 buques cargados de la solidaridad necesaria, desafiaban las embestidas del imperialismo, despertando los más variados comentarios; en primer lugar, porque por ninguna parte se vislumbraba la manera para desbaratar el bloqueo criminal impuesto por los gringos, apoyados en los dólares y el poder armamentista contribuyendo a la desidia y abandono de las refinerías; y la otra, tan preocupante o más que la primera, el peligro que significa el actual inquilino de la Casa Blanca, con sus endemoniadas acciones, al bloquear cualquier intento de país alguno al tratar de comercializar con el gobierno de Nicolás Maduro, y por lógica con Venezuela, sin importarle las consecuencias que esto acarrea.
Al poco tiempo de atracar los barcos frente a las costas venezolanas, se empezó a notar el movimiento en la comercialización de la gasolina con todas las fallas y errores, que significa implementar un método nuevo para acabar con uno de los servicios del estado venezolano más corrompido de los últimos años. Para nadie es un secreto que, guardias nacionales, policías, y muchos funcionarios de organismos públicos se presentaban, surtían tranquilamente, sacaban para vender en dólares, y nuevamente se instalaban en otras estaciones, dejando a centenares de amanecidos con la vista clara, rumiando tremendas arrecheras. Para suerte de la mayoría, el servicio viene mejorando, y la frustración de los usureros van a tener que digerirla con la misma gasolina, porque se nota a simple vista el desbloqueo que nos impusieron, y no sé, si la popularidad de Nicolás Maduro, ha subido o bajado, pero el Presidente sigue trabajando haciéndole frente a la pandemia, tan igual o más peligroso a la escases del combustible.
Esto viene a terminar con varios argumentos de los opositores, de esos que se regocijan atacando al gobierno; sin embargo, estamos conscientes que nada los va a satisfacer porque la "enfermedad" ha hecho mella en su descompuesto cerebro, y algunos han convertido la bulla, como los lobos en esas noches lúgubres con sus ladridos, que parecen trasmitir su propio miedo al silencio de la oscuridad, para luego dejar una calma aparente del que nadie se puede confiar. La más fiel representante de esa posición antipatriótica, es María Corina Machado, quien en cada intervención siente una profunda satisfacción al hablar, con sus vocabulario repetitivo: dictadura, agotadas todas las vías, y ahora le agregó el rechazo de plano el nuevo CNE, y por mucha vuelta que le da a su palabrerío termina pidiendo una INVASIÓN, y no me atrevo asegurar, si esto tiene algo que ver, con la fulana aquella, que se alboroza con los deseos de tener hijos de gringos catiritos con los ojos azules, a lo Donald Trump.