Cuando habla el presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, se le hace más fácil a la oposición poder decir algo que pueda sonar a coherencia. La ausencia de discurso y de acción de la oposición golpista la hace depender de las políticas de la Revolución y de las palabras del presidente Chávez.
Cuando ha habido esos silencios del presidente, la conspiración mediática se vuelve muy difícil. Es triste ver que la oposición surgida de la cuarta república es una cosa amorfa y carente de toda racionalidad. Hay que estar de verdad en una grave crisis comunicacional, para adoptar como líder de toda la oposición a Manuel Rosales o a Teodoro Petkof. Hay que estar bastante desesperados para ver en gente como Antonio Ledesma o como Ramos Allup al liderazgo que pueda tumbar a Hugo Chávez del poder.
La desesperación de la oposición ha llegado hasta el colmo de adoptar la causa empresarial de RCTV, como causa política y dejarse arrastrar por una mentira convertida en la olla mediática del supuesto cierre del canal de la mujer de Granier.
Son los dirigentes de la oposición los primeros interesados en que el presidente tenga abierto su programa todas las veces posibles para poder así conservar un nivel de discurso aceptable.
Ahora andan tratando de arrastrar a los estudiantes de las universidades privadas para que puedan hacer lo que no pueden hacer ellos por lo desprestigiados que están. Buscan que la gente de clases media obre irracionalmente al defender lo indefendible, como es el aumento de las matriculas en los colegios y liceos privados de nuestro país.
El día que no sale Aló Presidente, se desorienta la oposición y tiene que recurrir al Manual Desesperado de un Golpista, editado por los personeros del gobierno gringo. Se le cae a la oposición su discurso y su estrategia, porque no tienen discurso, ni liderazgo ni capacidad para volver a engañar a este pueblo otra vez.
Si se cierra por mantenimiento un teleférico en Caracas, esto se convierte en un tema de trascendencia nacional e internacional. Si hay un choque frente al Teresa Carreño, esa seria una buena oportunidad de echarle peste al gobierno revolucionario. Si hay una tranca en el puente sobre el lago de Maracaibo, esto se convierte en una conspiración contra el gobierno del Zulia.
Si Chávez viaja, va a regalar el petróleo y las riquezas del país, si no viaja, entonces quiere arruinar el país al no buscar y promover la inversión extranjera. Si va a Cuba, es para recibir instrucciones de Fidel y si no va entonces no quiere influir positivamente en la promoción de la democracia en este país caribeño.
Si no paga la deuda externa ha fracasado y si la paga, también ha fracasado. Si no se construye el viaducto a la guaira entonces no quiere al pueblo de Vargas y si se construye el Viaducto el presidente esta promocionando la invasión al litoral por parte de las hordas caraqueñas. Si abraza a una viejita es demagogo, si no la abraza es insensible.
La Constitución Bolivariana no sirve, porque favorece a Chávez y a su gobierno, por lo tanto debe ser reformada. Si a Chávez se le ocurre reformarla, entonces la constitución sirve y no debe bajo ninguna circunstancia ser reformada.
Si necesitan observadores internacionales para poder garantizar su fraude, pero si esa observación no les es favorable, entonces Jimmy Carter es un vendido y traidor.
Hable presidente por favor, hable bastante para que la oposición tenga de que hablar, porque Venezuela necesita una oposición que hable y que denuncie lo que deba denunciar. Hable y tirese una cadena aunque sea diaria, porque esta oposición necesita temas para fabricar sus ollas mediáticas y sus programas de opinión con sus charlatanes repetidos y sin discursos contundentes.
Si usted no habla señor presidente entonces ¿De que van a vivir los matacuras y los kikos, Miguel Ángel y las Marietas y cuanto operador de mentiras sale por las pantallas de la televisión y radio venezolana privadas y en los periódicos tarifados?
Hable señor presidente, para que estos personajes tengan algo que decir, aunque sea paja y mentiras. Hable y déle de que hablar, porque ellos y ellas también creen tienen derecho de poder interpretar sus palabras y torcerlas, para intentar engañar al pueblo con sus mentiras en el intento de tumbarlo o por lo menos sacarlo a usted del corazón del pueblo.
Hable presidente, porque también el pueblo necesita saber donde están los mentirosos y los que nunca ven las cosas buenas y los logros de la Revolución. Hable presidente para que por lo menos puedan llevar a un Embajador que no lo es a los programas de opinión y para que puedan seguir presentando a Marcel y a Federico en sus pantallas justificando su derecho a ser más ricos en prejuicio de los más pobres de nuestro país. Siga hablando presidente, porque cada vez que usted habla el pueblo los desenmascara y ratifica que no volverán.
Hable Señor Presidente, hable.
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