Sin embargo la oposición recientemente
se ha destacado por echar al hervidero público algunas
comicidades como la “del estudio del Instituto Venezolano de Análisis
de Datos (IVAD) llamado “Gestión de Gobierno y Expectativa Electoral”
en el que se evalúa la popularidad de los diferentes líderes del Distrito
Metropolitano de Caracas (DMC) y en el que se concluye que Leopoldo
López es el que tiene mayor aceptación entre los caraqueños, con
un 65,1% en contraposición del presidente Hugo Chávez que cuenta con
un 39,4% de agrado”.
No puedo, y ¿Leopoldo se creerá eso? a simple vista pareciera que la encuesta fue echa con la familia de López, exprimero justicia y ahora rosaleño.
Pero hay más de esta fauna de cómicos
por ejemplo los justicieros
Beto Borges y Enrique Ocariz en Plaza
Justicia.
Para poder entender esta crónica hay
que ver Plaza Sésamo la formidable producción audiovisual infantil
norteamericana-mexicana y conocer a Julio Borges y Carlos Ocariz,
también formidables personajes cómicos de la derecha venezolana a
quienes no le gusta decirse diestros ni siniestros sino ambidiestro,
es decir usan las dos manos, con una te pego y con la otro te sobo,
para entender mejor a estos comediantes.
He aquí una sipnosis de estos muñecos
o títeres originales de: Beto es el mayor, es sumamente responsable,
doméstico y analítico. Le gusta coleccionar corcholatas y clips, tocar
el trombón y jugar con su paloma. Normalmente lleva las de perder con
Enrique, quien se la pasa molestándolo entre juegos y bromas que siempre
van cargadas de un espíritu amistoso. Enrique es todo lo contrario
a Beto, vive el momento y no es nada aprehensivo, es excelente explicando
cosas y constantemente lo encontraremos envuelto en algún lío o resultando
víctima de sus propios chistes.
Entre Beto y Julio Borges hay un parecido
físico que no tiene parangón, pareciera que las cejas y la cabeza
del segundo fueron tomadas de modelo por los creadores del segundo y
algo del cerebro, aunque a mi modo de ver el conciente de Beto rebasa
el de Julio por aquello de decir verdades, ser auténtico y responsable.
En cuanto a Enrique y Oscar Ocariz, el
parecido es tan impresionante que usted puede quedar sorprendido, la
forma redonda de la cara y el pelo del primero, sorprende el parecido
de ambos personajes, que repito, los segundos parecieran los modelos
para los primeros, lo que no puede ser porque Plaza Sesamo data de principio
de los años 70 y los personajes cómicos de Primero Justicia nacieron
en esa década, ambos entonces eran niños y nada que ver con lo que
resultaron posteriormente.
Las tramas entre Enrique y Beto también
resultan parecidas a la relación dependiende de Ocariz con Borges,
los primeros no duermen hasta que no molesten a los segundos, Beto o
Julio Borges, es más paciente que Enrique o Carlos Ocariz que siempre
anda haciéndoles intemperancias a Beto o Julio Borges.
No estoy exagerando, física y temperamentalmente
los cuatro personajes que pudiéramos identificar como Beto Borges y
Enrique Ocariz, resultan un par perfecto para entramar dramas sencillos
que sean capaces de ser entendidos por niños menores de 5 años. Por
ello me remito a la producción que es transmitida por Discovery Kids
y que mi hijo disfruta tanto como yo cada vez que veo lo que los primeros
justicieros hacen en la televisión venezolana, ahora por cierto vetados
en Globovisión.
No creo que Ocariz y Borges, duerman
juntos como lo hace Enrique y Beto, pero es muy posible que en las giras
les toque compartir cuartos, que no camas, por lo que supongo que se
queden hablando hasta tarde como lo hace Enrique y Beto, hasta que el
segundo se queda dormido fastidiado por las conversaciones inconclusas
del insomnoliento primer títere, quizás como Ocariz, tratando de hilvanar
líneas políticas que deben ser aprobadas por Borges como jefe de Carlos
y que este no puede entender ni comprender, sino cumplir.
Tal cual Enrique y Beto, Ocariz y Borges
son personajes manipulables y dependientes de terceras manos, los primeros
sin las manos de un titiritero y el guión de un escritor no pueden
existir, al igual que los segundos sin los recursos de la NED, las directrices
del Partido Republicano y su fundación ni los guiones elaborados por
la Embajada de EEUU, no podrían existir.
Las acciones de Ocariz y Borges, distinto
a Enrique y Beto, tratando de realizar en algunos sectores populares
de las principales ciudades del país, al cambiarse el palto por camisas
arremangadas de marca, porque usar las de traky ni pensarlo, les ha
costado el sacrificio insoportable de tener que enzobocarse con negros,
indios y blancos pobres que con disgusto realizan, basta ver sus gestos.
En cambio Beto y Enrique siguen con sus comedias autenticas en la tv para niños, es la única diferencia que observo en estos personajes, lo demás es cuestión de observarlos y compararlos.
No voy a seguir caracterizando a estos títeres porque resulta mejor ver las evidencias de estos en la televisión donde aparecen con frecuencia, que de no ser por este medio no existirían, los segundos.
Los invito a ver Plaza Sesame en Discoverid kids, que resulta más edificante que ver Globovisión quienes tienen entre sus principales protagonistas a Enrique Ocariz y Beto Borges, cuando así conviene y Leopoldo López o Carriles Radonsky cuando pagan a la estación de Zuloaga y Ravell por la cobertura.
Queda por ver cual será el papel de
la hermanita de Enrique y Beto, que por cierto cuesta entenderla cuando
solo dice “ugli, ugli, glu, ugli” coincidencialmente muy parecida
a Liliana Hernández.