Miquilena alimentó la agenda setting que ya los medios de comunicación criollos sembraron desde que el pasado jueves el presidente Chávez anunció la compra del Banco de Venezuela y, paralelamente, fueron publicados en Gaceta Extraordinaria 25 de los 26 decretos-Ley.
Y es que las teorías de la comunicación raramente se equivocan y cada vez es más sorprendente cómo nuestros medios hacen jugadas de librito, precisamente para crear reacciones adversas en las masas más desprevenidas.
Mr. Miquilena nos recordó una de las teorías de Harold Lasswell, plasmada en su libro “Técnicas de propaganda en la guerra mundial”, de 1927, y la cual sigue vigente. Se trata de la célebre teoría de la “aguja hipodérmica” (evaluada por el periodista norteamericano Charles Wright Mills), también llamada “bala mágica”, mediante la cual se lanza un mensaje a la audiencia para inocularlo en la piel del receptor y así crear una reacción en cadena. Estas teorías surgieron a raíz de las Guerras Mundiales, cuando la propaganda política sobre la justificación de aquel holocausto era difícilmente internalizado por las masas. Por si acaso, ni Lasswell ni Mills eran chavistas.
La fórmula es fácil: "quién dice qué a quién, por qué canal y con qué efecto". El análisis es certero: Quién: Luis Miquilena (con todo lo que en sí mismo significa su influencia en los orígenes del actual proceso de cambios y su salto de talanquera); ¿Qué dice?: habla sobre la supuesta “emboscada”, la “felonía” del presidente Chávez y la publicación “entre gallos y media noche” de los decretos-Ley; ¿Por qué canal?, por Globovisión, por supuesto, el único que se encadenó en aquella letanía que luego los demás medios repiten hasta el cansancio; y ¿Con qué efecto?: sembrar dudas, desinformar y públicamente hacer llamados a la población para que se alce contra las decisiones presidenciales. El resultado es palpable, sólo hay que revisar las primeras planas de todos los diarios del país. ¡Comenzó la fiesta!.
Pero, además, Miquilena, quien también confesó ser antiimperialista (el único que le queda a la oposición) no sabemos si por sus “muchos años en el almanaque” como dijo, incurrió en una mentira abierta al afirmar que el Presidente Chávez no podía dictar leyes orgánicas a través de la Habilitante cuando eso quedó perfectamente establecido en el artículo 2 de la Resolución que aprobó la Asamblea Nacional en enero de 2007 y que dice así: “Cuando se trate de un Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, al cual el Presidente de la República le confiera carácter Orgánico, deberá remitirse, antes de su publicación en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, a los fines de que ésta se pronuncie sobre la constitucionalidad de tal carácter, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 203 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.
La consulta sobre las leyes orgánicas fue elevada al Tribunal Supremo de Justicia, cuya Sala Constitucional, por cierto, sólo negó el carácter orgánico a la Ley de Estabilidad Laboral por no cumplir, según sentencia de la magistrado Luisa Estella Morales, con los requisitos establecidos en la Carta Magna para ser considerada como tal, es decir, no organiza ningún poder público ni regula derechos fundamentales. Por ello recomendamos consultar la Constitución, la cual autoriza al Presidente a dictar leyes orgánicas en las materias contenidas en los 26 decretos-Ley.
De modo que estamos de nuevo ante una arremetida mediática contra decisiones ajustadas a derecho y que sólo buscan perturbar, pues los decretos tocan intereses muy particulares en los sectores financiero y alimentario, es decir, son medidas estructurales, con efecto directo sobre monopolios y vicios anidados en la propia administración pública y que han venido favoreciendo la corrupción..
Persuadidos de que una campaña similar muy posiblemente atizó el rechazo a la reforma constitucional el 2 de diciembre de 2007, con la cual, por cierto, se pretende asociar los decretos-ley, debemos advertir ahora idéntica situación sobre tres aspectos medulares que marcarán la agenda hasta las elecciones del próximo 23 de noviembre o hasta que a la oposición se le ocurra otra cosa:
Banco de Venezuela: crear angustia en sus clientes, y provocar las consecuentes “corridas”, pese a que el propio Grupo Santander y el Gobierno de España están de acuerdo con la negociación y algunos de nuestros prósperos banqueros privados celebran la medida como positiva.
Los 26 decretos-Ley: no se harán esperar marchas, guarimbas y toda clase de reacciones para irrespetar la decisión presidencial y profundizar el desacato al ordenamiento legal.
Las inhabilitaciones: aunque ya lo dijo el abogado Alberto Baumenster (jefe de uno de los bufetes más connotados del país, y tampoco precisamente chavista), recientemente, en esto “la oposición perdió los laureles”.
Y, desde luego, no faltarán los “lobbys” internacionales para crear una nueva matriz de opinión adversa a Venezuela.
He ahí, pues, la “bala mágica” de Luis Miquilena. Recomendamos un chaleco antibalas.
* Periodista