Dejemos la parte doctrinal, que nos llevaría muy lejos, dejemos el lastimoso desconocimiento que de lo que es socialismo revela el oposicionismo al confundirlo con el socialismo que existió en la URSS., dejemos todo ese idilio que se desarrolla entre los oposicionistas por las mañanas, y recordemos todas esas luchas por la vida sin olvidar la asociación para la lucha que somete al fuerte a muchos débiles, dejemos la inoportuna aplicación de la ley del desequilibrio, cuando se trata de hipertrofias debidas a diferenciación morbosa de tejidos, y sobre todo, pasemos por el fondo del sofisma, la equivocada idea del determinismo social, el tomar las leyes que rigen nuestra sociedad actual, víctima del estado burocrático, por leyes eternas e inmutables, quede, en fin, todo ese bagaje de metáforas y analogías, que ya ni pinchan ni cortan, y concentrémonos en la lucha resonante de cada día por los ideales sociales, y también vengamos a una cosa; a lo que la oposición revela como síntoma.
Estamos seguros de que si la oposición, que revelan según ellos, además de “talento”, una “grandísima buena fe” y “un sincero y hondo convencimiento de lo que dicen”, tuvieran que vagar para estudiar y meditar más despacio la cuestión social, adoptarían respecto a ésta otra posición muy distinta; a la que van adoptando no pocos de sus sesudos correligionarios políticos.
Otra vez con la Iglesia topamos camaradas, debemos acometer una tremenda locura para enderezar este entuerto. Me acuerdo de las declaraciones y los hechos del alto clero sobre los acontecimientos del golpe de estado de abril 2002 que me dejaron frío, y meditaciones sobre los camaradas muertos, que había visto en los alrededores de Miraflores aquel nefasto día, que había contemplado la muerte sin inmutarme, y al sólo aspecto de estas letras: R.I.P., siento escalofríos al recordar a los camaradas que ya no están. En éste día traje a mí mente y pensé, ahondé cuanto pude, después de darle mil vueltas, pude fijar al cabo la múltiple y vaga noción en este jeroglífico que por todas partes leía.
Durante estos años una que otra vez he recordado por incidencia los sufrimientos que pasamos durante el asedio al Palacio, y la hermosa madrugada en que vimos por fin el regreso del Comandante Chávez de su cautiverio. Durante esos años ese recuerdo ha dormido, y de repente un día como los demás, un día que no tiene con aquél memorable más lazo real que salir el sol en el mismo momento y por el mismo punto del horizonte, un día dado empieza a dar saltos el recuerdo y nos echa a la calle.
Empecé a perderme en vagos ensueños acerca de las hojas de calendario, de las fechas, en que los camaradas se fueron para siempre. Me decía que otra fecha, la del mes de diciembre del mismo año 02, la del sabotaje de los meritócratas petroleros, la CTV, los pulperos de Consecomercio, y Fedecamaras, había palpitado el recuerdo empaquetado de aquella fecha aceleró o quien sabe si retardó su ímpetu. Y me decía que, de haber triunfado el fascismo oposicionista, los mismos que en estos días están preparando sus macundales para viajar a Miami, Aruba y Europa, se echarían a la calle y atronarían el aire con cohetes y charangas celebrando la entrada de su Carmonada, aquella entrada que precedió a la salida del Comandante Chávez preso de Miraflores. Pero no contaron con el pueblo y que cada 12 nos trae su 13.
¡Maldita clase media!, bobalicona y consumista, que no ve más allá de la punta de su nariz y de sus mezquinos intereses; ¡maldita clase media!, fascista, esclavista, racista y clasista, compuesta también por gentes provenientes de otras tierras que tuvieron que salir huyendo de sus países de origen acosados por la persecución de los gobiernos dictatoriales que allá se impusieron, y aquí en Venezuela están apoyando la reacción fascista que quiere mantener a nuestro pueblo en la miseria y el ostracismo.
Sin embargo, esta clase media oposicionista también está apoyada por la mayoría de los obispos y curas de la Iglesia Católica, que, con el fascista Cardenal Urosa a la cabeza, y la burguesía racista de camisas amarillas, lograron que todas las fuerzas reaccionarias de todo el país en una cayapa, se pusieran al servicio de los más oscuros intereses, del imperialismo, y de la injusticia social. El Cardenal Urosa y su partido Episcopal, están en campaña contra la Enmienda Constitucional, contra el Presidente Chávez y el pueblo revolucionario. Topamos siempre con los jerarcas de la Iglesia Católica camaradas.
Me vino también el recuerdo de los muchachos que participaron en los hechos de la Caracas Paper de la Candelaria, y lo de la Fábrica de Mecates de los Dos Caminos, en la década de los años sesenta del siglo pasado, mi pregunta al vejete, la “Cucaracha Teochoro”, ya que el debe saber, ¿Quién informó a la DIGEPOL, que los estaban esperando?; algunos de los que participaron los desaparecieron para siempre.
Las razones y las ideas antes enfrentan que impelen a la acción. No se cuenta de mártir alguno que se haya dejado matar por atestiguar la verdad de un teorema matemático. Y en cambio afrontan la muerte hombres y mujeres en el vigor de la edad y la plenitud de la vida, por un ideal, por un principio, por impulsos que se agarran para tener forma a un lema ¡socialismo! Que se aferra a los principios del pueblo.
Estos pensamientos flotaban en mi mente cuando me levanté en la mañana y empecé a vestirme; los y me imaginé los días de lucha, las angustias del combate del pueblo. Y aun me venía otro pensamiento, tras el cual imaginaba un mundo nuevo. Y entonces pensé en todos los que maldecimos a la burguesía explotadora y esclavista que predicen que el economicismo sustituirá al Estado.
Y pensando en todas las Misiones implementadas por el Gobierno Revolucionario, para beneficio del pueblo. Entonces se me presentó la Empresa comunal de producción social Pedro Camejo. Los campesinos empapados de sudor entonaban un himno al trabajo, al compás de los aperos de su labor, se oía el poderoso rugir de los motores de las máquinas, el alto cielo reflejaba los rayos del sol durante el día hermoso, en el cielo azul y limpio los giros caprichosos del humo que expelían los tubos de escape de las máquinas formaban este jeroglífico: A.I.C.
¡¡A.I.C.!! ¡Agricultura, Industria, Comunal!
¡Qué de cosas nos sugiere un día claro más de nuestro devenir!
Tomad un lema y grabadlo en todas partes, tomad una frase y repetidla a diario; el lema y la frase harán su camino, servirán de núcleo a aspiraciones diversas, serán enseña que acaso puedan dar un día guiar al pueblo al combate.
El maldito “adequismo betancurista” es una de las más apestosas enfermedades que corroe a Venezuela: “Rómulo Betancourt quedará como símbolo nefasto de uno de los más tristes personajes de nuestra Patria. En el porvenir, si algún historiador penetra con ojo escrutador y profundo en nuestra historia, en la historia de su “democracia representativa”, aparecerán sus políticos todos, Caldera, Jóvito Villalba, Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Carlos Andrés, Lusinchi, etc., sirviendo de escabel a Rómulo Betancourt, como su coro, como los sillares de la pirámide sobre la que se alzó el hombre funesto del favoritismo y del imperialismo, el que mejor simboliza la arbitrariedad y la eliminación de sus contrincantes.
¡Vamos todos! ¡A la enmienda de la Constitución!
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net