La existencia de una “clase que se cree superior” cuyos conceptos intelectuales y morales están entronizados, es un hecho bastante nocivo en la historia de nuestro país. Esta “clase” o “secta” que sostenía los pilares de los gobiernos IV republicanos. Ese era un Estado totalitario, que destruía las oposiciones, disponía de un notable aparato policiaco que consumaba asesinatos y ejecuciones selectivas de revolucionarios, e imponían la obediencia a la toda poderosa oligarquía. La Venezuela adeco-copeyana era la Venezuela de los grandes propietarios, de la antigua aristocracia, la Venezuela de los grandes oligarcas. Esta “clase” o “secta” tiene organizada una persecución física y mediática al Gobierno Bolivariano y a las organizaciones revolucionarias; atacan las instituciones del Estado, atacan y menosprecian al pueblo y a los consejos comunales, tratan de sabotear y manipular técnicamente las transmisiones televisadas y radiales de los entes públicos, manipulan toda la obra social del Gobierno, difaman a los diputad@s de la Asamblea Nacional, manipulan y satanizan la LOE, tergiversan y denigran de todas las leyes que están elaborando los asambleístas por mera oposición o porque no les son afines. Los calumniadores del bando oposicionista hacen circular rumores de que Chávez protege y les suministra armas a las FARC, de que es narco traficante, que cubanizará a Venezuela, que Chávez nos quitará los hijos, que nos quitará la casa, etcétera. ¿Qué significa esto? Ellos saben lo que quieren decir “calumnia” y “falso testimonio”. Saben que nada desacredita tanto a una persona como la divulgación de una calumnia consciente inspirada en razones personales. La explicación es obvia. Cada uno de estos grupos agotó en un determinado momento sus posibilidades políticas y ya no pueden avanzar contra la realidad del país: las condiciones económicas internas, la presión del pueblo y las nuevas corrientes que éstas generan impiden la manipulación. Por ello el trabajo sistemático de estos aventureros está tan trillado y alejado de la realidad que no tiene credibilidad entre los venezolanos. Este tipo de gangsterismo, difundido por el imperialismo y la propaganda mediática cipaya a los movimientos sociales a nivel nacional, no es más que el método que usan normalmente los distintos grupos de la oligarquía para manipular la situación política en el país.
El objetivo de la política revolucionaria no es impedirle mecánicamente hablar a un dirigente de la oposición sino que, se debe enseñar a las masas a desconfiar de estos grupos reaccionarios y a librarse de ellos.
No se puede dejar de señalar que los oposicionistas, imitando a su patrón el imperialismo, emplean cada vez más insolente y abiertamente toda clase de represiones “totalitarias” para lograr sus objetivos. Pero, como no están en el poder, se ven obligados a limitarse a las manipulaciones y luchas intestinas contra la Revolución y los líderes revolucionarios. Los métodos totalitarios utilizados en un estado burgués, es decir en una sociedad basada en la propiedad privada, no son otra cosa que fascismo. En este sentido las acciones de la oposición le abren el camino a la dictadura fascista. En una sociedad burguesa, toda exclusión, todas las restricciones a los derechos democráticos, en última instancia, caen con todo su peso sobre la clase desposeída. En esta época de reacción mediática desenfrenada a nivel hemisférico contra nuestro país, es conveniente asegurar en la práctica la autoridad y la organización de los grupos sociales, para que pueda funcionar normalmente el sistema político así establecido; es necesario, no solamente de dar la idea de la Unidad nacional, sino también realizar esta unidad y destruir las oposiciones. Sólo es posible ser socialista si se es dueño de una voluntad inconmovible, de gran coraje político e ideológico, y de la capacidad de nadar contra la corriente.
Sería radicalmente erróneo extraer la conclusión de que la política de la oposición después de escuchar las opiniones y maniobras de sus voceros que nos indican que no continúan en una dirección democrática. Por lo cual podemos predecir con toda certeza que la política oposicionista, que no tienen ningún proyecto político ni económico de país que presentarnos a los venezolanos, que no resuelven ningún problema ni satisface ninguna aspiración de igualdad e inclusión social, hará estallar las necesidades y el espíritu agresivo y revolucionario del pueblo; por qué, la política de los oposicionistas cuyo objetivo es frenar y paralizar la lucha revolucionaria contra el capitalismo ya que consiste en subordinarnos a todos en defensa de sus intereses, esta es la amarga e ineludible verdad. El triunfo de las bandas oposicionistas significaría la esclavitud definitiva de todos los venezolanos, y el doble encadenamiento a la bota del imperialismo. La intensificación de la lucha de clases la engendró la oligarquía; su intensificación aun mayor la matará, haciendo predominar en sus filas las tendencias más reaccionarias, agresivas y fascistas.
Los sectores oposicionistas utilizan al pueblo como un arma para lograr objetivos que nos son ajenos, especialmente como un arma del imperialismo; inevitablemente que esto nos divide, nos debilita y favorece a la reacción. En esta lucha contra la oligarquía, participamos, por un lado la burguesía en defensa propia; por otro, el pueblo organizado, que lucha por su emancipación. La Revolución Socialista liberará a todos los compatriotas oprimidos y explotados, para que impere una democracia social. Necesitamos un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesitamos la esperanza del futuro que es el socialismo, no el mirar para un pasado muerto. Es obvio que el pueblo debe construir su política sobre la base de intereses determinados, y no sobre especulaciones hipotéticas acerca de las posibles consecuencias. En estos últimos años los partidos oposicionistas se convirtieron en los partidos de la oligarquía, de la pequeña burguesía y especialmente de los dueños de los medios de comunicación.
Ya van para trescientos dirigentes obreros y campesinos revolucionarios asesinados por los agentes de la oligarquía que nos tienen montada una cacería y no hay ningún detenido. Arremeten violentamente contra la población, trancan calles con sus guarimbas generando pérdidas económicas y desasosiego entre la ciudadanía. A la fecha no existe ningún delincuente de cuello blanco detenido, ni tampoco un hijo de papa que agrede a las instituciones y a los ciudadanos, pero si meten preso al hijo de la panadera, por robarse una gallina o unos cambures porque tiene hambre. ¿Qué está pasando con los distintos entes administradores de justicia en nuestro país? ¿Cuándo vamos a ver presos a los autores intelectuales de estos crímenes? Los crímenes del fascismo oposicionista provocan una tendencia a la venganza plenamente justificable. Pero el alcance de sus crímenes es tan monstruoso que no se puede satisfacer esa tendencia con el asesinato de algunos bandidos apátridas oposicionistas.
Para erradicar esta cacería montada por la oposición fascista, es necesario poner en movimiento al pueblo y dirigirlo al asalto de las bases mismas de la vieja oligarquía. Sólo el derrumbe de todas las formas de esclavitud, la destrucción total de la oligarquía, desvincularnos totalmente del imperialismo, el juicio implacable del pueblo a los bandidos fascistas oposicionistas satisfará realmente nuestra indignación.
¡Es Justicia lo que pedimos los venezolanos!
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!