La revolución como la nuestra no es un mito, es real, es justa, necesaria; tiene una suprema grandeza, en su lenguaje, la llamaría santa... Nada más santo puede haber que incapacitar al ser humano para el mal y lo individual. Reconozco, por lo menos, que una revolución como la nuestra tiene una belleza trágica; trágica y bella. Trasmutar la esencia del hombre es revivir su propio yo. Ese yo, al cual, nadie, quiere, sabe o puede renunciar. Es ello tan inconcebible en su realidad que sólo se puede fingir la posibilidad de imaginarlo, usando del truco de objetivar lo subjetivo, forjando el espejismo de la imagen del yo muerto, cual si la nada pudiese retratarse. Señores obispos de la Iglesia Católica, nadie puede querer o imaginarse ser otro. Podríamos desear y hasta imaginarnos ser un Dios; pero serlo uno ¿Y cómo?... ¿Trasmutando su esencia?... Sólo es posible haciendo al hombre animal o Dios. Desearse o imaginarse otro es contra natura, de imposible aceptación, porque sería tanto como dejar de ser para ser, y ser y no ser sí que es una contradicción sin posible conciliación. Nosotros los socialistas, rechazamos en absoluto la metafísica. No interesa en absoluto ese yo espiritual que con ser tan puro, eterno y libre se somete siempre a lo material...; en fin, que resulta ser determinado por la condición económica. Crearemos distinta economía, distinta condición, y hallaremos otro y distinto yo social. ¿Sobreviviendo el mismo yo personal? –Claro está, sin matarlo, sin trasmutarlo.
El determinismo económico del capitalismo, que quiere ser matemático, resulta metafísico también. Sí, la compatibilidad nacida de la subordinación. En lo decisivo, en luchar y matar, la pasión domina y a ella obedece la burguesía...; luego, vienen los abogados y fiscales que forman el tribunal de la razón a sancionar el crimen, pero como abogados y fiscales son parte, siempre convienen en que hay motivo racional que justifica su acción pasional, inventando un alto y futuro fin. Sin matar o trasmutar el yo, no habrá hombre distinto; el hombre burgués es sujeto de la economía, no sólo objeto. Para un socialista: No determina la economía al hombre, sino el hombre a la economía. Si el hombre fuera determinado por la economía, el harto sería el pacifico y el hambriento el guerrero y, por el contrario, el hombre harto es el hombre de presa, y el hambriento, el pobre, al que debemos revolucionar. Matar para no ser matado no se halla incurso en la negación de matar. Matar es una negación de la vida; matar para no morir es afirmación. Sí, si el fin está justificado. Quien derrota siempre a los tiranos es el pueblo. El testimonio que el pueblo revolucionario da de su verdad, ningún antirrevolucionario lo da, el pueblo derrota moralmente al tirano y es el único capaz de alzar a la población irredenta.
La religión cristiana es un absoluto fracaso universal; miren ustedes en torno de sí, miremos al mundo cristiano, suicidándose con la droga de su inmoral y cobarde corrupción. La religión es perniciosa no sólo intelectual, sino moralmente. Quiero decir con esto que enseña códigos morales no conducentes a la dicha humana. Pero quien tenga una sensibilidad humana y tenga valor para enfrentarse con este mundo criminal y corrupto, sólo podrá evitar el mal privando a los hombres de los medios para realizarlo. El horror del hombre al mal, natural en él dada la esencia de su naturaleza, lo lleva a una total aberración; personalizó el mal, haciendo de él, acción, un sujeto. Así vino a ser el mal un ente metafísico, existente por sí. Ningún hombre que cree que los sufrimientos de este mundo son por nuestro bien, puede mantener intactos sus valores éticos, ya que siempre está tratando de hallar excusas para el dolor y la miseria. El dualismo panteísta de muchas religiones hizo al mal divino, personalizándolo en sus deidades. Era un sobrehumano esfuerzo para no sentirse los hombres responsables del mal por ellos cometido; tal era su horror a él, que ni pensaron que renunciaban a ser quienes eran, hombres, para convertirse en bestias inlibertas. El argumento de los religiosos acerca de este tema es, en líneas generales, el siguiente: “Yo y mis amigos somos personas de asombrosa virtud e inteligencia”. Tal fue la paganía y tal es la paganía de hoy. Las iglesias, como es sabido, se opusieron a la abolición de la esclavitud, mientras se atrevieron, y con unas pocas y sonadas excepciones, se oponen en la actualidad a todo movimiento hacia a la justicia social. Digo deliberadamente que la religión cristiana, tal como está organizada en sus iglesias ha sido, y es aún la principal enemiga del progreso moral del pueblo venezolano, Mi opinión acerca de la religión es la de Lucrecio. La considero como una enfermedad nacida del miedo, y como una fuente de indecible miseria para la raza humana.
El Papa ha condenado oficialmente el socialismo.
El mal es obra del hombre (el yo) individualista y capitalista, el anti-solidario: el mal auténtico y trascendente, el que hace el hombre al hombre. Pero el mal no tiene la categoría infinita que le asigna el terror epiléptico de las gentes disfrazado de soberbia. El mal, por su esencia, es dual, contradicción, todo él objetividad. Lleva en su entraña la negación, la nada. Así, cuando elevamos el mal a su consecuencia última, se autodestruye; el mal se destruye a sí mismo. El mal es mal también para el mal. Por tanto, el mal no puede ser absoluto ni eterno: ha de ser temporal, humano, porque el mal muere falto de objeto, sin objeto es nada; no es. No puede ser de origen divino, porque la nada no puede ser creada, y el mal-nada es antitético, para nuestra más alta categoría de comprensión. Tampoco podemos suponer que el pensamiento del hombre sobreviva a la muerte corporal, ya que ésta destruye la organización del cerebro y disipa la energía que utilizan los conductos cerebrales.
Tenemos que hacer una Venezuela lo mejor posible, y si no es tan buena como deseamos, después de todo será mucho mejor que lo que esos miserables puntofijistas han hecho de ella en todos estos años. Una Venezuela buena necesita conocimiento, bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho tiempo por hombres genocidas, corruptos e ignorantes. Necesita un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesita la esperanza del futuro, no el mirar hacia un pasado muerto, que confiamos será superado por el futuro que la Revolución y nuestro pueblo puedan crear.
Como explicar el enloquecimiento y el apoyo de los medios oposicionistas ante la perspectiva de la entrega de armas al narco gobierno de Colombia y la instalación de bases militares del Gobierno Norte Americano en ese territorio, amenazando la paz de todo el Continente Sudamericano. Creemos sin lugar a dudas y afirmamos que la amenaza va acompañada de una agresión militar y de un golpe de estado contra el Gobierno Revolucionario de Venezuela. No creemos que el problema de la “modalidad de control” por un Comité de Defensa planteado en la reunión de la UNASR sea una solución al problema. ¿Es posible este control? ¿Creen los gobiernos de los países de la UNASUR absolutamente en la eficacia, o se contentaran con una declaración de principios, que tranquilizará a los países agredidos? Creemos más bien que esta declaración, no es más que “comunicaciones entre gobiernos”, lo que no puede constituir un control real de las medidas adoptadas. Estas demandas consideramos que tienen como fin, esencialmente, que se arrastren las cosas
-Referencia sobre las marchas vandálicas del oposicionismo:
Si la Revolución no posee capacidad subjetiva para reaccionar en enemigo contra el enemigo, por peligroso y perverso que sea éste, no hay enemigo y, a la inversa, si no se tiene calidad para provocar la existencia y acción permanente del enemigo, tampoco hay enemigo. El enemigo nato, con exclusión del estado subjetivo y objetivo, es muy raro, se da pocas veces. Pero el motivo no es lo esencial, si por naturaleza no se es sujeto u objeto capaz... Dejar a los tiranos y a los malvados oposicionistas traicionar y matar chavistas. Pero quien tenga una sensibilidad humana y tenga valor para enfrentarse con estos criminales y corruptos, sólo podrá evitar el mal privando a los hombres de los medios para realizarlo.
Será siempre un error en la lucha política subestimar el valor y la potencia del adversario; primero, porque determinará un esfuerzo inferior al necesario para derrotarle; segundo, porque será mediocre nuestro triunfo, y vencidos, seremos calificados de cobardes y estúpidos.
La justicia hecha al enemigo es siempre justiciarnos a nosotros mismos.
-Es una urgente necesidad de salud pública clausurar el canal de TV. Globoterror.
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net