“Tampoco soy un pragmático que busco una utilidad física o inmaterial. Simplemente creo en la revolución continua como un mecanismo para mantener la dialéctica. Sin ello, este proceso se convertiría en una religión, como sucedió con el socialismo real”
Müller Rojas[1]
A decir verdad, ese lema o refrán que dice así: de todo hay en la viña del señor, no deja de tener su sentido en algunas circunstancias. Resulta que ahora nuestro PSUV y muchos dirigentes nacionales de nuestra organización lamentaron la muerte del General Müller Rojas. Haber tenido la oportunidad de hacer una contraloría y encontrarme con tantos obituarios en la prensa nacional, me ha tenido meditando un poco, porque alguna explicación ha de tener; el absoluto silencio del PSUV y de su dirigencia cuando el general hace unos meses decidió tomar su distancia y este desenfrenado lamento que observamos ahora con su desaparición física.
Como persona, es posible que haya incurrido en algunos errores u omitido una alerta, cuando el proceso lo requería. En una etapa de mucho activismo para él, lo observé muy entregado a la tarea diaria y poco dado a hacer uso de su extraordinaria capacidad crítica para ofrecernos una orientación que nos mantuviera movilizados frentes a situaciones no muy acorde con el perfil de la nueva ética socialista. El activismo o estar comprometido con tantas tareas no le ofrecieron tiempo y espacio suficiente para sacarnos un poco ese discurso ideológico, cuyo destino se orienta “a producir reflexiones metafísicas que satisfagan los intereses políticos de su cliente”.
Los lamentos y los tantos obituarios muy bien destacado en la prenda nacional pueden también ser un síntoma de una mal, que probablemente no se haya tratado a tiempo y se encuentre instalado en el alma del PSUV. Lo observamos con el general Müller Rojas y se sitió también con la desaparición física de Luis Tascon, porque en ambos casos, las decisiones que asumieron para distanciarse no fueron muy bien sentidas y en el caso de Luis Tascón; hubo un verbo no muy bien atinado para evaluar ese distanciamiento.
¿Es sincero este lamento de la alta dirigencia del PSUV por la desaparición física del General Müller Rojas?
Desearía estar plenamente convencido de la sinceridad de estos lamentos, más sin embargo, tengo una soberana duda porque aunque esta ausencia física es mucho más determinante para dejar a un lado su pensamiento y preocupaciones; el silencio por su distanciamiento a principio de año del PSUV, no hubo ninguna manifestación de preocupación, más cuando ese distanciamiento se produjo con una alerta que no fue cualquiera alerta. SI nada tenemos que ver con ese grave mal que padecen muchos venezolanos (Falta de memoria), no hay razón para desentendernos de una de las razones que utilizó para tomar distancia. Recordemos que Müller decidió tomar distancia porque se estaba “cansando de ver más de lo mismo” y mucho tiempo antes, alertó al comandante sobre el nido de alacranes.
Si fueran sinceros estos lamentos, ahora mismo el PSUV estaría en sesión permanente de emergencia para evitar ese cansancio y “enguañangar” totalmente, el nido de alacranes que denunció Müller y sobre el cual parece estar sentado el comandante.
Esta ausencia es muy lamentable e irreparable, pero la primera también lo fue y en esa ocasión, la militancia no sintió o no vio que arriba se tomaran un rato para revisar las razones de esa primera ausencia.
[1] Puede verse el trabajo que publicó Müller el 02/05/2010 en Aporrea. Antes lo había publicado en Últimas Noticias. Creo que fue su último trabajo publicado en ese diario. Tuvo como título: "En lo que Disiento de mi comandante". Esta disponible en: http://www.aporrea.org/ideologia/a99895.html
