Esperando en el terminal de Punta de Piedras para ir hasta Cubagua, se nos acercó un niño. Estuvo un rato como esperando el momento para hablarnos y cuando supo que podía hacerlo, nos habló para mostrarnos su realidad, que se parece bastante a la que tuvimos a finales del siglo XX.
Al estar más cerca nos pidió para comer y ya otro adolescente, había hecho el mismo requerimiento. Este niño debe tener entre 11 y 12 años y no es una edad para estar pidiendo un pedazo de pan y andar descalzo. Debería estar en la escuela en las mañanas y en las tardes jugando pelota o picha y hoyo con otros niños. Después de estar en la escuela, también puede estar en una escuela de música. Está en la calle y ella parece que es su casa.
II
Al regreso y mientras íbamos hacia al carro, lo volví a ver con otro un poco mayor que él. Otro igual a él pero mayor, es como una "compañía" perfecta para "labrarse" un camino de espinas. Está vez lo seguí por un rato y me dí cuenta que aunque debe tener entre 11 y 12 años, no es un niño ni tampoco es un adolescentes. No sé si tuvo la oportunidad de una ligera pasantía por la niñez, pero esa niñez se la arrebataron temprano.
Su futuro hoy es incierto. Así como va hoy, la vida y la sociedad” es para este niño una operación de resta que le va carcomiendo su corazoncito y lo va dejando sin humanidad. Este niño, no ha tenido un pan que llevarse a la boca y llene su estómago y otro pan de afecto que le llene su alma y corazón.. Lamentablemente anda un camino muy empedrado. Habían desaparecido por obra de Chávez pero están volviendo.