En la década de los noventa del siglo XX, casi todas las universidades autónomas del país adoptaron lo que en ese momento se llamó curso propedéutico. Los que salían asignados por la OPSU, eran incorporados a una intensa jornada, antes de inscribirse oficialmente. El objetivo de estos cursos propedéuticos era completar una formación en áreas básicas: lectura y cálculo
¿Por qué está política?
Era un momento en que se había determinado por estudios e investigaciones, que la calidad educativa era muy baja. Hubo estudios y las propias pruebas de la OPSU lo determinaban, que en el área de cálculos y comprensión lectora estábamos críticos. Fue una época de mucho debate sobre el tema de la calidad en la educación venezolana. La llamada comisión COPEN fue un esfuerzo en ese sentido.
Veníamos de la utopía que puso a circular una comisión de la UNESCO, que al frente estuvo Edgar Faure (1973) con su propuesta de la educación del futuro y que fue recogida en el libro «Aprender a ser». Esa propuesta lleno de ilusión una posible política educativa.
II
El futuro no presagia un panorama mejor a las crisis educativa de ayer. Nada extraño tendría que se hiciera como en la década de los cincuenta y sesenta, campañas de alfabetización para los que llevan un camino andado en el sistema escolar. Tengo la impresión (solo impresión) que en estás áreas tan básicas estamos mucho peor que aquella década.
III
Puede parecer una auténtica broma, que a esta altura de la vida y de la educación como un servicio básico , me pregunte y les pregunté: ¿Por qué en los programas educativos hay asignaturas que se llaman Lengua, lenguaje o literatura o matemática?
Estos temas o asignaturas no «están» en la escuela (de los primeros grados) para gastar (matar) el tiempo con los niños. Están o deben de estar porque ella tienen un papel que va muy vinculados con las etapas del desarrollo intelectual del niño. Sobre este desarrollo trabajó muy bien el psicólogo Jean Piaget. Los contenidos programáticos deben estar muy vinculados con cada etapas (4 estadio) de ese desarrollo. Con ambas herramientas (lectura, escritura y cálculo) , se trata de desarrollar las habilidades para pensar y para fomentar el pensamiento lógico.
IV
En una trabajo anterior, me permití tomar unas palabras de Christopher Clave. Él tiene la idea, que la capacidad de elaborar un pensamiento o una idea, está estrechamente vinculado con el manejo de las palabras y los verbos que podamos conjugar. Parece una situación sin lógica, pero está idea o planteamiento es un hecho irrefutable.
En 1999 aparece una pequeña pero básica obra de Edgar Morín con un título muy atractivo: «Una Cabeza bien puesta». Asomaba este filósofo francés que lo urgente en el ámbito de las políticas educativas era ir a una transformación educativa que permitirá meter a la escuela en los problemas y que los niños fueran afianzando su manera de pensar y analizar. Esto no es un propósito sencillo. Desde una perspectiva esto no es muy atractivo.
V
La pobreza cultural es una de las peores. Está pobreza no permite entender ni el mundo ni ninguna otra situación. La pobreza cultural nos hace una especie de plastilina que otros pueden tener en sus manos y con ellas hacer de nosotros el objeto que se desean.
@evaromar