Lorena y Don Mauro:

O la crisis orgánica

      En nuestro país no hay vuelta atrás. Estamos viviendo una crisis orgánica en la que hay un algo que se resiste a morir y otro que está por cuajar. El otrora monstruo que se resiste a morir es el Puntofijismo y el que está por consolidarse es el Socialismo del Siglo XXI. Venezuela es, hoy por hoy, foco internacional súper importante porque en nuestra patria se está gestando un nuevo estilo de vida, el de la igualdad social, el del Gobierno del Pueblo, el del Poder Popular, el de la distribución equitativa de la riqueza y la eliminación de la pobreza, el de la dignidad y el respeto a la soberanía. Por eso el capitalismo ataca ferozmente y con todos los yerros. Su guerra por interrumpir el proceso de cambios a favor del pueblo que encabeza a Chávez es a muerte; porqué Venezuela es hoy el epicentro de la hegemonía multipolar.

      Cuando se observa a una chama como Lorena y a un anciano como Don Mauro entrevistados en el Toda Venezuela por el colega Ernesto Villegas debe entenderse y aceptarse sin ningún tipo de dudas que estamos ante un inminente proceso de cambios. Jamás una chama y un septuagenario habían tenido vida en los gobiernos cuartorepublicanos. Cómo jamás en el Puntofijismo Nicolás Maduro hubiese ni siquiera soñado en ser canciller. La Diplomacia, en ese entonces, estaba reservada para los de sangre azul y ojos verdes; para los niños bien de la alta sociedad y los amigotes de los Presidentes de turno. Para ello inventaron una “bendita” Meritocracia Diplomática que les permitía repartirse esos cargos apelando a un coroto denominado carrera diplomática. 

La conformación del Gran Polo Patriótico es una oportunidad para unificar las fuerzas revolucionarias y además sumar nuevos actores al proceso de cambios que vive Venezuela, expresó este lunes Lorena Freites, representante del Núcleo de Desarrollo Endógeno Cultural, Tiuna El Fuerte, entrevistada en el programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión.

“Se abren nuevas posibilidades para diversificar las formas de participación. Para darle espacio a jóvenes y sujetos quienes sentían que no tenían un lugar. Este espacio que se abre aquí tiene un potencial de autenticidad porque justamente surge de una revisión crítica”, sostuvo (aporrea).

      Don Mauro, de quien me enteré tiene un programa de radio, dijo en Toda Venezuela con galillo recio, buena dicción y excelente fonética que los ancianos con Chávez y la Revolución ahora si son tomados en cuenta. “Eso nunca se había visto”.

      Por cierto los Lorena y los Don Mauro, que tanto abundan en nuestro país, deberían ser invitados más a menudo a los programa de opinión televisivos. Su presencia refresca la pantalla y ofrece imagen de diversificación e inclusión audiovisual revolucionaria. La gente se cansa de ver siempre las mismas caras. Hay que abrir las alamedas de la televisión a la gente humilde, al pueblo, al pelabola, tal como lo hace el Presidente Chávez con el Gran Polo Patriótico, en donde todos tienen derecho a participar. Por cierto ¡Qué coñazo! Asestó el Presidente Chávez a los dinosaurios de la política venezolana con GPP. 

             HABLANDO DE LOS VIEJITOS

      Arthur Halley, en su obra Raíces, habla de un pueblo africano – no recuerdo el nombre-cuyo Gobierno a la hora de tomar una decisión trascendental, coyuntural, convocaba a todos los viejitos y a las viejitas que habían desempeñado altos cargos en la administración pública y privada. Los alojaba a cuerpo de rey en lujosos hoteles y durante dos semanas estos próceres, en verdaderas mesas de trabajos y tras intensos y encendidos debates, determinaban cual era la decisión a tomar y se la presentaban al Gobierno.

      El arribo de estos señores y señoras a los hoteles era un verdadero espectáculo. Llegaban con lazarillos, con sus médicos, sus enfermeras. Algunos con colostomías. Otros con, sueros en las venas, en camilla, en sillas de ruedas, con bastón, con muletas, andaderas. Por supuesto que los había que llegaban enteritos y enteritas con sus “cobijas de pelos”.En el heterogéneo grupo habían ministros, economistas,  presidentes de bancos,  cancilleres, abogados, periodistas, docentes, sindicalistas. Todos lumbreras en sus buenos tiempos. 

      Por supuesto que lo que estos ancianos acordaron como decisión el Gobierno la aplicaba al pie de la letra y, por supuesto, los resultados eran exitosos. 

americoarcadio@yahoo.com


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Américo Hernández


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