Sobre la naturaleza, fuentes y fines del Polo Patriótico

Del Movimiento pro-cátedra intercultural César Rengifo – Coordinador Proyecto intercultural Guaicaipuro. Papel de trabajo para la discusión colectiva. Del mismo modo, debemos tomar el discurso de Orden del joven poeta Freddy Ñañez, Director de la Biblioteca César Rengifo y Presidente de Fundarte, pronunciado en el Hemiciclo Protocolar de la AN el 10 de agosto de 2011..

NINGÚN ANÁLISIS DE LA COYUNTURA MUNDIAL ES SOSTENIBLE SI NO SE APOYA Y COMPLEMENTA EN UN ANÁLISIS ESPECÍFICO DE LA FORMACIÓN HISTÓRICO-SOCIAL EN LA CUAL NOS DESENVOLVEMOS, COMO PAÍS Y COMO CONTINENTE. ATENDIENDO INCLUSO A NUESTRA PARTICULAR INSERCIÓN EN EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA. ES POR ESTO QUE LA MEJOR POLÍTICA INTERNACIONAL SERÍA INSOSTENIBLE SI NO SE ASIENTA EN UNA SÓLIDA Y CORRECTA POLÍTICA INTERNA.

Algunos ilusos han creído que el Polo Patriótico es simplemente poner un espejo de agua por delante para vernos la cara los mismos de siempre, vale decir, los socialistas que ya somos y estamos. O creer que el polo patriótico deba ser sólo un frente partidista del PSUV, el PC y otros partidos o movimientos de izquierda, repitiendo el esquema fallido del polo patriótico de los inicios del gobierno bolivariano, cuya inconsistencia se midió en las primeras de cambio. Aparte de una correcta política exterior integracionista, bolivariana, emancipadora y libertaria –como la hemos tenido- se necesita un frente interno lo suficientemente consistente, más allá de la coyuntura electoral, sin desconocer por ello su perspectiva inmediata: tanto electoral como desestabilizadora. Peor aún, regresar a la visión de las izquierdas de la década del 60, sería volvernos a reducir al 5 % de la población, más cuando no fuimos capaces de mantener el espacio físico, ideológico y político en las Universidades autónomas, que eran el centro de operaciones, pero lo cual daba cuenta al mismo tiempo de unas izquierdas que lejos de tener un origen popular, venían sus más altas dirigencias de Caracas, de colegios privados y sus dirigencias medias y de base de centros académicos medios y universitarios, salvo algunos núcleos obreros o campesinos.

LA MENTIRA DE QUE EL POPULISMO DE AD ERA POPULAR

Todo el mundo señalaba a COPEI como el único partido de los ricos, desde su nacimiento dado su parentesco con el fascismo italiano y la falange española, incluyendo al Opus Dei. Sin embargo se olvida, como lo señala Samuel Moncada en su obra “Los huevos de la serpiente, Fedecámaras por dentro”, que esa organización nace enfrentada al gobierno de Medina Angarita, al que acusaba de comunista. Pedía nada menos que el naciente Estado Nacional petrolero, financiara a los empresarios privados en sus proyectos hasta el último centavo. Y es precísamente con el golpe contra Medina el momento en que Fedecámaras convierte la llamada Corporación Venezolana de Fomento, no en la caja chica de sus antojos, sino en la caja grande y la Niña Bonita, para despacharse y darse el vuelto: ellos controlaban su directorio y se daban los créditos a ellos mismos a partir del primer gobierno golpista de Rómulo Betancourt. Por eso es mentirosa Fedecámaras cuando presenta una virginal doctrina económica, supuestamente apolítica y desvinculada del golpismo, para presentar después a Carmona El Breve como “su herejía” o la excepción de la regla. Fedecámaras nace en el golpismo y ha gobernado y comido siempre en el mismo plato del golpismo y de la democracia puntofijista. El populismo adeco permitió siempre camuflar bajo sus alas a Fedecámaras para emparentar hasta hoy los intereses de los pequeños y medianos comerciantes, con los grandes y foráneos intereses de esa federación de cámaras de comercio y producción.

EL MITO DE QUE SÓLO AD Y BETANCOURT CONOCÍAN A VENEZUELA

Por otra parte en Venezuela se decía hasta hace poco, que sólo los adecos –y particularmente Betancourt- conocían al país en profundidad. Sin embargo, hemos podido comprobar que AD llegó sólo hasta la manipulación degradante del campesino nuestro, despojándolo de su etnicidad, reduciéndolo a la mendicidad y a la migración forzada campo-ciudad, donde Rengifo ya pintaba en sus cuadros el engañoso espejismo del petróleo.(Ver: Espejismo, cuadro de C Rengifo) Ni siquiera la cabeza les dio para conocer el mundo de los pueblos indígenas, ni tuvo acceso al indoamericanismo de Haya de La Torre de sus primeros tiempos de anti-imperialista (cuando todavía no había vendido su alma al diablo la socialdemocracia peruana, dejándole luego el teretere a Dios y al pueblo peruano hasta ahora con sus políticas neoliberales). Por el contrario Betancourt como líder hacía gala de un olímpico desprecio hacia los pueblos indígenas de Venezuela, incluso hasta mucho después de la caída de la dictadura de Pérez Jimenez. En un discurso pronunciado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, en el Seminario sobre la Reforma Agraria en Venezuela el 21 de noviembre de 1958, Rómulo Betancourt señalaba que no se podía imponer mecánicamente el sistema cooperativo a los campesinos venezolanos (lo cual era verdad). Pero cuando analizaba las causas, caía en profunda ignorancia y en el más craso eurocentrismo. Comenzaba por criticar el sistema conuquero, de herencia indígena y lo acusaba de ser de “un exacerbado sistema individualista”, carente de toda matriz colectiva. Señalaba además -comparándonos con las mal llamadas “altas culturas indígenas” de aquí y de otros continentes- que no hay tradición subyacente en la memoria campesina venezolana, vale decir, tradición colectiva, de trabajo en grupos. Destaca que en Rusia “el artel era anterior a la revolución de octubre”. “En Bolivia el ayllu era anterior a la revolución del 52”. “En los países nórdicos Noruega, Suecia etc- el cooperativismo lleva décadas de existencia”. Llama Betancourt al productor nuestro del campo “esencialmente individualista”, “salvo algunos sistemas larvados de trabajo en grupo” “que lo llaman cayapa, mano a mano”, privando según él, “ese exacerbado individualismo”. Pero en el fondo lo que está planteando es que esas “larvas” de solidaridad colectiva, en el fondo eran un obstáculo para el desarrollo del capitalismo en el campo. Pero muy distinto al obstáculo del latifundismo. Teniendo como espejo el desarrollo agrícola capitalista de USA. Dicho en otras palabras, eran mecanismos culturales de la anticonquista, de la resistencia cultural indígena.

Bien se nota que Betancourt desconocía casi por completo la matriz societaria en la cual se desenvuelve el conuco familiar y las comunidades descentralizadas de familia extensa y su diversificación productiva en casi 57 rubros, así como se sigue desconociendo que los pueblos indígenas de Abya Yala aportamos la mayor diversidad agro- alimentaria del planeta, aporte que no es solo de las macrosociedades mesoamericanas y andinas sino también de las microsociedades en un intercambio de siglos y milenios. Mario Sanoja e Iraida Vargas nos decían recientemente que unos investigadores han encontrado más de 5000 tipos de yuca en el Amazonas. Esto comprende también, las microsociedades arawacas, caribes y de lenguas independientes de nuestro país.

Sin embargo, Betancourt tenía claro que había diversidades locales y regionales que reclamaban una solución múltiple, que nunca fuera única o uniforme. Allí tenía razón. Pero… vaya contradicción de contradicciones: delegaba en el sistema educativo dominante la responsabilidad de dotar al campesino de una formación colectiva en el nuevo cooperativismo y… proponía como solución adoptar el sistema granjero de los Estados Unidos, de propiedad privada, colectivizando solo con otros miembros de la comunidad los tractores, los medios de transporte y los silos. ¿Solución única? ¿O una entre otras? No queda del todo claro en aquel mar de confusiones. (Ver: Revista Política. Nº1. Caracas, sept.1959.p.123). Y por supuesto, los pueblos indígenas como sujetos de Reforma Agraria, ¡ni por asomo!. Los más invisibilizados que ya no existían. Porque como dice Galeano, desaparecieron antes de aparecer.

Destacamos como hecho curioso que Esteban Emilio Mosonyi al interesarse –como joven estudiante- por la problemática indígena venezolana, se comunica con mucho entusiasmo con un connotado dirigente de Acción Democrática, incluso de los que hoy está en la lista de los más progresistas en algunas áreas del sistema educativo venezolano. De una gran dignidad y de una conducta intachable e irreductible que lo llevó a la ruptura radical con Doña Adela, la que ahora cumple sus bodas de oro matrimonial con Ramos Allup. El racismo adeco lo expulsó acusándolo de ser portador de los tres grandes pecados capitales: “feo, negro y ateo”.() Se trataba nada menos que de nuestro Gran Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. Víctima de un país supuestamente igualitario, donde ¡y que! no hay racismo, ni endorracismo. Pero ¿Qué le respondió a Esteban Emilio en aquel momento el maestro Prieto Figueroa?

-No, no, no. No pierda su tiempo. Proceda como un “Adelantado español”. Porque aquí no hay nada. Nada quedó en materia indígena. (conversación personal con Mosonyi).

Como somos seres en proceso, social y personal, desde luego que esta posición varió con el tiempo. El era amigo personal de los Pocaterra, especialmente del señor Herman, Primer maestro indígena de La Guajira, el Padre de Noelí y también amigo nuestro. Voté por él para Presidente de la República y propuse al Movimiento de Izquierda Cristiana, del cual fui cofundador junto con Rafael Iribarren, Oliver Belisario y Otto Maduro, que apoyáramos a Prieto y así fue. No en vano Prieto desarrolló un humor fino y agudo como mecanismo defensivo frente a un racismo invisible, pero de efectos profundamente destructivo y autodestructivo que –como fantasma en la noche- no ha cesado hasta hoy. Su casa Anchiajena, era ancha, porque cabíamos todos sus amigos y ajena, porque todavía la debía. El camarada Herman Pocaterra también fue amigo personal de Rómulo Gallegos desde que escribió “Sobre la misma tierra”. Pero ya era muy fuerte la carga integracionista y asimilacionista en que había sido adoctrinada nuestra intelectualidad. Incluso parte de la dirigencia indígena había sido convencida de la necesidad de su propia desaparición como pueblos y comunidades. Se habla de la confesión autoetnocida de un dirigente de La Guajira que decía: ¡lamentablemente, el Estado nos ha dejado solos y no nos ha terminado de absorver! Era una manera de reclamar la urgencia inducida de su muerte sociocultural.

-Bueno, no es culpa de él, me respondía Esteban, ya en el caso específico del planteamiento del Dr Prieto. Es esa penosa y colonialista educación colonialista, endorracista y unicultural que hemos recibido todos. Por eso hoy planteamos la necesidad y la urgencia de la Educación Intercultural. Y la intercultural bilingüe para los pueblos y comunidades indígenas.

Que no basta sólo el planteamiento del Estado Docente. Y el remedio será peor que la enfermedad si ese Estado sigue siendo racista, endorracista, patriarcal, imperial e imperialista y propiciador de la conquista interna y externa. Vale decir, fundamentalista, sectario e intolerante. Incapaz para generar una sociedad amplia donde podamos convivir gente de distintas culturas, filosofías y religiones, junto con agnósticos, indiferentes y ateos.

Esto da cuenta simplemente, de que los orígenes populares ancestrales, estuvieron siempre vedados al populismo de la socialdemocracia adeca. Que de partido de “los cholúos” sufrió la metamorfosis hacia el partido de “los enzapataos de paltó y corbata”, en alianza con Fedecámaras y la naciente CTV. Donde el racismo cultural y biologicista, encontraban el verdadero sujeto de Reforma Agraria (como en toda Sudamérica) no en el campesino, ni el afroamericano, muchísimo menos en el indígena, sino en el inmigrante europeo. La ley de Reforma Agraria se llamó en los distintos países, “Ley de Inmigración y Colonización”. El tratamiento a los pueblos y comunidades indígenas, aquí, en Perú o donde fuera, era en el fondo el mismo: la sustitución del supuesto “indio flojo” por el europeo y por ciertas élites criollas pseudo-europeizantes en antagonismo ideológico con el nativo y con la tierra de origen, al servicio de la desnacionalización progresiva y la adopción del modo americano de vida. ¡Este es un país cogío! Vale decir, malinchista, como decía Rengifo. Sin ningún asomo de chauvinismo y xenofobia. Era el de César un nacionalismo sano, anti-imperialista, pero también de la anticonquista. Anticonquista no sólo del hombre y de la mujer nativos, sino también como anticonquista de la naturaleza, convertida ahora tierra, agua, aire, fauna, flora y gente en vulgar mercancía. Privilegio del fuego sobre los elementos que sustentan la vida y el arte del buen vivir.

Pero, desde el ámbito de la izquierda, el indoamericanismo de Mariátegui del año 29 no fue del todo distinto a las posturas social-demócratas en relación a tierras y hombres: pretendía olímpicamente sustituir la matriz colectiva del ayllu por la cooperativa agrícola. Desconociendo la complejidad societaria de aquellos pueblos milenarios. Y la resistencia cultural de esa matriz andina al incanato, a la invasión, el colonialismo europeo y al Estado Nacional hasta hoy. En lo cultural, como bien lo apuntaba Robert Jaulín, nuestras izquierdas se convertían simplemente en “la izquierda de la derecha”. O en una más peligrosa derecha cultural –intelectual y divina- apuntalando desde la ciencia, el arte, el cuento y la novela, el humor y la religión, el mito del racismo académico: ¡civilización o barbarie! ¡civilizar es poblar! Vale decir, con indios, las tierras están “despobladas” o “poco pobladas”.

LO MÁS CERCANO AL PUEBLO/PUEBLO QUE HEMOS TENIDO ES HUGO CHÁVEZ (¡NO NOS EQUIVOQUEMOS!)

Hemos dicho más de una vez que las primeras referencias que recibimos de Hugo Chávez provenían de los indios más perseguidos y deprimidos de este país: los indios cuiva del Capanaparo, particularmente nuestros hermanos David y Marcelo Machal, descendientes de los mártires de La Rubiera. A quienes Erólida y yo manteníamos escondidos en nuestra casa de Los Teques a finales de la década del 70 y comienzos de la década del 80. Víctimas de la persecusión de los grandes ganaderos de Apure. En la racista población de Elorza, apenas tenían tres grandes aliados: el Padre Gonzalo, quien denunció la masacre de La Rubiera, Marcelo Tapia, pequeño ganadero de Apure y luego aparece en el mapa Hugo Chávez como militar. Fue la antropóloga Arelis Sumabila, quien facilitó el contacto inicial de Chávez con los cuiva, quienes al ver un militar o un policía, salían corriendo, despavoridos. Por eso Chávez se vistió de civil para entrar en contacto. Como única vía posible. Arelis hacía trabajos sobre lingüística cuiva con nuestro camarada Jorge Mosonyi.. desaparecido recientemente.

-Tenemos un amigo militar que se llama Chávez, nos decían los cuiva en Los Teques. Y él nos protege de los ganaderos, agregaban. Además él juega con nosotros, canta con nosotros, baila con nosotros, juega con nuestros niños, nos expresaban Marcelo y David. (1979-80)

-Cuidado con los militares carajo, les decía. Hasta que vine a enterarme de que era Hugo Chávez después del 4 de febrero, cuando volvieron a mi casa para que los lleváramos a ver a su amigo Chávez en el cuartel San Carlos. En ese momento, había un brollo y le tenían las visitas clausuradas hasta a los familiares de los presos. Luego vino su traslado a Yare. Los cuiva se fueron tristes.

Es mediante esa memoria viva que hacemos el primer contacto con Hugo Chávez y los demás comandantes de la Cárcel de Yare a través de Nelson Díaz, hermano del mayor Carlos Díaz Reyes.

Aunque ya habíamos mandado algunas cajas de libros para los presos, entre otros, “El Canto a Mi Mismo” de Walt Whitman e “Identidad Nacional y Culturas Populares” de Esteban Emilio Mosonyi. Luego, en noviembre del 92 enviamos las Obras Completas de César Rengifo, editadas por la ULA y que nos fueran entregadas por la señora Ángela Carrillo de Rengifo. Desde allí se firma el primer compromiso de los comandantes de Yare con los pueblos indígenas en un momento en que Rafael Caldera modificaba arbitrariamente más de 100 artículos de la Constitución del 61, sin consulta y sin Constituyente y peinaba el único artículo que medio amparaba en su atribuida “minoría de edad” a los pueblos indígenas, consagrando un régimen de excepción, en el fondo desintegrador, mal llamado de “integración a la vida nacional” para convertirlos en campesinos y despojarlos progresivamente de su etnicidad, tierras, idiomas, culturas y educación propia: art.77. Este documento de Yare de apoyo a los pueblos indígenas en el marco de la lucha de incorporación de Guaicaipuro al Panteón Nacional con la consigna de la Guerra Federal ¡Patria para los indios! fue bloqueado por la prensa nacional y todavía sigue en el exilio. Firmaban entre otros Hugo Chávez, Arias Cárdenas, Ronald Blanco La Cruz, Díaz Reyes…

Más allá de todo esto, Chávez después del 4 de febrero encarnaba ya, la restitución constitucional, que había sido abolida por la Constitución orgánica del FMI y del BM; así como las demandas de la izquierda cristiana y las teologías de la liberación, el acercamiento con los pueblos indígenas, los afros, las mujeres, el bolivarianismo, lo zamorano, lo rodrigueano, la apertura hacia el mundo árabe y hacia nuestra herencia hispano-árabe e hispano-canaria, que había sido tabuada, lo que facilita su papel en la reconstrucción de la OPEP, la apertura hacia el judaísmo no sionista como el que asumen Noam Chomsky y otros judíos -norteamericanos enfrentados al Estado de Israel y su racismo etnogenocida y ecocida contra el pueblo palestino. A esto si podemos llamar cosmopolitismo y universalidad o mundialidad actual, no al eurocentrismo de muchos de nuestros intelectuales.

Es más, como lo hemos dejado plasmado en trabajos en Aporrea y Ensartaos.com, el fenómeno Lina Ron se desarrolla para lograr un espacio de los sectores urbanos más marginados de la sociedad dominante dentro de la revolución. Para mí es dudoso suponer que Lina y su gente pudieran haber alcanzado un espacio organizado, propio, dentro de la izquierda clásica y ortodoxa. Lo cual no significaba tampoco tener que compartir siempre sus métodos de lucha. De allí el respeto en las diferencias con su Comandante. (Ver en Aporrea: Apuntes para una interpretación del fenómeno Lina Ron en la Revolución Bolivariana)

En otro sentido, Hugo Chávez, de una manera magistral y asombrosa, aprovechando la crisis dejada por el neoliberalismo rompe los hielos del apartheid del Cono Sur con el resto del continente mediante un acercamiento con el peronismo de Néstor y Cristina y con lo más fresco de la izquierda argentina y del Uruguay, incluyendo el aporte del maestro insigne, Eduardo Galeano, nuestro aliado de primer orden frente al apartheid del Cono Sur inspirado por Sarmiento, Alberdi y Gutiérrez. Que antes lo había sido el Prócer José Martí desde el Caribe. Incluso un año después de ser llevado Guaicaipuro al Panteón Nacional (8 dic. 2001), era llevado al Panteón Nacional de Montevideo el líder independentista charrúa Vaimaca Perú, repatriando sus restos desde Francia. Uruguay aparecía hasta entonces ante sus hermanos del continente como el pueblo más anti-indígena y racista. Siempre era un lugar común el orgullo por haber masacrado hasta los últimos charrúas y ser el único país de tierra firme, sin indios. Ganándose con ello en genocidio a Estados Unidos y Canadá.

Sacudiéndose de toda vergüenza étnica y de clase, Hugo Chávez se abrió con la anti-conquista y supo buscar la unidad en una diversidad de pueblos, culturas y civilizaciones, con una política internacional adecuada, nunca vista en nuestro continente. Enfrentó el culto a los conquistadores de ayer y de hoy y salió al encuentro de los pueblos de carne y hueso. Con sus virtudes y defectos, fallas y aciertos. Pero en un mundo donde la dictadura mediática global sólo pone en claro las limitaciones y banaliza los triunfos y aciertos.

En otro sentido Chávez también se desbloquea hacia el Caribe y África, incluyendo al temible e intocable Brasil, visto hasta ese momento sólo por su arista imperial-expansionista. Y esto también contribuye en parte al triunfo de Lula y al cambio del mapa político de toda Sudamérica. Hasta ahora a excepción de Colombia y Chile. Se enfrenta transitoriamente dentro de la Comunidad Andina de Naciones, rompe con ella para enfrentar el entreguismo piti-yanqui y promueve el ALBA con Evo y Correa. Y sobre todo, desde un principio, contribuye a sacar a Cuba del valle de los leprosos. De ese bloqueo inclemente de 50 años. Tampoco fue ajeno a la búsqueda de la paz en Colombia, la cual fue saboteada por Estados Unidos y Uribe a su servicio, hasta llegar a situaciones altamente conflictivas con la instalación de bases militares yanquis en el país hermano. A la salida del fatídico Uribe, se entiende con Santos por encima de las profundas y radicales diferencias políticas. Entre otras cosas, para impedir una guerra inminente entre Colombia y Venezuela, atizada por Estados Unidos y las oligarquías apátridas de ambos países. En dos palabras, desde un principio Chávez reactiva el pensamiento bolivariano, grancolombiano, anti-imperialista, independentista, integracionista y emancipador. Mientras que el mantuanismo historiográfico y el eurocentrismo académico ya lo habían condenado al pasado.

Vale decir, Chávez lleva a la acción política, con proyectos y programas, las grandes líneas rectoras de nuestro proceso histórico visto como totalidad. Como lo venían asomando Enrique Bernardo Nuñez como cronista anticolonial, Esteban Emilio Mosonyi como antropólogo pancrónico, contemporáneo de todos los tiempos y César Rengifo como el artista iluminado por la anticonquista, fundado en la historia y la cultura propia.

Chávez al salir de la cárcel y visitar Cuba decía: Yo soy un venezolano que pertenezco a todos los tiempos y a todos los lugares de nuestra historia. (Quizás se refería, entre otras cosas a los tiempos y lugares de la inclusión de todos los sujetos de nuestra historia, invisibilizados por el colonialismo cultural y político).

La visibilización de Chávez hacia los distintos sujetos del proceso, con sus aciertos y errores, como lo he planteado en otras oportunidades, lo desdoblaban en dos vertientes contradictorias de una recia personalidad: el Chávez vivencial, en conflicto con el Chávez académico (académico como civil y como militar. Vivencial en los dos campos, el civil y militar).

Para decirlo en palabras de Efraín Hurtado, el Chávez de lo concebido por las academias, en su acercamiento al pueblo/pueblo, fracasa, se estrella contra sus propios dogmas de “la cultura única mestiza” inducida en 500 años. Es aquel viejo cuento “de que somos una mezcla, la más perfecta de las mezclas”. Una mezcla racial, no define perfil propio de identidad ni de nada. Y una pretensión de mezcla perfecta, más perfecta que otras, lleva a otra forma encubierta de racismo y discriminación, aunque sea inconsciente. Ese camino llevó al mismo Bolívar de 1815 y 1819 a obviar y desconocer el camino de nuestra diversidad cultural, étnica y lingüística para concluir en nada, con aquel callejón sin salida: “¡Es imposible saber a qué familia humana pertenecemos!”.

En cambio, el Chávez vivencial, humano, de pueblo/pueblo, en el pueblo/pueblo, es algo distinto, más cercano a la múltiple identidad e identidades del venezolano. Entonces dice al mismo tiempo: yo soy llanero, yo soy cuiva. Yo soy zambo, soy indio y negro. Soy todo eso.

Una vez en Brasil sostuvo: “Me siento más indoamericano y afroamericano que hispanoamericano, iberoamericano y latinoamericano. Allí aflora el Chávez más en sintonía con sus ancestros nativos. De una opción, pero sin excluir. Porque él no está diciendo que no es, ni hispanoamericano, ni iberoamericano, ni latinoamericano. Lo que está afirmando y sintiendo es que lo indoamericano y lo afroamericano lo identifican más en primera instancia aun cuando hable una lengua metropolitana como el español y aún habiendo sido translinguado por el avasallamiento colonial. Aparte de ello, Chávez, tanto como Rengifo o como Mosonyi, es un hombre de la anticonquista. Si bien, en su proceso personal y colectivo de descolonización, todavía lo sorprenden mucho las tentaciones del colonialismo interno y algunos arrebatos desarrollistas.

Las raíces más contemporáneas de la continuidad de las formas de colonialismo interno, de la modernización unilateral y del desarrollismo actual, probablemente están en el pensamiento de la ilustración francesa, que alimentaron nuestros procesos de independencia y el ideario de los libertadores nuestros. Aunque siempre en conflicto, en tensión dialéctica con la historia viva y el sentimiento telúrico. Siempre allí rebotando en la memoria, el espejo de la realidad circundante desde el fondo de los siglos y milenios, que ponen de manifiesto indiscutibles influencias en Europa de los pueblos indígenas de América en las teorías políticas modernas. Y es que nuestros historiadores y científicos sociales han venido tomado sólo como fuentes de la historia y de la cultura la historia y la cultura escrita, al margen de la oralidad viva y de la vida cotidiana de los pueblos.

LA HISTORIA PUEDE ENSEÑAR QUE SI APRENDEMOS DE LA HISTORIA

¿POR QUÉ SOCIALISMO EN EL SIGLO XXI? PARA APRENDER DE LOS ACIERTOS Y ERRORES DE LOS ENSAYOS DEL SIGLO XX, DANDO EL SALTO DIALÉCTICO PARA APRENDER DE LOS ACIERTOS Y LIMITACIONES DE LOS SOCIALISMOS ANCESTRALES DEL PASADO Y DEL PRESENTE.

Hay que descifrar los signos del tiempo, el cambio de época y de los tiempos por construir. Salir de la prisión de las lógicas irracionales del capital y su reproducción.

Inventamos o erramos.

Aprender de los aciertos, limitaciones y errores de esa época del puntofijismo. No olvidar el testimonio de nuestros héroes y mártires. Reivindicarlos, exaltarlos, dar a conocer a las nuevas generaciones su pasión y entrega, seguir denunciando ante el país los crímenes horrendos de la Cuarta República, incluyendo esa fase de 40 años dentro de la resistencia militar, cultural y política de todos los tiempos de nuestra historia, pero sin quedarnos -como decía Pedro Duno- en el testimonialismo y en la pseudo-identidad con viejos aparatos y dogmas. Entender que los viejos partidos son o fueron instrumentos y no fines. Que aportaron y también limitaron. Y ello, sin dejar de comprender el problema estructural de fondo que tienen los partidos a escala global. Que lo tienen los partidos de izquierda, pero con mucho más peso en las alas, los partidos de derecha frente a los movimientos populares de hoy. Si bien reina un nuevo camuflaje de la derecha en ciertas banderas populares. Los lameculos del imperio son hoy presentados como “rebeldes” (pero son perritos falderos al servicio del pillaje de la OTAN y del Departamento de Estado en Libia y el Medio Oriente). Al menos los perritos muestran una lealtad que ellos no tienen ya ni con ellos mismos.

Entender, como lo plantea correctamente César Rengifo, que los pueblos son los creadores de la historia, de la cultura, de la nacionalidad y no sólo los héroes. Pero sin caer en la vieja y racista visión hegeliana de negar radicalmente los héroes culturales de los pueblos para imponer el colonialismo interno en los nacientes Estados Nacionales. Y donde la historia la escriben más los Estados fuertes que los propios pueblos, lo cual facilita la negación de la especificidad de nuestros procesos de independencia frente a la Europa racista, patriarcal y colonialista. De allí que Hégel nos llamara en la época de Bolívar “monos sin rabo”, como lo recuerda Ludovico Silva. Recordemos que esta posición de Occidente iba fundamentalmente dirigida contra los héroes y creadores de los pueblos, culturas y clases subalternas. Lo central iba contra los mitos y cosmovisiones indígenas y africanas. Pero no contra los mitos griegos, romanos y judeo-cristianos. De allí que César Rengifo –confabulado con Salvador de La Plaza- dedique un lugar privilegiado a exaltar la Creación por los tamanacos del Orinoco: el mito de Amalivacá, en el corazón de la Caracas de su tiempo (1952-53). En plena dictadura de Pérez Jimenez, el testimonio de la resistencia cultural desde el presente ancestral.

FANATISMO Y SECTARISMO, ENEMIGOS DE LA REVOLUCIÓN

El Presidente Chávez ha sido el primero en advertir que el fanatismo y el sectarismo son los peores enemigos de la revolución, con sus efectos contrarrevolucionarios, al no entender de fondo –además de una férrea unidad cívico-militar- la amplitud que el país reclama en la defensa integral de su soberanía como depositario de las reservas petroleras más grandes del mundo, en una revolución pacífica, pero no desarmada. Más, ante la nueva amenaza imperialista frente a la crisis global del capitalismo, de la civilización occidental y del equilibrio del planeta. Con una sola alternativa: o te montas sobre la crisis como el águila que sabe valerse de las tempestades metiéndole el pecho para elevarse sobre ella o simplemente, la crisis se monta sobre nosotros y nos aplasta o nos disuelve, reduciéndonos a una nueva esclavitud poniendo en riesgo el planeta y la vida como totalidad. Es allí donde cabe el llamado –contra todo reformismo- a ser radicales, ir a la raíz, muy distinto de ser extremistas. Marx mismo no confundía ser radical con ser extremista. Ahora bien, un marxismo sin identidad, sin tren de aterrizaje en la historia propia, la cultura propia y la educación propia de nuestros pueblos, es como dice Galeano en “El Tigre Azul”, otra religión opio del pueblo. Además, hay que salir de las pretensiones de que la ciencia occidental que ha liquidado el planeta pueda dar respuesta a todo, como lo plantea la ideología tecnocrática. Como el cuento del llamado “desarrollo indefinido de las fuerzas productivas”, que encontró su techo en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.

NO SE TRATA DE UN FRENTE PARA LIQUIDAR TODA OPOSICIÓN

No se trata de un gran frente para liquidar toda oposición, si bien una oposición consciente y constructiva es urgente, necesaria e imprescindible: la de izquierda y progresista, dentro del proyecto bolivariano. La externa al proyecto, dentro del país y del espíritu integracionista continental. (1). Pero si se trata de aislar y reducir a una mínima expresión a esa gama de traidores a la patria, que siempre han clamado por una invasión imperialista para seguir entregando el país y sus riquezas a los Estados Unidos y otras potencias europeas. Para continuar con el papel de títeres, viviendo de migajas … Esos mismos que ayer se prestaron para sacar el oro hacia Gran Bretaña, bajo el engaño de que era para “medir, su tenor, su calidad”. Y hoy arrugan ante la repatriación de esas reservas auríferas, en un momento histórico en el cual, no hay derecho internacional, como se ha demostrado en Libia donde se robaron las reservas internacionales de ese país antes de la invasión de USA y la OTAN. Y nada más seguro que la propia casa, de donde fue secuestrado en la cuarta república. Ahora, el oro sembrado sobre la tierra como espiga de amaranto hacia el fondo de los milenios, nos pone a escoger entre la riqueza ilusoria y el agua. “Si hay que escoger entre el agua y el oro, escogeremos el agua y dejaremos sembrado el oro”. Hugo Chávez (Recuerde sus propias palabras Presidente). La nacionalización del oro del subsuelo, no necesariamente debe implicar explotación en gran escala, sino fundamentalmente resguardo del agua, del bosque y del aire. De flora y fauna. Las próximas guerras como lo ha adelantado Leonardo Boff, teólogo de la liberación, serán por el agua. Más que por petróleo. Recordemos que el modelo económico estrativista de los países del ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador, por ejemplo) son de una sostenibilidad muy frágil a mediano y largo plazo ante la crisis terminal del desastre planetario emprendido por el capitalismo. Y que pudiera continuar en el socialismo. Ya como economicismo desarrollista –advertido por Marx frente a sus alumnos- o bien como un pseudo-culturalismo fragmentario, patriarcal y racista-clasista, imperial e imperialista, bajo la falsa dicotomía occidental “civilización o barbarie”, columna vertebral de nuestra dominación cultural, como lo vio José Martí en su tiempo enfrentando a Sarmiento en el Cono Sur. Señalando que “América no caminará sin el indio”.

EL PAPEL DE LOS TRABAJADORES

Reconociendo sin duda el papel fundamental de los trabajadores, tampoco el polo patriótico se debe restringir sólo a un obrerismo exclusivo y excluyente, con exigencias reivindicativas desmedidas al margen de la crisis global y del proyecto socialista para satisfacer nacientes aristocracias obreras, capaces de reventar el país y su economía, ignorando además la presencia de otros sujetos históricos invisibilizados en 500 años, que son parte de su propio ser histórico y cultural, pasando por alto nuestra diversidad cultural y étnica: pueblos originarios, afrodescendientes, mujeres, campesinos, desarraigados sub -urbanos, teologías de la liberación, movimientos sociales y ambientales de defensa de la Madre Tierra, entre otros. De allí la necesidad de un polo patriótico a escala nacional, continental y del Sur-Sur, que incorpore a todo lo más progresista del momento histórico actual. Contrapeso a las asimetrías en el diálogo Sur/Norte para evitar la guerra imperialista como acertadamente lo han planteado tanto Fidel como Chávez.

RENGIFO: UN MARXISMO DE LA ANTICONQUISTA

César Rengifo, de formación marxista, si bien tenía claro el problema de clases, nunca desvinculó la conciencia de clase de la conciencia etnohistórica de los pueblos y de la conciencia ecológica ante la descomunal conquista, no solo humana y patriarcal sino también de la naturaleza. Y del conflicto de estas conciencias e intereses en juego en la sub-cultura del petróleo bajo la dominación imperialista y su alianza con las oligarquías locales apátridas. (Ver: Discurso de Orden de Freddy Ñañez. Acto Especial Homenaje a César Rengifo. Hemiciclo protocolar de la Asamblea Nacional, 10 de agosto de 2011))

En el planteamiento de Rengifo –como lo vio Orlando Rodríguez- tenían cabida una serie de personajes que no eran necesariamente socialistas, pero que exponían una conciencia de patria, una posición nacionalista –anti imperial, como el caso de Andrés Bello o de Mario Briceño Iragorri en su tiempo. Sin embargo, no compartía de este último el culto hispanocéntrico a los conquistadores españoles de ayer y de hoy. Era Rengifo un hombre de la anticonquista, que marcó radicalmente su vida y obra de artista comprometido. En esto fue un marxista muy original, incluso frente al propio Marx. Aquí su iluminación como artista comprometido –que se anticipa a su tiempo- va más allá de sus ensayos. Ya anunciaba la descomunal conquista no solo de los hombres y mujeres de su momento histórico, sino también de la Madre Naturaleza. “Solos y el viento” (cuadro). “Las Torres y el viento”(teatro).

CUALQUIER FUNDAMENTALISMO, NIEGA LA COMPLEJIDAD Y SINTONÍA, HUMANA Y CÓSMICA CON EL MOMENTO HISTÓRICO ACTUAL

Al presentar al camarada Fernando Soto Rojas en el Acto Especial de la Asamblea Nacional el 10 de agosto, en el marco del día internacional de los pueblos indígenas (cada 9 de agosto) y los 200 años de nuestra independencia, explicamos que no estábamos en una jornada oficial. Que la presencia de Fernando y de Aristóbulo, como Presidente y Primer Vicepresidente de la AN, respondía más a la definición de la naturaleza y fines del Polo Patriótico. Como a la declaración de la Obra de César en cuanto patrimonio histórico y cultural de la nación y el 14 de mayo como Día nacional de la dramaturgia. (Ver : Gaceta Oficial del 10 de agosto de 2011.)

Recordando ahora que la reivindicación de Rengifo la comenzamos –para estos efectos- en un acto de la Alcaldía de Caracas en el cual la señora Ángela Carrillo de Rengifo devolviera a Aristóbulo –como Alcalde- la Orden Diego de Losada que le había enviado a su lecho de enfermo el anterior Presidente de la Municipalidad, Gómez Mantellini. Noviembre del 92 y era nuestro buen amigo recién fallecido, Freddy Balzán Director de Relaciones Públicas. Allí hablamos Maribel Espinoza, Humberto Orsini y el suscrito. Orden devuelta, que se perdió del Palacio Municipal cuando llegara como Alcalde Antonio Ledezma. La idea era mantenerla en el museo para conocimiento público de las nuevas generaciones. Ahora la Municipalidad de Guaicaipuro le ha concedido la Orden Guaicaipuro post-mortem y reclamamos –también para él- la Orden del Libertador como buen indianista y bolivariano.

Bien, más de un camarada me ha pedido que precise el no fundamentalismo que en ese contexto expuse en la Asamblea Nacional. Lo haremos, con ciertas ampliaciones necesarias:

1. Señalamos que nos reconocemos en los pueblos originarios del país y del continente, como los primeros poblamientos e identidades de nuestra América y del Mundo. Incluyendo los derechos originarios, históricos y específicos de los pueblos y comunidades indígenas actuales. Pero no por ello somos indiocentristas. Ni estamos ganados para formar aristocracias indígenas. Lo que iría contra lo fundamental de su propio espíritu igualitario. (Ver: Identidad Nacional y Culturas Populares de Esteban Emilio Mosonyi, edit. La Enseñanza Viva. Caracas. 1982)

Para nosotros, como descendientes de indios, indígenas o amerindios, la indianidad no es una nostalgia, sino vivencia histórica, social y espiritual. Es por tanto necesario seguir fortaleciendo el imaginario indígena del venezolano, bastante debilitado por la sub-cultura minera y del petróleo, por esas intensas búsquedas de El Dorado, que todavía no concluyen. La literatura venezolana y americana, sigue plagada de esa búsqueda bajo la falsa dicotomía “civilización o barbarie”. Desde Doña Bárbara, Canaima o Pobre Negro de Rómulo Gallegos, hasta “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez.

2.-Reconocemos en la Madre África el origen común de la humanidad. Y la particular inserción de los afrodescendientes en nuestra matriz histórica, social y cultural de los últimos 500 años como parte de la nacionalidad. Pero no por ello somos afrocentristas y ganados para formar pequeñas aristocracias negras o afrodescendientes. Lo cual desvirtúa la naturaleza de los movimientos.

3.-Frente a la descomunal pseudo-evangelización compulsiva y unilateral emprendida a escala global por las sectas y religiones made in USA, reconocemos el papel irremplazable de las teologías de la liberación y de las filosofías de la liberación, pero no por eso somos bibliocentristas o cristianocéntricos. Las teologías de la liberación no están limitadas sólo al cristianismo y a las otras religiones monoteístas, sino que pasan también por las religiosidades autóctonas, de convivencia, no proselitistas.

3.1.- En lo tocante a las filosofías de la liberación, pretendemos apoyarnos sobre nuestros propios pies para el diálogo intercultural e intercivilizatorio con Grecia, Roma y todo Occidente, pero no por eso somos grego-centristas, romanocentristas o judeo-cristianocentristas. Nuestra Universidad es de origen grecorromana, real y pontificia. Vale decir, sin alas de libertad para encontrarse con sus propios pueblos.

“Inventamos o erramos”. Seamos ”creación heroica antes que vulgar copia de otros” para no renunciar a nuestro propio ser histórico, cultural y espiritual. “¡identidad o muerte!” (Simón Rodríguez, Mariátegui, Efraín Hurtado).

Enrique Dussel ha planteado que el diálogo filosófico de América con Grecia, va mejor desde lo originario nuestro (del Buen Vivir y de la máxima Felicidad Posible, diremos nosotros), que haciendo puente con Europa. Aunque es prioritario el conocimiento de nosotros mismos desde nuestra diversidad cultural y humana. La interculturalidad debe ser construida en función de una sociedad en la cual podamos convivir creyentes, agnósticos y ateos, más allá del proselitismo fanático y sectario. El 80% de los filósofos son eurocéntricos (ha dicho Dussel). El cuento ese, de que todo comienza y termina en Grecia y Roma y en lo judeo-cristiano. Y a eso se llama cosmopolitismo y universalidad, incluso universidad. Reto mayor para nuestros jóvenes filósofos, literatos, dramaturgos y poetas (hombres y mujeres), como se lo expresábamos recientemente a Nelson Guzmán, Mariaisabel Maldonado, Freddy Ñañez, Antonio Trujillo, Fanny Arjona, Luis Felipe Bellorín, Luis Ernesto Gómez, Maury Márquez, Francis García, Argenis Delgado, Gladys Gonzalez, Radina Castillo, Jesús Gonzalez, Jorge Pocaterra, entre otros y otras, que se han nucleado alrededor de la Cátedra Intercultural César Rengifo y de la Cátedra de Desarrollo Humano de la Universidad Bolivariana.

4.-Reconocemos la vigencia del marxismo y su papel histórico irremplazable frente al análisis y superación del capitalismo, pero no por ello somos marxo-centristas de manuales y catecismos o de una nueva pseudo-religión que pretenda dar respuesta a todo, como la ciencia occidental tecnoburocrática, planteándonos el “fin de la historia” , “el fin de la política” y la ideología del “fin de las ideologías”. Expulsando de su ciudad perfecta a los artistas y a los poetas.

5.-Reconocemos el aporte de los renacentistas en torno a la afirmación del hombre (y luego de la mujer). Pero no por ello compartimos el antropocentrismo extremo, individualista, despersonalizante, masificador, competitivo y desligado de sus vínculos consanguíneos con la Madre Naturaleza. Con su ilustración posterior que dividió a la humanidad entre cultos e incultos, entre bárbaros y civilizados, unidad contra diversidades, unidad como homogeneización compulsiva contra lo diferente, como antes dividían entre cristianos y paganos. Hombres y esclavos. Esclavos y ciudadanos. La única diferencia que acepta este Occidente colonialista y patriarcal es la diferencia de clases antagónicas, dentro de una unidad de ficción para masificar, despersonalizar y negar a los pueblos, naciones y civilizaciones diferentes. Para contraponer ancestralidad y “modernidad”, “atraso- progreso”. Superar esta unilateralidad del renacentismo y de la ilustración es fundamental para la inclusión de los pueblos y sujetos invisibilizados e invisibilizadas en la primera y más todavía en la segunda independencia.

6.-Restablecemos la unidad del hombre y la mujer con el universo, pero no desde un cosmocentrismo ciego que anule el papel de lo humano y de las personas en particular. Ni individualismo disolvente, ni colectivismo ciego. Si las filosofías del Buen Vivir ya rechazan la idea capitalista de “recursos naturales” para designar al mundo animal, vegetal y mineral, con razones y sentimientos más profundos y generalizados y desde otras lógicas, rechazarían la idea de “recursos humanos”, “masas”, “pastores y ovejas”, y otros clisés de uso corriente en la sociedad anónima invisible del capitalismo antihumano, antiecológico y de una espiritualidad hueca cuyo vacío social y cultural ha conducido a la juventud a las drogas, la alucinación efímera y a la pérdida progresiva del sentido de la vida, del arte y del gusto por el buen vivir.

7.-Restablecemos junto con los indosocialismos y las filosofías indias del Buen Vivir, el papel de la nueva antropología crítica, diferencial y dialéctica, rechazando cualquier pretensión de desligar los enfoques etnoculturales de su sentido histórico social y de su carga filosófica, ideológica y política, como ha pretendido el funcionalismo, el relativismo cultural y los estructuralismos.

8.-Restablecemos la comunidad como una referencia irremplazable de la organización familiar, social y política. La relación dialéctica entre ancestralidad y comunidad es fundamental para la resistencia cultural y política como pudo verlo Robert Jaulin y como lo han visto siempre las filosofías indias del Buen Vivir y ciertas filosofías africanas.

8.1.-Consideramos que el acercamiento del proceso bolivariano al ámbito de lo comunitario representa un gran avance en relación a los enfoques coloniales y republicanos vigentes, que pretendieron sustituir la comunidad por la parroquia y el municipio en una larga historia de desmontaje misional y encomendera de las comunidades de los pueblos indígenas. Sin embargo este proceso de desmontaje colonial puede continuar si no tomamos en consideración el papel de las comunidades indígenas, campesinas, afrodescendientes, incluso urbanas realmente existentes, contextualizando las diferencias etnoculturales y reforzando sus procesos de reconstrucción.

8.2.-Luego, es necesario entender que la comunidad es un ámbito de la organización social y política de las sociedades y no el único ámbito. Esto es importante señalarlo para no caer en un reductora visión comunalista que nos conduzca a la pretensión homogeneizante y nos impida ver las diferencias étnicas, culturales y ecológicas de un pueblo a otro, de una región a otra, de una localidad a otra. No es lo mismo una comunidad warao que una comunidad campesina del mismo Delta del Orinoco. No es lo mismo una comunidad yecuana, que una comunidad yanomami, baré o baniva. No es lo mismo una comunidad de Birongo, de Curiepe, que una comunidad de San José de Barlovento o de Higuerote (y todas tienen en común lo barloventeño).

8.3.-En un sentido muy preciso en el caso particular de los pueblos y comunidades indígenas, la CRBV habla de Pueblos y Comunidades Indígenas en el sentido preciso que le da el Convenio 169 de la OIT. Esto significa que no sólo son comunidades indígenas indiferenciadas dentro de los casi 40 pueblos que hay en el país. Son al mismo tiempo, pueblos y comunidades indígenas.

8.4.-No tomar en cuenta estos distintos ámbitos de la organización social y política tendría fatales consecuencias etnogenocidas y ecocidas en la formulación de las políticas públicas (y particularmente en lo tocante a la inclusión de sujetos y actores concretos). Se trate de políticas educativas, de salud, de vivienda, de organización comunal, de transporte público etc.

ALGUNAS CONSIDERACIONES PARCIALES:

1.-Hay que acabar con las tentaciones de reducir los movimientos político-sociales como los movimientos indígenas, afrodescendientes, de mujeres, ecológicos, de las teologías de la liberación, movimientos ecuménicos etc, para convertirlos en simples frentes de los partidos revolucionarios. Esto, por supuesto sin negar el derecho a que los partidos tengan sus frentes indígenas, de jóvenes, de mujeres, de afrodescendientes, ambientales, de las teologías de la liberación etc. Estos movimientos tienen sus ámbitos específicos de operatividad en el seno de los pueblos, dentro de nuestros países y del continente.

2.-Es necesaria una formación y educación intercultural e inter-civilizatoria del Polo Patriótico. Que permita desarrollar metodologías interculturales –de construcción colectiva- para procesar las diferencias y reconocerse y autorreconocerse en el proyecto común de largo alcance histórico.

3.-Es urgente acceder a un tipo de relación distinta, más transparente, menos mediatizada por el poder político y por la inmediatez electoral, entre los movimientos político-sociales y los partidos de izquierda que formen parte del Polo Patriótico. Esto es válido también para ciertas organizaciones internacionales como el Movimiento Bolivariano de los Pueblos, entre otros.

Procesar las diferencias dentro de la revolución. Y la oposición externa, procesar las diferencias dentro de los intereses de la nación, su independencia y soberanía, los procesos de integración y la superación progresiva de las políticas de colonialismo interno.

3.1.-La relación partidos-movimientos político-sociales debe ser muy cuidadosa, como cuidar la niña de sus propios ojos, dado que los partidos han tenido la tendencia a bloquear, absolver o anular a los movimientos políticos-sociales o a mantener una relación de antagonismo con ellos.

3.2.-Hablamos de movimientos político-sociales por cuanto la visión occidentalizante de los partidos ha tendido a ver los movimientos sociales como “pre-políticos” o en todo caso con tendencia a lo meramente reivindicativo y sin tener visión de conjunto, de totalidad. Sin embargo, esta tendencia, que tiene su base real y concreta, no obedece propiamente a la dinámica interna de los movimientos sociales sino a la dinámica de la ideología dominante de mantener bloqueados y separados a los movimientos sociales entre sí y de la población en su conjunto. Incluso, la misma división entre sociedad civil y sociedad política es falsa y también se inscribe en esa ideología, como un lastre de la sociedad de castas de la colonia. Recordemos como insurgía la llamada “sociedad civil” (“apolítica” ¿?) contra las “hordas chavistas”. Y los círculos bolivarianos “del terror”….

3.3.- De la misma manera, cierta pseudo-antropología colonialista ha tratado de mantener en cierto “apoliticismo” a los pueblos y movimientos indígenas a fin de que no entronquen en la causa común de la liberación con otros movimientos políticos y sociales. Esto se ve con más nitidez en Estados Unidos y Canadá. Por ejemplo, en las últimas elecciones norteamericanas, ni en el programa y discursos de Obama aparecían para nada. Recluidos en el apartheid. En este sentido destacamos que en las sociedades hispanocentristas de la famosa “cultura única mestiza”, también encontramos formas disfrazadas del apartheid, ya que son sociedades de naturaleza excluyente y con una falsa pinza de inclusión: “dejen de ser”(indios o negros o afros) para que puedan venir, para que puedan ser parte de la sociedad, de “lo civilizado”. De “la historia” y de “la cultura” y –sobre todo- de sus “Bellas Artes”.

4.-Entender que todo movimiento político-social puede en alguna medida ser mediatizado y manipulado por fuerzas imperialistas o colonialistas al servicio de la dominación mundial, especialmente utilizando los mecanismos de financiamiento: movimientos obreros, indígenas, afros, mujeres, iglesias, movimientos comunales, rurales y urbanos. Y ojo con los racistas de barba, sotana roja y sobaco ilustrado: ¡no solo los indígenas, carajo!

4.1.-Ante ello señalamos que esta posibilidad –de manipulación- será más real y concreta en la medida en que los revolucionarios y movimientos político-sociales, nos apartemos más del trabajo de base amparados en el burocratismo y el papeleo de oficinas. Sin embargo, resulta contraproducente, de análisis superficial y decadente, estereotipar por facilismo a cualquier movimiento social con el epíteto de “contrarrevolucionario” cuando no satisfaga nuestras propias aspiraciones o corra el riesgo de asumir el camino contrario al proceso de cambio. Es necesario ante ello el trabajo paciente, sostenido, de hormiguita en las propias comunidades tanto rurales como urbanas. Frente a esta tentación los movimientos más frágiles para ser estereotipados como “pro-imperialistas” o “separatistas”, “contrarios al progreso” y “el desarrollo” son los pueblos y movimientos indígenas. (supuesto “atraso tribal” como se maneja ahora en el norte de África). El recurso más inmediato al que apela este análisis falso es a reforzar el colonialismo interno en nombre de “la unidad indivisible” del país de origen.

4.2.- Sin embargo, siempre es importante que los pueblos se fijen en el origen y procedencia del financiamiento de sus iglesias, partidos y movimientos. Y evalúen sus políticas de acuerdo a su comportamiento.

guaicaipurosrr07@hotmail.com


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Saúl Rivas-Rivas


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