Transcurrido diez años del Golpe de Estado, es buena la idea de organizar eventos (foros/charlas) para no olvidar este acontecimiento. Conviene también, la construcción de referencias para entender el Estado que hemos heredado y conservado muy celosamente bajo los históricos elementos que lo conforman, con la finalidad de medir y establecer; cómo ese Estado ha venido siendo subvertido para darle espacio al eje básico y estratégico del proceso bolivariano: Poder Popular y Estado Comunal.
Si hay un punto que logra definir realmente el sentido de lo que deberíamos entender por democracia protagónica y Poder Popular, ese punto es el 13-Abril 2002 con la gente en la calle mostrando su PODER y fuerza. Esta imagen contrasta radicalmente con todo el ideario que se ha vertido en las cinco leyes denominadas del Poder Popular, que en honor a la verdad han reciclado una idea bandera del proyecto bolivariano para encerrarla y tenerla prisionera en los muros de las comunidades. Este Poder Popular sólo tiene la opción de ser oído y con surte puede recibir aportes económicos para ejecutar proyectos que le permiten resolver situaciones dentro de los muros que las leyes le han asignados. No es mala esta idea de financiamiento, pero está tomando un sentido que no ayuda al fortalecimiento de ese Poder Popular.
Siguiendo con el esquema desarrollado en la parte I y II, veamos en esta ocasión, otra referencia para cerrar este ciclo de reflexión, que tiene la intención de justificar la posibilidad de un nuevo encuentro de intelectuales donde pueda hacérsele una tomografía y resonancia magnética al proceso y contrastar las imágenes de estos estudios con las conservadas desde la IV República. En la segunda parte afirmaba, que en el ámbito social, había consenso sobre los significativos avaneces que la revolución ha realizado para disminuir los niveles de pobreza que AD y COPEI no dejaron como herencia.
En esta última parte de la reflexión, tomo el ámbito político y considero para ello, el juicio ofrecido por el Profesor Rigoberto Lanz[i], que en esa oportunidad lanzó una alerta, sobre la idea que él tenía de la situación. Rigoberto Lanz sostuvo:
“(…) el desafío mayor que observo es justamente éste de gestionar y destruir, o construir y destruir. Es decir, cómo tú gestionas un Estado frente al cual estás plantado. El principal enemigo de la revolución venezolana se llama el Estado existente (…) No estoy por supuesto celebrando ni aupando empirismo, y es probable que así haya sido descrito, pero estoy un poco compadeciéndome de quienes tienen las responsabilidad justamente de hacer al mismo tiempo una gestión decente para aquí ahora de la gente y al mismo tiempo socavar las bases del principal enemigo de la revolución que es el Estado. [Existe] la necesidad de inventar y crear nuevas formas de gestión política, que no es ni partido, ni sindicato, ni gremio. Yo soy respetuoso de los amigos que adoran los partidos, de los militantes y entiendo que es un mal necesario que no sé hasta cuando dura, pero les aseguro que es una figura profundamente reaccionaria la del partido. Dije bien, reaccionaria. No hay posibilidad hoy de hacer partido revolucionario (…) Pero esas formas de gestión política anacrónicas y profundamente retrogradas no son la creación, la muestra de que hemos tenido inventiva, creatividad y talento para pensar la política de otra manera. Hay estamos raspados o es, elegantemente, una asignatura pendiente”
¿Cuándo vamos a tener otras modalidades de gestión política? Por ahí van los consejos comunales. Que por cierto es lo más avanzado que tenemos, que al mismo tiempo es otra tragedia; porque a cuenta de que el poder popular va a ser montado desde el Estado. ¿Qué poder popular es ese que se instituye desde el Estado? ¿Es política pública del Estado los financia y los legisla? Mire camarada, eso es una mamadera de gallo. Eso es lo más alejado del poder popular” (Subraya nuestro)
Estas observaciones de Lanz son fundamentales revisarla ahora por el sentido que tienen para el proyecto y porque fue este Poder Popular (pueblo) el que decidió revertir el Golpe de Estado del 11-A, mientras el partido andaba todos dispersos en la retaguardia. He tenido la oportunidad de escribir y publicar por Aporrea, muchas notas sobre el sentido del Poder Popular y de las leyes que se han aprobado para su fortalecimiento. En estas notas he querido precisar las distancias que van dándose entre lo que debería ser este PODER y el sentido que realmente tiene. Es un punto importante para este posible nuevo encuentro de intelectuales porque en este punto hay muchas contradicciones con lo que pregonamos desde las propuestas.
El Poder Popular que tenemos en embrión, va tornándose como en una nueva forma (un poco creativa) de hacer clientelismo, cuando deberíamos asumirla como la criatura más hermosa del proceso y la preocupación debería estar puesta en garantizarle a esta hermosa niña una mejor infancia, que posteriomente la lleva a una vida adulta sin traumas.[ii]
[i] La intervención de Rigoberto Lan disponible en Aporrea: http://www.aporrea.org/ideologia/n136839.html
[ii] La Parte I y II están disponible: http://www.aporrea.org/actualidad/a141403.htmlhttp://www.aporrea.org/actualidad/a141507.html