El Debate [Verdadero] Sobre la Pobreza y el Poder Popular

Este es un tema/problema fundamental para América latina y particularmente para Venezuela. El Proyecto bolivariano tiene o debe mantener como elemento esencial de acción; el problema de la pobreza y el asunto del Poder Popular. Ambos temas o problemas, tienen un nivel de complementariedad muy estrecho y soy de la idea, que la única manera de erradicar el miserable fenómeno de la pobreza en todas sus expresiones, tiene que ver necesariamente con la posibilidad de fortalecimiento del poder popular. No es el crecimiento económico el fundamento de tratamiento de este problema.

En estricto sentido del enunciado, este miserable fenómeno de la pobreza muestra su crudeza o alcanza a explicarse en función de una relación de causalidad en estas dos variables. Es decir; el problema de la pobreza se explica o tiene como causa fundamental la falta de acceso del pueblo al poder. El pueblo no tiene acceso al Poder y por eso sufre la condición de pobreza en todas sus manifestaciones. Salir de la Pobreza entonces, supone, no crecer económicamente como supone casi toda o una parte importante de las teorías económicas, sino darle poder al pueblo: Fortalecer el Poder Popular.

Chile, que es un país modelo para la oposición venezolana y la carta de presentación del neoliberalismo desde los tiempos de Pinochet, que aún está vivito e instalado en la Moneda, permite argumentar esta hipótesis. En Chile hay ahora un gran debate sobre este fenómeno de la pobreza y la disminución, porque el gobierno en comparsa con la CEPAL-Chile decidió manipular una encuesta y colocarle 0,7% en el proceso de disminución de la pobreza, que allá alcanza niveles dramáticos porque siendo el país modelo del neoliberalismo en América latina, es en consecuencia, el país con mayor nivel de desigualdad[i].

No es el caso de Venezuela, que los resultados de estudios realizados por instituciones nacionales e internacionales (PNUD), reconocen que en Venezuela desde 1998; lo pobreza ha venido descendiendo aceleradamente y cada año, el país y el proyecto bolivariano construye un clima más propicio para darle cabida permanente a la justicia e igualdad social. Para el año 1997, el 60,9% de los hogares venezolanos vivían en la pobreza y de ese porcentaje; el 29% se encontraba viviendo en condiciones de pobreza extrema. Hoy la realidad es otra; los hogares que están en esta condición cubre más o menos el 8% y este es un salto significativo que hay que llevarlo a un salto cualitativo[ii].

Pero insistamos en la instalación de un debate que saque el fenómeno de la pobreza de las coordenadas económicas a donde la han colocado muchas teorías económicas e intentemos ubicarla, en el marco de una referencia teórica de otro alcance. En Chile, la única opción que tiene el gobierno de reducir la pobreza, es manipulando encuestas. No hay otra, porque el modelo neoliberal lleva (como una lógica básica) a una fuerte acumulación y concentración de la riqueza en los más ricos y esta esquema produce inevitablemente pobreza. En Chile, hay crecimiento económico de los más altos, como puede haberlo en otro país capitalista, pero el fenómeno de la pobreza y desigualdad es la manera de existir y de manifestarse todas las variantes del sistema capitalista.

En Venezuela la situación es distinta relativamente, porque tenemos un gobierno y un líder que siente que la pobreza en todas sus expresiones es un estado de cosa indeseable y considerando que el gobierno tiene un cierto control en el timón del barco, opera para hacer más justa la distribución de la riqueza. Digamos que el crecimiento es una consecuencia del manejo de variables económicas, pero la distribución del producto de ese crecimiento económico, que no es necesariamente riqueza ni desarrollo, debe estar sujeta a una decisión política. Es ahí, donde tenemos que focalizar la posibilidad de transformar ese crecimiento en riqueza y desarrollo humano.

Es vital darle un vuelco a la situación para que esta decisión de naturaleza política, deje de ser una circunstancial (si tenemos el gobierno) y pase a convertirse en una decisión igualmente política pero con un comportamiento permanente. Esto será posible con poder popular. Una (¿única?) forma de tener el poder, es estructurar definitivamente un orden en el cual, la política sea lo que debería ser en el marco de los lineamientos del socialismo del siglo XXI: Un ejercicio de acción donde el decisor o los decisores sean las instituciones del llamado Poder Popular.

El crecimiento económico entones, deja de ser una variable independiente y pasa a ser una variable dependiente de la acción y moderación del Poder Popular. La orden de colocarse el l cinturón, si hay turbulencia, la dará el Poder Popular y esta es (o será) una manera muy distinta de hacer los ajustes que tradicionalmente asigna la “ciencia” económica neoliberal.

evaristomarcano@cantv.net





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Evaristo Marcano Marín


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