Un día como hoy, lleno de magia, especulaciones, mentiras y medias verdades fue el día de la gran batalla de un pueblo, mi pueblo, el barrio el Golfito, que luchaba por nacer, mientras los dueños del poder económico y político usaban toda su artillería bélica, propagandística, violentando los derechos humanos de un pueblo que; con hambre, miseria y reprimidos brutalmente, tuvieron las bolas cuadradas de luchar hasta lograr la victoria con la tenencia de la tierra.
Desde las 4am de un día como hoy, todos los cuerpos represivos del estado se desplegaron en todo lo largo y ancho de la avenida Andrés Bello, nuestra gente era superada diez veces por los funcionarios que venían con la vigente orden de "disparar primero y averiguar después", tenían chalecos, mascaras, bombas y todo un arsenal bélico para masacrar a un pueblo que solo reivindicaba un derecho consagrado en la extinta Constitución y reafirmada en nuestra Constitución Bolivariana.
Se alinean dos frentes de batalla, en toda la Andres Bello los tombos y dentro de la tierra en conflicto el pueblo entonaba el himno, las mujeres y los niños eran la vanguardia para proteger a nuestros cuadros encabezados por Douglas, Nilo, Teo y otros compañeros. Antes de este día, los habitantes del barrio fuimos criminalizados de "comunistas", solo eso bastaba para justificar una masacre. En medio del campo de batalla estaban unos arboles de ponsigue, donde Dios permitió la reproducción de un panal de abejas que vivían en santa paz.
Nuestra historia esta llena de magia y cuando uno tiene que narrar como testigo presencial una situación como esta, muy pocos la creen, pero luego de un largo día, los cuerpos de seguridad obstinados y con ganas de darnos hasta por debajo de la cédula, nuestro pueblo con hambre, sueño y arrechera, cantaba el himno con la bandera en una mano y una piedra en la otra, cerca de las 4pm los cuerpos de seguridad recibían la orden de ataque y el pueblo noble, revolucionario y siempre bolivariano, se quedo paralizado viendo como del panal de abejas salio un enjambre que les dio en la madre a estos hijos de puna que nos venían a sacar de lo que hoy es el barrio El Golfito.
La lucha continuo los meses siguientes, pero esta historia, antes de Chavez es muestra de muchas cosas, de como nos adelantamos en tiempo y espacio al Estado Comunal, La Escuela Bolivariana y todas nuestras creaciones colectivas.
A todos y todas, mil felicitaciones y eterno agradecimiento por su apoyo.
La lucha continua.