En esta nueva edición de CATEDRA COMUNAL, nos referiremos a la importancia que tenemos los chavistas en apresurar la formación del poder comunal en pro de avanzar con el Legado del Comandante eterno. Hugo Chávez Fría adelantando así el proceso hacia el objetivo que no es otro que el Socialismo...
En las Comunas, ya lo hemos escrito en otras oportunidades, es indispensable formar a los comuneros en los principios y valores, ya que éstos son los que distinguen o caracterizan la Comuna que queremos, por lo que se hace indispensable formar mujeres y hombres nuevos, capaces de construir una sociedad igualmente nueva, ya que lo antirrevolucionario no genera revolución.
Pero además de la formación ética son diversas las áreas, amplio camino para la educación y la capacitación dentro de la Comuna; intentemos concretarlas en las más usuales y, tal vez, las más importantes o necesarias:
El ser humano es motor de cualquier cambio. Si los hombres y mujeres se quedan de lado, es imposible hacer la revolución, porque ésta es para ellos y con ellos.
Ser protagonista de nuestro propio destino, implica necesariamente nuestra participación. De modo tal, que la revolución es con los hombres y las mujeres, o no es; es con la participación del pueblo, o no es. Dicho de otra manera, sin hombre nuevo no hay sociedad nueva, ni Comuna sin comuneros.
El hombre nuevo es fundamental para el Socialismo. Ello implica entonces que, empeñados como estamos en la sociedad por surgir , tenemos que construir un hombre actual y moderno, basado, como es lógico, en la educación y en valores diferentes, motivado a que sin educación y principios distintos, no hay hombre nuevo, en consecuencia no hay socialismo, no hay revolución. El Presidente Chávez expresa:
"Hay que demoler los viejos valores del individualismo, del capitalismo, del egoísmo; hay que crear nuevos valores y eso sólo se logra a través de la educación, del ejemplo".
"La educación no tiene que ver sólo con el estudio de una materia determinada, o con sacar el sexto grado, no, es mucho más que eso, se trata de los valores, la cultura, la solidaridad. Una revolución ética, por eso tomo la inolvidable frase de Bolívar allá en Angostura: "Moral y Luces son los polos de una República".
"Superación para vencer; luchar por ser el primero entre los primeros, [por estar] en el grupo de vanguardia. Ser el ejemplo donde se puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada que han perdido cierto entusiasmo juvenil, y que, frente al ejemplo, siempre reaccionan bien. [Tener] espíritu de entrega".
Si la revolución es el cambio grande esperado, si es la transformación en profundidad del estado actual de cosas, para producir una nueva sociedad mejor y perdurable, esta transformación no puede alcanzarse sin un hombre nuevo, sin una mujer distinta. Como se ha dicho muchas veces, no hay revolución sin revolucionarios, no puede haber cambios sin hombres cambiados, transformados en valores y principios orientadores.
El hombre en cualquier sociedad o sistema está obligado por los valores que lo orientan y amenazado por los antivalores. Hay rasgos bien específicos del hombre en un sistema capitalista o en un sistema socialista. En el sistema capitalista, por ejemplo, la competencia permanente será característica de los ciudadanos y ciudadanas, al igual que la lucha constante y feroz contra los demás; por el contrario, el hombre socialista será solidario y privilegiará la fraternidad por encima de la confrontación y la explotación.
"Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas", es Ernesto Ché Guevara quien así manifiesta la trascendencia del pensamiento. Las ideas trascienden, van más allá de nosotros; si morimos pero dejamos ideas, si hemos sembrado pensamientos -formas de ver, amar y luchar- realmente no habremos muerto, porque si bien físicamente desaparecemos, las ideas nunca mueren, van más allá de nosotros.
Avancemos sobre la formación del poder comunal;Tenemos que formar valores comunales, para tener comuneros, de lo contrario tendremos miembros de Comunas pero no verdaderos comuneros, y en consecuencia, adoleceremos de Comunas auténticas.
Hasta una nueva Edición del Catedra Comunal