¿Y el Poder Popular qué?
En otros momentos nos hemos referido a la poca o nula participación que ha tenido o se le ha dado al Poder Popular, en situaciones que recientemente ha venido viviendo el país. Caso de la tarifa que los delincuentes y mafias del transporte de pasajeros establecen, caso de los precios de los alimentos cuyos "acuerdos" cada vez más benefician al sector de los empresarios y caso de la venta y distribución de la gasolina.
Las mafias y delincuentes del transporte de pasajeros han hecho lo que mejor les ha venido en gana en el trato y tarifas a cobrar a los usuarios y usuarias de ese servicio. Allí, hasta ahora, no ha habido la más efectiva voluntad de parte de las autoridades locales por coordinar con el Poder Popular acciones que pongan freno a esos abusos. El periodista Clodolvado Hernández en reciente artículo publicado en el portal La Iguana señala lo siguiente: "… el perverso modelo de transporte público que se implantó en Venezuela desde los años 70 (y que la Revolución nunca ha desmontado) hace de los transportistas unos ‘empresarios’ que explotan sin piedad a sus trabajadores (los llamados avances) y a los clientes. Prestan el servicio los días que quieren en los horarios que quieren y, últimamente, a la tarifa que se les antoje. En lugar de trabajadores del volante, como a veces se hacen llamar, la mayoría es una especie de mezcla de pequeña burguesía con lumpemproletariado,…" Insistimos, ante un problema que afecta al pueblo trabajador y estudiantil del país, el Poder Popular ha permanecido en una especie de letargo. Y cuando nos referimos al Poder Popular estamos indicando organizaciones o colectivos que comprenden Consejos Comunales, Comunas, Consejos de Trabajadores, Consejos Estudiantiles, Consejos Educativos, Grupos Culturales, Asociaciones Civiles y todas aquellas estructuras donde participen personas con nobles propósitos. Para estas organizaciones existe todo un compendio de leyes que rigen su actividad, que reglamentan su accionar. De tal manera que toda acción que tomen para la protección de sus intereses debe contar con el respaldo de las autoridades respectivas.
Esto aplica para el caso del control y vigilancia del precio de los alimentos o "lista de precios justos o acordados". ¿Acordados con quién? ¿En qué momento fueron convocadas las organizaciones del Poder Popular para llegar a acordar los precios de los alimentos de manera equitativa y considerando el sueldo mínimo? ¿Qué autoridad local o ministerio respalda el reclamo y la queja que muchos sectores del pueblo venezolano hace cuando éste queda atónito ante la burla de los comerciantes fijando el precio de los productos a su antojo?
Similar situación se ha comenzado a observar con la venta y distribución de la gasolina que recientemente nos llegó de la hermana república de Irán. Funcionarios militares y civiles han hecho caso omiso del Poder Popular. Han llegado al extremo de desconocer a éste desde una postura de prepotencia y soberbia que deja mucho que pensar sobre esa relación de apoyo mutuo y unión que tanto predicó el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. Citando nuevamente al periodista Clodovaldo Hernández refiere que en relación con la gasolina se ha venido operando el llamado "Síndrome del Lobo Cebado" para señalar aquellos funcionarios militares y policiales que han "participado en los últimos meses del fabuloso negocio de revender en dólares gasolina regalada… Se llama así a los lobos (o a cualquier otra fiera) que ha probado la carne humana y, según dicen, ya no puede resistirse a la tentación de intentar comerla de nuevo. Mutatis mutandis, los bachaqueros dolarizados ya probaron las fabulosas ganancias de la reventa del combustible en divisas y por ello se resisten ferozmente –valga la alegoría– a que les quiten semejante fuente de enriquecimiento fácil."
Creemos que ya es hora que el Poder Popular se haga sentir y ejerza la autoridad de acuerdo a las leyes que le rigen. Dejar de seguir siendo visto como apéndice, simple adminiculo y sucedáneo por parte de ciertos funcionarios e instituciones que lo invocan cuando les conviene. Se trata entonces que el Poder Popular eleve su autoestima.