El principio de todo revolucionario, tiene que ser el de la construcción del poder popular que marcha paralelo a la creación de la conciencia revolucionaria, porque cuando hablamos de trabajo, no lo estamos asumiendo en el sentido capitalista; de trabajo para producir plusvalía. No, en la tarea de la construcción del socialismo tenemos que hablar del trabajo integral, que no solo produce, artículos de consumo o materia prima, sino que al mismo tiempo sea productor de hombres nuevos.
No estaríamos cumpliendo una tarea revolucionaria si conceptualizáramos el trabajo en la construcción del socialismo,en tránsito a la sociedad comunista, simplemente como la herramienta para producir mercancía divorciada de la producción del hombre nuevo.
En la construcción del socialismo el trabajo integral es la base para el fortalecimiento de la conciencia revolucionaria y para el avance hacía la consolidación de la nueva sociedad que marcha al mismo ritmo con que construimos al hombre nuevo.
El Ché Guevara, nuestro inmortal camarada en sus tiempos de ministro de industrias en Cuba; insistía en el trabajo como arma ideológica en la construcción de la sociedad socialista y siempre tenía como punta de lanza, el trabajo voluntario, porque es el mejor ejemplo que puede dar un revolucionario a su entorno.
Porque ese trabajo voluntario, no se puede medir desde el punto de vista económico, no importa cuantas horas de trabajo voluntario podamos aportar, medidas desde el punto de vista monetario, para establecer cuantos bolívares o dólares aportamos al proceso revolucionario. No, no se trata de medirlo en términos económicos, se trata del estímulo moral que generamos a nuestro entorno, que en esta lucha contra el dominio capitalista, es mucho más importante que el estímulo económico, que generalmente viene aderezado con la picardía patronal, para dorar la píldora de la dominación y de la explotación.
Es el ejemplo que estamos dando a nuestros compatriotas, cuando nos abanderamos del trabajo voluntario, porque no se trata de cuanto dinero valen las horas de labores que aportamos al proceso, sino de los nuevos camaradas que contagiados por el ejemplo que damos se suman a nuestro esfuerzo.
El guerrillero heroico sostenía, que los malos como los buenos ejemplos son muy contagiosos y en esta tarea de construcción del socialismo, tenemos que contagiar a nuestros compatriotas de buenos ejemplos.
Es imperativo,que trabajadoras y trabajadores en día a día fortalezcamos nuestra conciencia proletaria, mediante la organización revolucionaria, ya no con la tradicional concepción del viejo, corrupto y desgastado sindicalismo,que hoy por hoy representa la primera tranca para que avancemos en la construcción del poder obrero, el poder popular,sino mediante los colectivos revolucionarios, donde las presidencias, secretarías y demás jerarquías al mas clásico estilo de las organizaciones o clubes de la burguesía, desaparezcan para dar paso a las vocerías, cuyos titulares no son jefes, ni están autorizados para representar a trabajadoras y trabajadores,sino como portadores de los acuerdos y propuestas que decida la asamblea de ciudadanos como máximo poder del pueblo organizado, el poder popular.
Los trabajadores y trabajadoras no tenemos porque esperar que nos llamen a una mesa, para ver que podemos ofrecer. Nada de eso, los trabajadores y trabajadoras, en esta histórica oportunidad que nos da la Revolución Bolivariana, liderada por nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, conjuntamente con los demás segmentos de nuestra sociedad,tenemos que promover las discusiones de propuestas de participación colectiva en la conducción de las empresas y negocios del Estado Venezolano, para que como nación podamos ejercer los derechos y deberes establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La participación obrera en la conducción del país, no puede ser, a través de cargos burocráticos, “en representación” de los trabajadores, nada de eso, esas son rémoras de la IV República, que tenemos imperativamente que enterrar para siempre, para optar a la participación directa, democrática y protagónica, con el trabajo integral, porque en la obra socialista, como antesala de la sociedad comunista, el poder popular se construye con trabajo.
(*) Periodista CNP 2414
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