Recordando aquel cuento de la garrapata me viene a la mente la ciudad de Cagua, el cuento es aquel de un pueblo donde un médico cría a su hijo hasta que este también se hace médico, un día lo deja en el consultorio solo y va a la capital del estado a hacer unas diligencias, cuando regresa el hijo le hecha el cuento del ganadero que llega con molestias en el oído y el le indicó que esa molestia era causada por una garrapata que tenía en el oído y se la extrajo para curarlo de las molestias, al terminar de decirle esto a su padre esta le dice tronco de metida de pata pues esa garrapata te pago tus estudios de medicina…
En Cagua parece que a muchos les están pagando los estudios de medicina, si no veamos el caso del asfaltado de las calles. Las calles de Cagua están llenas de huecos y son asfaltadas con frecuencia, hasta el extremo que en la Plaza Sucre, la plaza principal del Municipio Sucre, existen espacios donde el asfalto tiene el nivel de la acera peatonal, pero los huecos de esas reparaciones reaparecen antes de los dos meses, con un agravante que aparecen los huecos por la remoción del material empleado para asfaltar pero desagregado y muchas piedras pequeñas tipo arrocillo quedan en la calzado y si algún vehículo frena en esa arenilla las ruedas del vehículo se traban pero de desliza por causa de la arena.
Obviamente el asfaltado realizado no cumple con las normas, o por lo menos el asfaltado no es satisfactorio, lo cual hace suponer que parte del costo de un buen asfaltado es usado para otros fines indeseados y bajan la calidad del mismo, algo que sería bueno que se investigue, pero es muy difícil que ocurra una buena investigación porque eso parece ser una regla general en todas las construcciones de las diversas instancias de gobierno y son muchos chivos gordos los involucrados.
Claro que también son muchas las obras en las cuales se aprecia un costo más elevado de lo normal.
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