El proceso revolucionario que vivimos en nuestro país está impregnado de graves errores que la misma dirección permite para mantenerse con privilegios y poder, dándose enfrentamientos a muerte entre fracciones y estos aparecen como luchas ideológicas, dentro del proceso revolucionario.
Si bien no está “prohibida” la lucha ideológica, la crítica y la denuncia sí, y cada vez que ésta se impulsa con fuerza, los ministerios, la dirección del partido, los gobernadores y alcaldes la descalifican con el argumento de que es parte de la oposición, mas grave aun a los compañeros que se atreven a asumir estas críticas los satanizan y son acusado de traidores y opositores.
Pero debemos decir con responsabilidad, que ha sido el propio compañero presidente Chávez quien muchas veces, cuando los sectores populares cuestionan la corrupción pide prueba y cuando cuestionan la burocracia, lo regaña y manda a callar, sabiendo que desde los inicio de este proceso estamos inmersos dentro de la cultura punto fijista y de la impunidad.
La falta de una revolución cultural que cuestione de fondo los elementos políticos ideológicos y éticos de la cuarta república y que se reproducen permanentemente en la praxis cotidiana de la burocracia del estado y partido, permite que la lucha interna no sea un combate político ideológico, sino una pugna por el poder.
Desde que se comenzó el debate sobre el plan Guayana Socialista, quienes propusimos desde el equipo uno, la propuesta de organización consejita, al igual que muchos compañeros de otros equipos, hemos afirmado que el combate inmediato que había que liberar era fundamentalmente cultural contra las prácticas burguesas existentes, que debíamos a la vez de impulsar un combate a muerte contra la división social del trabajo y la relaciones de poder burguesas que se mantienen casi intactas dentro de las empresas del sector aluminio y hierro-acero; por lo tanto, se debía de una vez implementar con fuerza y poder de decisión las mesas de trabajo de los trabajadores por cada área de trabajo, como también de eliminar los cargos de jerarquía dentro de las empresas.
Esta discusión la libramos en lo interno en el colectivo de ALCASA de control obrero como también se le hizo pública al chino Kan, ya que nos parecía una contradicción de hablar de control obrero y la organización de los consejos de trabajadores y dejáramos intacta la organización burguesa jerárquica del trabajo (presidentes, gerentes, jefes de divisiones etc.), hoy en el nombre de control obrero y del plan Guayana Socialista se sigue planteando lo mismo, el “quítate tú pa’ ponerme yo”, mientras los trabajadores siguen ausentes de las información como de las tomas de decisión en los problemas fundamentales de las empresas.
Otro de los problemas que transitamos es la llamada gobernabilidad, la cual lleva a qué grupo o mejor dichos fracciones políticas utilizan sus “influencias” poder y conflictos para exigir cargos, violentando al nombre del control obrero, a las misma clase, todo esto pasa por mantener los intereses grupales e intereses personales, en detrimento del proceso político que vivimos.
Ahora bien, esta práctica de la utilización del poder se da desde arriba ( ministros, gobernadores alcaldes etc.) hasta los grupos o fracciones que la burocracia controlan (nueva nomenclatura política) para mantener sus privilegios utilizando a los trabajadores o colectivos populares, esgrimiendo propuestas propias de los trabajadores y de los sectores populares como, control obrero, consejos de trabajadores, democracia participativa etc., lo cierto es que utilizan su poder para obtener más cuotas de poder y hasta negocios en nombre del socialismo.
Esta praxis la utilizaron contra los compañeros Elio Sayazo y Cesar Ortiz, hoy contra el nuevo presidente de VENALUM, Franco Díaz, impuesto por el ministro Meléndez, tanto el ministro que comente el abuso de nombrar a dedo una persona ajena al que hacer del aluminio, como la FBT que desde la fuerza trata de nombrar a uno de sus cuadros, por supuesto afín del gobernador Rangel Gómez, sin la consulta de los trabajadores, mantienen prácticas no democráticas (hablamos de la democracia obrera o consejita) todo para mantener el control de las empresas básicas.
Para nadie es un secreto que quien tenga el control desde la concepción burguesa, tiene el control individual de los cupos del aluminio, aunque el reparto sea para varios como contrataciones de servicios, compra de la materia prima, repuestos, etc. ya sabemos por experiencia que sin control de los trabajadores esto terminan con la misma práctica cuarta republicana, enriqueciendo a quien tenga el poder.
Esta lucha fraccional que no es más que expresión de los enfrentamientos de las diversas fracciones burocráticas de la derecha endógena que se dan dentro del PSUV y dentro del gobierno, se expresa violentamente dentro del movimiento sindical, que levantando las banderas reivindicativas tratan de tapar la verdadera discusión, ¿quién debe dirigir el actual proceso revolucionario que se desarrolla en el país?
Si bien el estado nos adeuda una gran cantidad de reivindicaciones económicas, la discusión fundamental que la burocracia del estado y sindical no quiere librar es ¿cómo se forma la llamada renta nacional? ¿Cómo se distribuye esta riqueza? ¿Quién planifica dicha distribución? Elemento vital para cualquier proceso revolucionario.
Hoy más que nunca a 3 años de plan Guayana Socialista debemos profundizar el combate contra la burocracia sindical, su manipulación clientelar, sus privilegios, debemos definitivamente impulsar desde la autonomía de la clase un programa de acción y lucha que permita avanzar en la construcción de los consejos de trabajadores y el control obrero.
Dicho programa a nivel sindical:
1) Democratización de la estructura sindical, que toda la dediciones sean consultadas en el seno de los trabajadores y se tomen decisiones democráticas por parte de los trabajadores.
2) Eliminación de todo privilegio sindical.
3) Eliminación de los tiempos completos.
4) Rendición de cuentas.
5) Subordinación de la estructura sindical al control obrero bajo los consejos de trabajadores.
En el seno de los trabajadores:
1) Debatir sobre la renta y su distribución.
2) Impulsar la planificación obrera popular de la producción para subsanar las necesidades del pueblo.
3) Impulsar desde la autonomía los consejos de trabajadores y el control obrero, bajo la propuesta del plan Guayana Socialista.
4) Mantener la agitación permanente en los portones, contra la conspiración de la derecha endógena y contrarrevolucionaria.
5) Impulsar la independencia y autonomía de la clase contra la política del aparato del partido.
6) Mantener el debate ideológico dentro de la clase y sectores populares.
7) Impulsar las milicias obreras bajo la dirección de los consejos de trabajadores.
8) Democratizar al partido y que este bajo la dirección proletaria
9) Activar los comandos obreros por los 10 millones y la victoria del compañero presidente Hugo Chávez Frías.
Hoy más que nunca a derrotar la contrarrevolución externa e interna.
Todo el poder para los trabajadores.