La casi que inmediata recuperación que evidenció la militancia chavista, y una interesante parte de la población zuliana, cuando Omar Prieto sustituyó a quien derrotado y sin aliento yacía a los pies de un crecido Guanipa, no cesa de crear interesantes lecturas.
La urgente necesidad del gobierno venezolano en afrontar un problema fronterizo que tiene más de cincuenta años desangrando a la Nación, hubiese sido casi que imposible de haber asumido Juan Pablo Guanipa la Gobernación del Estado Zulia.
Es de resaltar que el liderazgo y connotación que Omar inspira para propios y extraños, no solo ha permitido encarar estas organizadas mafias sino que, al menos por los momentos, ha minimizado tal su capacidad de reacción que su pretendida peligrosidad resultó más ruido que nueces.
Tanto se "dejó" avanzar y tal sería el poder alcanzado que esta verdadera "gangrena" logró erigir una desafiante expresión política dentro del territorio nacional. Por casi 15 años apalancó en la Gobernación del Estado Zulia un poder que no solo le preservó la sobrevivencia sino su fortificación.
Tiempo en el cuál a nombre de una mal entendida y traficada "zulianidad" se buscaba celebrar nuestro gentilicio con el Ballenato y con los patrones "culturales" de Colombia. Una manera de preparar el camino para una futura invasión "consensuada", mediante una "festiva" anticultura propia de un país que no en balde por ella celebra y resulta el mayor productor de drogas en el mundo.
Poco o nada se lograría en la región con la llegada al poder de uno de los comandantes del 4F. Tal decepción provocó que la desesperanza acumulada hicieron que el chavismo en el Zulia nuevamente se viera avasallado. Incluso aquel otrora fantasma de la "Media Luna" secesionista pareció resucitar.
La decisión de optar por una intervención militar extranjera en contra de Venezuela seguramente resultó suficiente para que Guanipa evidenciara su naturaleza y desistiera de todo propósito que lo "encadenara" ha permanecer "al frente" de lo que podía resultar un verdadero campo de batalla.
Si bien esta probabilidad todavía se mantiene vigente nuevos acontecimientos y actores se suman para "enrarecer" lo que ya parecía definitivo. Sin duda la llegada de Omar Prieto si no complica tal determinación tampoco se las está poniendo de "papayita".
Tras su enfermedad y "abreviada" recuperación, dejó prácticamente "contra la pared" a quienes en plena celebración pretendían mantener a los zulianos bajo el mismo régimen de penurias y desmanes a la que son sometidos los venezolanos en Colombia. ¿Un acto de reciprocidad o de justicia?
Este acto de verdadero orgullo patrio, reivindicando a los hijos de Bolívar donde quieran que estén, ha venido experimentando en la narrativa del zuliano un nuevo horizonte de interpretación de su realidad. Abiertamente se le brinda apoyo y de manera desafiante se le emplaza a tomar medidas más drásticas para recuperar nuestros espacios abandonados, más no pérdidos.
Obligado resulta mencionar el esfuerzo que le viene imprimiendo el alcalde Willy Casanova, y sobre el economista Tony Boza, por rescatar a Maracaibo. A pesar de haber recibido una institución en total abandono y casi que por el suelo.
Si bien no todo lo malo se ha dejado de hacer tampoco no todo lo mejor se está haciendo, y resulta normal para gestiones que recién están comenzando y necesitan ir engranándose. Aunque resulta urgente, y obligado, que todo funcionario refleje o por lo menos no distorsione el ejemplo que están asumiendo estos tres camaradas.
Realmente confiamos que este primer año sea suficiente lapso para evaluar estas expectativas. En lo personal, uno que otro caso considero están produciendo excesivo "ruido", innecesariamente distorsionando la imagen de Omar y Willy en la parroquia Cecilio Acosta.