La generación Halley del Liceo Víctor Capó: 1985-1990 Nueva Cabimas

Quien no recuerda esos días, mi familia venia de una peregrinación, desde que salimos del barrio INOS en 1975, nos fuimos a vivir en la casa de mi abuela materna, María Casilda Pineda en Los Médanos, de vez en cuando me fui a vivir en casa de mi prima madrina, Tati en Los Laureles, luego nos fuimos a vivir alquilados en la calle Churuguara, nos mudamos al barrio Monte Claro y finalmente nos fuimos a vivir en Nueva Cabimas.

Es lógico que en cada sector vivimos parte de nuestra historia y a su debido tiempo hare una nota como esta para recordar y dejar huellas, sobre todo en las escuelas; Víctor Lino Gómez, José Ángel Lamas, Salomón García Sierra y por último, en la Ramón Ocando Pérez.

Nosotros nos mudamos a una casa ubicada en la avenida 32 en un terreno que en otrora fue parque anexo de la escuela Ramón Ocando Pérez, para ir a clases solo teníamos que saltar la cerca aunque mi hermano Ender le tenía fobia a su maestra.

Estaban en pleno apogeo aquello del cometa Halley, decían los predicadores que venía el fin del mundo y estaban muy de moda las guerra de minitecas, la moda eran los zapatos zevago, nike y combers, el corte de cabello era el punk, recuerdo que cuando mi mama vio que me había hecho ese corte me quería desheredar pero ella siempre tan comprensiva había cultivado conmigo una relación de amistad y siempre me aconsejaba.

Por las tardes nos reuníamos en un terreno cercano que usábamos como cancha de futbol porque también teníamos la fiebre del futbol, en ese lugar nos reuníamos Orlando Guerra hijo, Hendrik y Eberth Rivero, el gordo Joel, Ángel Bello, pacho Oller, el morocho Contini, el negro cheo, culebra, entre otros que venían de otros sectores y las muchachas nos servían de barra.

Siempre había algo que hacer para recrearnos; cuando no era carnaval, venia el semana santa, el día de las madres y cualquier motivo era causal para celebrar y echar vaina, detrás de la escuela vivía Carache, quien tenía una miniteca y era un aficionado al juego de bingo, sin darnos cuenta contagio a todos los vecinos con este juego que alteraba con música y un remate de caballos, algunas vecinas aprovechaban la concurrencia para vender empanadas, arepas y cepillados.

Fue una época que paso volando porque recuerdo que estaba en 4to grado con la maestra Esperanza Garcés a quien le agradezco los templones en la patilla que me dio porque aunque era buen estudiante era muy mala conducta, me llevaba un reproductor con unos casete de guerras de minitecas y un balón de futbol, cuando la maestra se ausentaba del salón convertíamos el salón en cancha de futbol, creo que pase todo mi año escolar sin recreo.

A lado de la escuela esta otra escuela que se llama María Ch Báez, esa era Nacional y nosotros del Estado, no entendía el asunto pero existía una rivalidad entre los alumnos de ambos planteles, detrás de la escuela María Ch Báez vivía la negrita más bella que había visto en toda mi vida, Isabel Lopez, fue amor a primera vista, solo me conformaba con saludarla y caminar a su lado, mirarla de lejos y escribirle cartas y poemas que nunca envié porque yo le tenía mucho pero demasiado miedo a su mama la señora Teresa.

En 5to y 6to grado nos dio clases la maestra Teresa de Navarro, era viuda, joven, muy linda y tenía un carácter, DIOS, pero igual siempre hacia mis fechorías, teníamos una energía inagotable y nos hervía la sangre porque estábamos en la transición de pre adolescencia hacia la adolescencia, el periodo del surgimiento de la rebeldía.

Por las noches y hasta entrada la media noche nos reuníamos hasta en un puente ubicado diagonal a la casa de Orlando Guerra hasta que nuestras madres comenzaban a llamarnos, escuchábamos música, hablábamos de nuestros planes para el futuro y de todo tema: historia, mitos, leyendas, era como un campamento porque cada quien aprendía algo del otro.

De la escuela fui promovido al liceo Víctor Capo, ahí comenzó a encausar la fase superior de mi rebeldía.

Resulta que el trayecto al liceo me cayó como anillo al dedo porque tenía que pasar todos los días por la casa de Isabel y mi hermana Egly estudiaba con la hermana de ella, Tahis, esa fue mi mejor momento porque llegaba muy temprano a esperarla y la acompañaba hasta la entrada porque la madre siempre estaba en la puerta y creo que yo le tenía miedo, respeto, no sé qué cosa, porque ella hablaba más duro que el propio Director y todos los alumnos de todos los grados la respetaban.

Pero mis hormonas de lobo quinceañero estaban a flor de piel, me enamore de varias profesoras, la primera fue Ada Rodríguez, de biología, era una mujer muy bella y sexi, Dios mío ¡no sé cuántos hijos deje en el baño por ella! me imaginaba que si estaba tan buenotota vestida, desnuda tenía que ser una obra de arte.

También le echaba los perros a la profesora Belkys Amaya, de dibujo técnico, ella tenía una manera de tratar tan dulce que enamoraba al más pintao y el más pintao era yo.

Pero la misión que yo tenía en mente no eran mis fantasías sexuales y deseos reprimidos con las profesoras, yo quería ser grande y pasar a la historia con algo heroico, en deporte no podía porque mi especialidad era el atletismo y los deportes que marcaban la pauta en el liceo eran el futbolito masculino y el voleibol femenino, de vez en cuando iba a bucear a las muchachas de cuarto y quinto año, así llegue a un circulo de discusión estudiantil pero me sentía como cucaracha en gallinero porque yo era de 1er año y el resto eran de 4to y 5to año.

Estaban pautadas las elecciones del centro de estudiantes y los alumnos de 1ero a 3er año no podíamos ser postulados, así que quede como las guayaberas en la planche pero me incorpore al comando de campaña.

No entendía bien como se expresaban los partidos políticos a nivel del sector estudiantil y el grupo al que pertenecía era la JRC, solo sabía que era la Juventud Revolucionaria y que íbamos contra los adecos pero no tenía idea de que estaba apoyando a un partido del status como COPEI.

Los candidatos de ambos bandos eran tenían ciertas debilidades en oratoria, Platanote y Sabata, pero Ney y Nervin Gonzales tenían muy buena oratoria ya que su padre era Héctor González, quien los preparo para esa lucha electoral.

De vez en cuando me disfrazaba con camisa beige y encapuchado para arengar a la masa estudiantil, llame ladrón al Director sin conocerlo, acusaba a los adecos de corruptos por habernos escamoteado el pasado, presente y por intentar escamotearnos el futuro, hasta que un día estaba montado en la garita de la entrada del liceo dando mi discurso incendiario y de reojo vi a mi mama entrar al liceo, la habían citado en Dirección para decirle que sino moderaba mi conducta me expulsarían del liceo.

No quería llegar a casa porque imagine, me esperaba LA IRA DE DIOS pero mi mama me recibió con lágrimas en sus ojos y comenzó a contarme toda la experiencia que vivió de niña porque mi abuelo, Juan Pantaleón Espinoza era comunista y tenían que vivir en la clandestinidad, amenazados por la represión y persecución de los cuerpos de seguridad, ella me pidió que le prometiera que no iba a vivir la misma situación de mi abuelo, le dije que no podía prometer nada porque yo me sentía atraído por las ideas de mi abuelo.

El día del proceso le dimos una paliza contundente a la plancha de los adecos, recuerdo que nos fuimos en una marcha hasta el centro y no se quien, y como pero nos brindaron como cincuenta cajas de malta, ese día estaba muy satisfecho con mi primera participación en política, pensaba en lo pendejo que era porque tenía miedo declararle mi amor a Isabel pero no me temblaba el pulso para enamorar a las profesoras, llamar ladrones a los adecos y enfrentarme a quien sea porque no le tenía ni le tengo miedo ni al diablo.

Al concluir las elecciones estudiantiles todo volvió a la misma rutina, ya estaba "marcado" por los cuerpos de seguridad y mi mama resolvió enviarme para Valencia a casa de mi tia paterna, Carmen Silva donde comenzaría a jugar en las ligas mayores y mi prueba de fuego fue el caracazo con estudiantes de la Universidad de Carabobo, de ese tiempo y todos los tiempos continuare en otra oportunidad.



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Edwin Martinez Espinoza

Secretario General PPT Cabimas, Zulia.

 edwinmartinezespinoza@gmail.com      @edwinviene

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