" La indiferencia no mancilla mi vida solitaria; los dolores pasados y presentes me conmueven". José Antonio Ramos Sucre
https://youtu.be/ybeum-9nIBs?si=oqskU2op9PwFPhK2
Evitemos, de una vez, los inevitables juicios sarcásticos e insulsas suspicacias, explicando claramente lo que motivó este escrito es lo "intenso, vehemente,
arduo, difícil y fregado", como cualquier ciudadano iracundo o furioso –algunos catedráticos acreditados en la UDO SUCRE, la llamarían amargura, tristeza, aflicción, amargor, pena, pesar, disgusto, pesadumbre, sinsabor, desconsuelo, tribulación y hasta dolor-.
En consecuencia la herida duele, y como ciudadano iracundo o furioso puedo considerar injusto. Pues, como se dice, resollando por la herida. Que no es un gesto innoble o cobarde, ni se le puede pedir al herido que guarde silencio y compostura cuando el golpe asestado es artero e inesperado, por su falta de conciencia ética, sino que debería ser evaluado por su conducta deshonrosa, acto deshonesto, vejatorio e intención de causar daño.
Si alguna autoridad en particular, sintiera vergüenza, renunciaría, porque no ha sentido ni un ápice de culpa por el problema de fondo de la perdida de toda la infraestructura física de la UDO SUCRE.
Acaso, no deberian ser de preocupación de los cumaneses los duros juicios profanos que emite la gente. Pues, no deben de haber diferido mucho los adjetivos usados contra de los que se pronunciaron frente a la insólito "discurso" en que se dieron las reglas para saber confesar el derecho a la defensa.
Las respuestas a muchas interrogantes deberían estar acompañadas de los correctivos necesarios -desde lo legal y técnico hasta el equipo idóneo-, para llevar con el rigor de estilo de tan trascendente tarea.
Nos parece pertinente y necesaria continuar con la denuncia de los vacíos que ha tenido la conducción de la destrucción de la sede de la UDO SUCRE.
Y esa fuerza de las autoridades universitarias y del propio gobierno, impone una amenaza no solo evidencia, más allá del arrebato, despojo, frenesí, saña, que hiciera con la intención de emitir juicios de valor sobre la base de revisar si cumple con la lista de chequeo que puede construir algún ególatra chiflado embestido de autoridad.
Sin embargo, para desdicha de unos y satisfacciones de otros, los hechos narrados son más contundentes que las palabras y no pueden ser demolidos con adjetivos o fracturados con un mal elaborado instructivo de defensa, como si se tratara de un problema personal callejero deleznable que omitió que se trata de un problema de conducción política pública de poca trascendente, insignificante, irrelevante, trivial, frívolo, superficial, fútil, nimio, inane, vacuo.
Tanta indolencia, tanta maldad, tanta falta de sensibilidad, compasión, piedad, misericordia, filantropia, consideración, benevolencia, amor, altruismo, solo puede ser consecuencia de ese miedo extremo que hace perder la razón.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento!
FOTOGRAFIA
Colección de archivo de elaboración propia.
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Periodista Adriana Agreda