El ensayo de Ramón Ordaz titulado: ¡Viva la Crítica! ¡Muera la crítica en el enlace: https://www.facebook.com/share/p/161NdguzNu/, me obligó hacer el siguiente comentario, que deseo compartir:
La crítica -según mi propia experiencia, parte del problema de las virtudes para pensar en el problema de la política/moral, de modo de encontrar soluciones distintas.
Pensar ahora mismo, en el alcance de mis críticas, entendería que lo señalado por Freud sobre los "tánatos" desbordados, podría ser víctima de encarcelamiento con una perversa manipulación de la "Ley contra el Odio" o como ahora mismo, me han convertido en víctima de un amedentramiento -"entendida como amenazas cuando se emite una expresión con la que se anticipa a la pretensión de hacerme daño o de ponerme en peligro".
Les preguntaría a mi maestro Ramón Ordaz -con miras a la innovación conceptual y el abordaje metodológico- ¿Qué hacer? o, más simple, ¿Qué dejar de hacer?
Según Kant (1790), la "crítica es un juicio", también nos asoma a la "facultad de juzgar" y por último, dice que es un simple discernimiento.
Yo reconozco, no poder dejar de criticar lo que hacen en Cumaná, mi ciudad que defiendo con mis propios sentimientos, pasiones, emociones (...). Pero, también, a costa de mi propio deseo de "vivir o morir" en la crítica por la defensa de la ciudad de Cumaná.