Carabobo no ha escapado de esta realidad y, desde 2004, sus electores se han manifestado como lo resumen estos cuadros:
Chavismo |
Oposición | |
Revocatorio 2004 |
39,07% |
29,66% |
Regionales 2004 |
Acosta Carlez 27,56% |
Salas Rômer 25,82% |
Presidenciales 2006 |
46,04% |
28,35% |
Reforma 2007 |
28,77% |
32,22 |
Promedios |
35,36% |
29,01% |
Mínimo |
Variación (+) |
Máximo | |
Chavismo |
27,56% |
18,48% |
46,04% |
Abstención |
24,53% |
19,26% |
43,79% |
Al margen de algunas particularidades políticas estadales (“antisalismo” y “chavismo pollero”, entre otras) que fueron percibidas por última vez en las elecciones regionales de 2004, y de expresiones coyunturales como los “chavistas contra la reforma” que emergieron en 2007, puede advertirse que, a lo largo de este período, la oposición se ha mantenido en torno al 29% (+ ó - 3) de la población electoral (PE), mientras que el “chavismo” y el nivel de abstencionistas han fluctuado en proporciones similares y correlativas. Es decir, y a pesar de la opinión generalizada, el “fenómeno de la abstención” ha impactado preponderantemente al denominado “sector oficialista”. Igualmente, se aprecia que los picos altos alcanzados por Chávez se han producido cuando se ha tratado de su propia legitimación (Revocatorio 2004 y Presidenciales 2006), a diferencia de los otros procesos en los que ha servido de “portaviones” a candidaturas o proyectos sin arraigo popular; en estos casos, sólo ha contado con la aprobación de sus seguidores más comprometidos, alrededor del 28% de la PE.
En líneas gruesas, así ha estado configurado el escenario desde entonces y hasta ahora. Los resultados del 2-D, las disputas internas en ambos polos y la amnistía decretada recientemente son algunos de los elementos cuya repercusión en la clase política y en las tendencias sociales aún está por precisarse. En el marco de la polarización, tales tendencias podrían endurecerse, ampliarse o desmecharse durante las elecciones regionales de 2008. Por eso, este será, sin dudas, un año de intensos movimientos tácticos que ejecutarán los diversos actores con el fin de alcanzar o preservar posiciones de poder. Gobernaciones, diputaciones, alcaldías y concejalías son los objetivos, y la función ya está por comenzar.