Muchas veces he opinado que este gobierno, en ciertos casos, lo que hace con las manos lo desbarata con los pies. En la Isla de Margarita, esto ocurre con la Misión Barrio Adentro, cuyos buenos propósitos y resultados están opacados por la labor del hampa en los sectores de mayor pobreza.
Una noticia que consigna la prensa regional señala: "Tal es el caso del ambulatorio Dr. José Herrera, ubicado en (el barrio) Los Cocos. Su horario es de 8:00 am a 5:00 pm, pero el personal se ha visto obligado a dejar sus labores antes de las 3:00 pm, `antes de que empiece el tiroteo’, se quejan anónimamente.
"La inseguridad también ha hecho que los ambulatorios que funcionan en Achípano, Bella Vista y Cruz Grande se condicionen a horarios reducidos, ya que el personal médico y administrativo está bajo la sombra del miedo." Así pues, el éxito de la Misión Barrio Adentro queda disminuido por el pésimo rendimiento de los organismos de seguridad, empezando por la Policía neoespartana (Inepol), a cargo del gobernador Morel Rodríguez que, junto con la Policía municipal (Polimariño), brillan por su ausencia en los barrios más peligrosos, donde el personal de los centros hospitalarios desaparece antes de que el hampa se apropie de las calles.
Desde hace mucho tiempo, es vox pópuli la complicidad de agentes policiales en delitos tales como el narcotráfico, ya bien sea porque extorsionan a los vendedores de estupefacientes o porque los venden ellos directamente. En Margarita, todo el mundo sabe quiénes son los traficantes de droga, a qué horas la despachan, en qué sitios, dónde viven y cómo se llaman. También saben a qué horas llegan las patrullas policiales a "pasar raqueta", y si nada se hace al respecto es sencillamente porque a los jefes de dichos organismos no les da la gana, empezando por el gobernador de Nueva Esparta, quien siempre se ha mostrado indolente frente a todo tipo de delincuencia.
Es urgente que, tanto la Fiscal General de la República como el ministro de Interior y Justicia, ordenen las investigaciones preliminares para la intervención de los organismos policiales, responsables de la ola delictiva en Margarita.
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