Sobre la visita de Mark Zuckerberg a Venezuela, invitado por el Presidente Maduro

He visto los videos, y la verdad no estoy seguro de si el Presidente Maduro hablaba en serio cuando dijo que iba a invitar a Venezuela a Mark Zuckerberg, creador de la red social Facebook. Creo que, más que invitarlo, Maduro expresaba la necesidad de su gobierno de mejorar el uso de las redes sociales.

De cualquier forma, quería decir algo sólo por si el asunto va en serio.

El creador de Facebook es uno de estos nuevos jóvenes que se han convertido en el simbolo del capitalismo moderno, junto a Bill Gates, Larry Page, Steve Jobs o Elon Musk: muchachos de clase media que empezaron en un garage y de pronto se montaron en la ola de las nuevas tecnologías para, desde allí, crear su propio imperio.

Son los nuevos multimillonarios del Siglo 21, que se convirtieron en tales antes de cumplir los 35 años. Son muy simpáticos y joviales, estrellas de la farándula. Ya no usan saco y corbata, sino una camisa y un bluyín como cualquiera de nosotros.

Y es que no está mal ser emprendedor o aprovechar oportunidades para progresar, sobre todo si lo hacemos de forma colectiva. Pero, en muchos de estos casos, estos jóvenes se aprovecharon del trabajo de otras personas y se valieron de trucos y artimañas para llegar a ser lo que son, y para salir adelante ellos solos de forma egoísta e individual

El capitalismo estadounidense, por su parte, ha idealizado a estos jóvenes y los quiere convertir en nuestro ejemplo: nos dice que ellos conquistaron "el sueño americano" gracias a que viven en "la tierra de las posibilidades", en ese "maravilloso lugar" donde jóvenes que ni siquiera han terminado la universidad pueden convertirse en los dueños de un imperio (o al menos, eso nos quieren hacer creer). 

Nos dicen que ellos son el Tony Stark o el Bruce Wayne del mundo real: los "empresarios buenos" que se han convertido en nuestros nuevos héroes, que gastan su fortuna para convertirse de alguna forma en Iron Man o en Batman, con el fin de salvar al planeta entero "de forma desinteresada". 

Ya no hay peligro ―dicen ellos― de que el pueblo estadounidense se vuelva contra los empresarios, como sueñan esos condenados comunistas: ahora hay "empresarios malos" (los del mundo de la energía y de la banca, al estilo Montgomery Burns) y "empresarios buenos", como Mark, Elon y Steve. "Recuerden: ¡lo que está mal no es el sistema capitalista!", dicen desde allá. "Si el pueblo se alza, simplemente reemplazamos a esos empresarios viejos y carcamanes con nuestros nuevos muchachos, ¡y les diremos que con ellos construiremos un mundo mejor!" De esta forma, responden ante el amenazante Socialismo del Siglo 21 construyendo su "nuevo" Capitalismo del Siglo 21, que en síntesis es el mismo capitalismo de siempre, adornado con manzanitas, emoticones, Pokemon Go y una Coca Cola con sacarina.

¿Es ese el mensaje que queremos darle a nuestros jóvenes? ¿No ha sido suficiente ya con las dos películas de Jobs, el largometraje sobre Facebook y la montaña de documentales que History Channel, BBC, NatGeo y Discovery les han dedicado a estos "nuevos" empresarios? ¿No basta con todo lo que recibimos por la televisión e Internet, como para también hacerles el gran favor de traerlos acá a Venezuela, no a hablar en el auditorio de El Nacional, sino en nuestros propios espacios?

Y si traemos a Zuckerberg, ¿le pondremos un contrapeso? ¿Traeremos a Assange o a Snowden, aunque sea por videoconferencia, para denunciar cómo Facebook utiliza todos nuestros datos personales sin nuestro permiso y se los entregan a agencias de espionaje como la NSA? ¿Qué responderá Zuckerberg cuando un periodista de El Nacional llegue y le pregunte sobre socialismo, sobre Venezuela, sobre Chávez?

También quiero hacerle notar al Presidente Maduro que, así como en Estados Unidos está surgiendo esta nueva casta de "empresarios jóvenes, tecnológicos y vanguardistas", acá también tenemos a uno que presume de serlo: se llama Lorenzo Mendoza. Un empresario de 51 años que lucha por parecer de 35, quien dice que ha traído la modernidad, la eficiencia y las nuevas tecnologías a su conglomerado empresarial, y que también dice que nosotros los chavistas representamos lo viejo, lo anticuado, lo que hay que quemar y echar a la basura.

Y la verdad, Zuckerberg tiene mucho más en común con Mendoza de lo que podría tener con cualquiera de nosotros los revolucionarios.

Yo creo que el Presidente tiene que buscar a la gente que más necesita el país. Él debe recordar que, así como en determinado momento de la historia existía un grupo de luchadores revolucionarios y bolivarianos a quienes los medios venezolanos les cerraban las puertas, asímismo en todo el mundo hay cientos de miles de luchadores que proceden del área de la ciencia y la tecnología, que luchan por cambiar el mundo y hacer de él un lugar distinto, pero tampoco aparecen en los medios.

Personas nobles, idealistas, revolucionarias, que tal vez no sean perfectas, a quienes Hollywood no le ha dedicado películas ni documentales, y que probablemente no sean gente del mundo del espectáculo. Pero ellos existen y tienen cosas mucho más importantes que decir que un multimillonario que quiere ponerse como ejemplo ante el mundo. Son personas que a veces creen cosas tergiversadas de nuestra Revolución por culpa de los medios de sus propios países, pero a quienes deberíamos traer para que contemplen nuestras realidades.

Yo conozco a la comunidad de software libre (una de tantas comunidades de luchadores por un mundo mejor, pero no la única) y también quisiera que vinieran a Venezuela muchos de quienes la han construido. No sé si traerlos en este momento dada la necesidad de ahorrar en el país, pero sí me gustaría que vinieran algún día los creadores de las aplicaciones que nuestros niños usan en las Canaimitas, y que nuestros empleados públicos usan (o deberían usar) en los ministerios y entes públicos. Los desarrolladores de Libreoffice, Gimp, Ardour, Blender, Audacity, Krita. Del kernel de Linux. De aplicaciones ERP libres. Traer más desarrolladores de Debian, de Ubuntu, de hardware libre. Entre otras.

Aunque usted no lo crea, la gran mayoría de esos desarrolladores ignoran que en Venezuela hay 5 millones de niños y niñas con Canaimitas que usan software libre, y estoy seguro de que a ellos les emocionaría mucho ver esa realidad.

Ojalá pudiéramos meterlos a dar clases o charlas en los salones de la UBV, de la Unefa o de la futura Universidad de Telecomunicaciones e Informática, a formar técnicamente a nuestros chamos, a crear grupos de programadores, técnicos y científicos y, sobre todo, a crear vínculos, para romper esos graves problemas que tenemos en la comunidad de Software Libre venezolana, que le cuesta tanto trabajar con los desarrolladores de software libre de otros países para mejorar esas

Eso sí: con el compromiso de nuestros chamos venezolanos de que se van a quedar aquí, trabajando en el país, para mejorarlo, y no para desertar persiguiendo un "sueño americano" inexistente.

Escribo sobre informática porque es el área que estudié, pero estoy seguro de que hay movimientos similares en el área farmacéutica, de las patentes, de la ecología, de la agricultura y en tantas otras. Por favor, le suplico a las y los ministros que asesoren bien al Presidente en este y en todo sentido.

Nunca olvidemos que nosotros no estamos únicamente para traer figuritas mediáticas que puedan llenar eventos grandiosos y generar titulares impresionantes; nosotros estamos intentando construir el Socialismo del Siglo 21.  Y si mal no entendí al Comandante Chávez, tengo entendido que todo lo que hagamos tiene que ir en esa dirección.



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Luigino Bracci

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

 lbracci@gmail.com      @lubrio

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