La desarticulación de la Red de Laboratorios de Suelos del INIA

La Desarticulación de la Red de Laboratorios de Suelos, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas INIA y su Línea de Investigación en Biofertilizantes y Bioestimuladores Bacterianos, es una afrenta a las Ciencias Agrícolas del país y atenta contra la Racionalización del Uso de los Fertilizantes

Lamentablemente debemos hacer referencia, que se trata de un proceso que empezó a incubarse desde la transferencia del INIA al Ministerio de Agricultura y Tierra (julio 2007) con la desestimación del análisis de suelo para la recomendación del adecuado uso de fertilizantes inorgánicos; insumo de alto costo y potencial riesgo de generar pasivos ambientales, cuando no se usan racionalmente en combinación con la biofertilizacion.

Vale resaltar la valoración de la importancia de estos aspectos, en el pasado; cuando en la década de los 80 el Ministerio del área Agrícola, establece como aval del crédito agrícola, la exigencia de la recomendación de fertilizantes en base al análisis de suelo. Recomendación basada en resultados de investigaciones sobre fertilización y manejo de suelo, transferido al productor mediante el servicio de análisis de suelo y recomendaciones de fertilizantes. Es de deducir que la desarticulación de dicho servicio es de severo impacto para la recuperación de la situación agrícola actual; de la misma manera ha de considerarse como una gran pérdida para la agricultura alternativa de futuro, la paralización de la investigación en biofertilizantes y bioestimuladores, que comprende el estudio y selección de microorganismos del suelo, fijadores y solubilizadores de nutrientes, procesos biológicos que a nivel mundial están generando cambio en el uso y manejo de fertilizantes, particularmente el nitrógeno y fosforo, por la disminución del uso de energía externa en su producción y manejo. Muy recientemente (2019) la FAO, con el concurso de expertos a nivel mundial, elabora el "Código Internacional de Conducta para el Uso y Manejo Sostenible de los Fertilizantes", resaltando el análisis de suelo para determinar el uso eficiente de los fertilizantes y evitar el riesgo de la aplicación excesiva, causa que genera degradación en las tierras y contaminación de las aguas.

Sobre las anteriores consideraciones, importantes es resaltar; que ya para la década de los 80 antes citada, El Comité Internacional de Investigación Agrícola (1988), considera que la agricultura alternativa ha de basarse en "el manejo exitoso de los recursos agrícolas para satisfacer las necesidades humanas, mientras se mantenga la calidad del ambiente y se conserven los recursos naturales" otros autores sobre el mismo tema razonan que entre los fundamentos a considerar, es determinante la reducción del uso de energía y la conservación de los suelos (evitar erosión, manejar la fertilidad, la biota y la salud vegetal); Así mismo en la Cumbre de la Tierra, Brasil-1992, sale a relucir el tema, por la alta demanda energética para la producción de fertilizantes inorgánicos, evidenciando el caso de los fertilizantes nitrogenados (urea particularmente), resaltando el alto uso energético para la producción de una tonelada de urea, equivalente a la combustión de 1,3 toneladas de petróleo, con el agravante de que en el proceso de fabricación se generan altas emisiones de CO2 y NO2 a la atmosfera, unido a que en su aplicación al suelo se emite N2O y NH3, gases que contribuyen a incrementar los problemas de la capa de ozono.

Las cifras globales para 1986 indicaban el uso de 67millones de toneladas de urea para uso agrícola, cuya producción requirió alrededor de 87 millones de toneladas de combustible, las estimaciones de uso para el 2020, solo para la producción de cereales se considera en 130 millones de toneladas y el gasto energético para su fabricación es equivalente a 169 millones de ton de petróleo, cifras considerables en la competencia energética del planeta.

Afortunadamente, el uso de la urea en agricultura, puede ser reducido significantemente, a través de la biofertilizacion y los países más conscientes de esta situación; están avanzando de forma progresiva, caso Brasil que producto de su consecuencia en investigaciones sobre biofertilizacion y bioestimuladores bacterianos; se reseña la siembra de 13 millones de ha, con solo uso de nitrógeno proveniente de la fijación biológica, representando una ganancia equivalente a 1.500 millones de dólares/año y por 2,5 millones de ha con caña de azúcar el valor económico del nitrógeno fijado por bacterias en los cañaverales, gira alrededor de 20 millones de dólares/año, lo cual le da una gran competitividad a la producción brasileña, sin contar los beneficios del aporte a la mitigación del cambio climático, que le abre más opciones en el mercado internacional.

Así mismo es importante resaltar la presión a los países, por la obligatoriedad de cumplir la Agenda 21 sobre Medio Ambiente y Desarrollo, firmada por los Jefes de Gobiernos asistentes a la Cumbre de la Tierra, destacando en el capítulo 3 acápites 3.2, 3,9 y 3,12 la necesidad de reducir los insumos químicos sintéticos; promover la utilización de biofertilizantes en programas nacionales de fertilizantes; y elaborar nuevas tecnologías para la selección de organismos que puedan tener propiedades biológicamente útiles. Aceptadas dichas recomendaciones por el estado venezolano, se instruye a las instituciones de Ciencia Agrícolas, particularmente al Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias FONAIAP (precursor del INIA), que las asuman como objetivo para iniciar acciones con dichos propósitos, lo cual da fundamento para la organización del laboratorio de Biofertilizantes y el fortalecimiento de la línea de investigación en microbiología agraria, con el soporte de la Red de Laboratorios de Suelo.

Posterior a dicha cumbre y de la agenda 21; en 2015, surge la Agenda 2030 donde los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometen a cumplir con sus objetivos y metas, donde destaca la erradicación de la pobreza y el hambre bajo las tres dimensiones del Desarrollo Sostenible (protección ambiental, mejoramiento económico y progreso social) entre el 2016 y 2030.El uso racional o responsable de los fertilizantes, es un tema de alto interés para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS): la erradicación del hambre(ODS 2), el saneamiento y mantenimiento de aguas limpias (ODS 6), la producción y consumo de alimentos sanos (ODS 12) y el mantenimiento de la vida en los ecosistemas terrestres (ODS 15).

Ciudadano Ministro de Agricultura Productiva y Tierra, Atención Ministro para la Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación; sírvase el presente análisis y sus respectivas consideraciones para hacer valer la importancia y actualidad de la RED de Laboratorios de Suelos, las Líneas de Investigación bajo su soporte, su incuestionable acervo científico y tecnológico; y que inexplicablemente haya llegado al estado crítico de cierre técnico en que se encuentra, solicitando respuestas para su pronta recuperación.

 

 Investigador en Ciencias Agrícolas Jubilado del INIA-CENIAP

Antoniojsanchezs1@gmail.com



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Antonio J. Sánchez S.

Investigador Agrícola, jubilado del INIA, Participante y Relator del Trabajo sobre “Aproximación Agroecológica para el Nuevo modelo de Producción Agrícola en Venezuela”

 antoniojsanchezs1@gmail.com

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