"El cafe cargó bastante pero le pegó mucha aljorra".
La expresión coloquial utilizada en el ante título de este artículo es netamente campesina y de frecuente conversación entre pequeños productores de café durante los meses de la cosecha (noviembre-diciembre).
Para la mayoría de los caficultores "la aljorra" es una afección causada por la niebla, por el frío atipico del entorno ambiental y que a menudo lo atribuyen a un "año malo".
Este fenómeno de la fisiología vegetal: aljorra", básicamente, se caracteriza por un "secamiento" de los frutos de café o ramas productivas antes de culminar su proceso de maduración.
Este daño es mucho más evidente durante la época de la cosecha y se comienza a presentar a partir de los meses de julio y agosto.
Puede describirse como la caida temprana de las hojas, combinado con el retraso e interrupción del desarrollo de los frutos, la muerte de éstos y la necrosis de los tejidos hasta alcanzar el ennegrecimiento o momificación de los frutos para la fecha de la cosecha y que en fases avanzadas también incluye la muerte regresivas las ramas productivas, iniciándose en las puntas de ellas.
Una porción de los frutos que se logran mantener en las ramas y que si culminan el desarrollo presentan pequeñas manchas necroticas del tejido frutal que en su gran mayoría presentan los signos tipicos del ataque de enfermedades fungicas del café.
Los frutos parcialmente afectados o "aljorrados" no logran desarrollar las dos almendras o semillas contenidas dentro de ellos, lo que origina el "vaneamiento" de los mismos, afectando la conversión de frutos maduros necesarios para producir un quintal de café.
La "aljorra" como afectación fisiológica y fungica en un cafetal puede llegar a causar pérdidas económicas importantes; directa e indirectamente.
Las plantas de café con abundancia de frutos son las más afectadas por esta condición, cuando coinciden varios factores.
Antes de señalar el conjunto de factores predisponentes de la "aljorra" señalemos que la planta de café tiene un comportamiento fisiológico similar al de los frutales tropicales.
En esa particular fisiología productiva, a la que hacemos mención, las plantas activan su desarrollo al inicio del periodo lluvioso (abril-mayo), producto de la presencia de agua en los suelos; lo que favorece la absorción de los elementos químicos requeridos como nutrientes para el desarrollo vegetal y productivo.
En cafetales bien atendidos, en cuanto a fertilización y en las debidas correcciones derivadas de las recomendaciones de los resultados de los análisis de suelos y el restante manejo agronomico adecuado, no debería presentarse esta afectación y si se presenta debería ser en unos valores insignificantes.
Si las plantas no disponen de los elementos químicos necesarios, sobretodo de los nutrientes: potasio y magnesio recurre a un mecanismo de extrema sobrevivencia que consiste en sacrificar parte de su tejido foliar (hojas) y reproductivo (frutos) para movilizar los nutrientes de estos tejidos y trasladarlos a otra porción los frutos que si culminaran con exito su desarrollo.
Como consecuencia aquellos tejidos o partes de las plantas
deficitarios caen prematuramente (hojas) o detienen el desarrollo (frutos); mientras que otra parte del tejido que si permanece en la planta (pese a su condicion de debilidad nutricional) se hacen más propensos al ataque de los insectos, bacterias, hongos además de otros agentes.
Como agregado secundario de "la aljorra", y para el caso concreto del café en las plantas debiles afectadas, se presentan uno o dos hongos fitopatógenos (Cercospora sp. y Colletotrichum sp. aislados o combinados) que deterioran aún más la calidad de los frutos que si culminarán su desarrollo, pero ahora afectados por las enfermedades causadas por alguno o los dos hongos mencionados.
En tal sentido, un mal diagnóstico que no concentre el mismo en las causas verdaderas o iniciales que originaron los daños secundarios, puede incrementar los costos de producción y no acertar en la debida corrección del daño que, en gran medida, puede ser solventado con un adecuado manejo de la fertilidad y la nutrición de los suelos donde se desarrolla el cafetal.
Las recomendaciones finales para evitar la "aljorra" en el cafe, son las siguientes:
Evitar que el problema se presente, siendo para ello fundamental el realizar un análisis de los suelos en los meses previos a la floración de las plantas y seguir las recomendaciones tecnicas que a partir de los resultados obtenidos en el laboratorio recomiende un Ingeniero especializado en el tema.
Desarrollar indicadores de eficiencia para el uso de los fertilizantes a objeto de hacer más precisa y eficiente la labor y el uso del fertilizante.
Mejorar y conservar la materia orgánica del suelo del cafetal.
Aplicar al suelo las enmiendas quimicas u orgánicas en caso de ser necesario.
En los suelos de un cafetal bien fertilizado y corregidas sus limitaciones químicas difícilmente deberían presentarse este tipo de problemas.
La "aljorra" más que una enfermedad tiene su raíz en un inadecuado uso de los fertilizantes y enmiendas.