“Agreguemos que los rasgos "PIEL PIGMENTADA, PELO RIZADO, NARIZ ACHATADA Y LABIOS GRUESOS" no están generalizados entre los negros actuales de África, que son las poblaciones de mayor diversidad genotípica y fenotípica por ser las más antiguas; y, por el contrario, esos rasgos están más generalizados y son más pronunciados en los aborígenes australianos, los cuales genéticamente, está probado, son la etnia más diferente, que más diverge, de las etnias africanas actuales”
Este correo fue enviado por José Gregorio Piña, uno de los Gerentes del Subcomité de Estadística de Poblaciones Afro descendientes perteneciente a la Gerencia General de Estadísticas Demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el día miércoles 22 de junio de 2001 y donde deja claro su postura e intención parcial y poco interés, en el que no le importa adjudicarle al termino negro cualquier tipo de definición.
Por ello la pregunta censal por la manera como está formulada, tiene un propósito, que no solamente busca estereotipa al negro a través de una serie de expresiones peyorativas, que se convierten en una distinción o en un perfil fenotípico racial discriminatorio, en contra del aporte que han hecho los sujetos de la acción que poseen una melanina negra a la diversidad venezolanas, sino además busca que no se les reconozca que originó un tiempo histórico incorporado que se convirtió en un apéndice que vino a influir en el espacio-tiempo donde se dio la ciudadanía y nacionalidad de los nuevos estados-nación suramericanos y caribeños, puesto que dejó una marca muy precisa y transparente en su historiografía que por más de quinientos años se ha venido vejando, poniéndolo en situación de discriminación y no se le ha dado el valor y merito que amerita. Es decir, que su carga histórica se le quiere expropiar para convertir al término en un delito racial, pero lo más descarado es que se le quiere atribuir a un estigma foráneo, extranjero (afrodescendencia) su carga histórica, a pesar que el referido término, no tienen ninguna incidencia en los procesos históricos que vivió el país, no sufrió en carne propia las atrocidades, vejámenes, afrentas cometidas por el sistema feudal europeo el religioso católico, además que su producción circulación y consumo tiene un rechazo en la población venezolana, puesto que se transformó en un constructo muy ligero, cuya finalidad solamente persigue enmascarar la situación de vergüenza étnica para formular una imagen falseada expresada como tipo ideal, la cual viene a transformarse en la versión oficial (Véase lo que paso con el 4to. Encuentro de Afrodescendientes realizados en el Hotel Alba Caracas, en el que se utilizó un supuesto para adherirse como parte del Polo Patriótico, cuestión que conlleva a que la ROA pierde su originalidad y esencia, para convertirse en un actor político) para caracterizarse por su elasticidad en utilizar las cargas temporales en base al poder político, en el que solamente se busca aumentar la posibilidad de su hechizo y camuflaje, pues a la vez que convocan a la defensa de un pasado, lo mismo hacen con relación a un futuro proyecto nacional, convirtiéndose en una coartada en el que la imposición de elementos se hacen presente (en vista que no tienen ningún trabajo de despliegue comunitario y es por ello que se tuvieron que convertir en un ala política) y es por ello la necesidad de internalizar que las diferentes sociedades que han pasado por el proceso capitalista, se han caracterizados por ser reproductora de sus patrones de belleza, en el que sus "PIEL PIGMENTADA, PELO RIZADO, NARIZ ACHATADA Y LABIOS GRUESOS", son rasgos fenotípicos que utilizó el europeo para imponer su cultura occidental, en que el auto-agredirse se convierte en mecanismo de autodestrucción, auto-descalificación y de auto-desvalorización, porque “Ser enemigo de sí mismo es una violación del patrón etnocéntrico básico y en la literatura científica aparece definido como auto-odio. La duda de si mismo y la vergüenza oculta unidad a la necesidad de eliminar parte de sí mismo para sobrevivir en el mundo, podría inducir al Síndrome de Dismorfobia, caracterizado por la aversión que sufre un individuo por su propio rostro o por su propio cuerpo”(Scotto Domínguez, Ítala (1999). Los Cuchillos de la Ausencia. Aproximación a la Psicología del Desarraigo. CEVIAP. KSK. Caracas, Venezuela. pp13.
Desde hace mucho tiempo venimos advirtiendo que se hace necesario que se reconozca el aporte hecho por la cultura negra a la venezolanidad y que se plasme de forma escrita y expresa dentro de la pregunta final censal que hace parte del instrumento de recolección de información censal (llámese encuesta cara a cara) de la siguiente manera: Negro: toda persona nacida en el territorio venezolano, que se reconoce en sí mismo como creador de la cultura negra, sobre la base de su percepción, valoración y ponderación de los componentes históricos, generacionales, territoriales, culturales, producto del desarraigo tribual africano, la cultura indígena y la imposición europea, teniendo como característica principal, una identidad que en su núcleo central de sentido y periferia de sentido, sus estereotipos se identifican con el ejemplo, heroísmo y sacrificio de los precursores y forjadores de esta patria libre y soberana que dieron origen al estado democrático y social de derecho y de justicia venezolano y que tiene como designio regirse por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. En vista que no se reconoce el sentido de pertinencia que tiene en la idiosincrasia venezolana, la cultura negra venezolana, ya que viene siendo una de las distinciones jurídicas, reconocidos por la propia ley orgánica contra la discriminación racial en la siguiente cita: “…las insurrecciones del “negro miguel”(1552); la impulsada por los negros en margarita y costas de Cumaná (1525-1555, 1603) o en los Valles del Tuy (1650); la liderada por “Andresote” en los Valles de Yaracuy (1730-1733) y quizá la más reconocida por su carácter vanguardista, tanto en lo político como en lo social, emprendida por José Leonardo Chirinos y José Caridad González en la sierra de falcón (1795) …”(véase la Introducción de la Ley Orgánica Contra la Discriminación), es decir, que se reconoce su sentido de pertinencia en la cultura venezolana y en la personalidad y jerga del sujeto de la acción que se identifica como venezolano y que no se quiere reconocer a pesar de su incidencia en la idiosincrasia venezolana.
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