Hace unos días escuchamos que un jurado en Estados Unidos absolvió a un policía que disparó seis veces a un joven de 18 años que iba completamente desarmado. Lo cierto es que la decisión del jurado estadounidense hubiese sido distinta si no se tratase de un joven negro como lo era Michel Brown.
A pesar que los medios norteamericanos lo ocultan, es bien conocido que en Estados Unidos existe una evidente discriminación racial ya que en ese país por el simple hecho de ser negro se puede inducir que la persona es delincuente y se justifica cualquier abuso policial. Así sucedió con Trayvon Martin en Florida; Sean Bell y Amadou Diallo en Nueva York; Timothy Thomas en Cincinati; Rodney King en Los Ángeles; y el más reciente, Tamir Rice de 12 años en Cleveland; todos estos casos confirman una política de Estado que permite eliminar a población negra, por tal motivo es que los funcionarios vinculados con las muertes de estos seres humanos han sido absueltos y algunos de ellos siguen matando afroamericanos.
La discriminación racial existente en Estados Unidos también se confirma en otros aspectos. En términos de riqueza en los últimos 25 años la brecha entre blancos y negros se ha triplicado. Igual sucede con las viviendas propias, ya que menos de la mitad de la población negra (43%) tiene vivienda propia; en cuanto al ingreso medio de los hogares negros ni siquiera llega al 60% del ingreso de un hogar blanco. En Estados Unidos más de uno de cada cuatro negros viven en la pobreza, mientras que menos de uno de cada 10 blancos están en esa situación de precariedad.
Lo que vemos en Estados Unidos hoy, es producto de una política de exclusión de un Estado que se dice defender los derechos humanos y comienza violándolos en casa. Desde Venezuela nos unimos a nuestros hermanos afroamericanos que luchan por sus derechos en Furgueson y todo Estados Unidos, porque la defensa de la causa humana no tiene fronteras.
