En Venezuela nos estamos enfrentando a las grandes corporaciones financieras transnacionales de los Estados Unidos como eje transversal de intimidación contra los estados del mundo que no se subordinan a los designios, imperiales que, las representa de manera verticalmente adherible, la actitud de vasallaje que sostiene el presidente Obama, actitud visualizada tajantemente en su decreto ley, donde argumenta una supuesta amenaza, de un pequeño país sureño como el nuestro, a la seguridad de un poderosa superpotencia bélica y, por demás intrigante y manipuladora, en procura de su propia expansión consumista, como forma de justificar la agresión, con sus formas, tanto de tercera como de cuarta generación, implementadas por el gobierno imperial del norte contra nuestra soberanía nacional.
En esta hora de desafíos para nuestra patria bolivariana, acompañados de un historial interminable de aberrantes intromisiones guerreristas de este temible monstruo extranjero, de los mil tentáculos contra países, que, a su juicio les pueden proporcionar materia prima para su planes de supervivencia en su condición de estado capitalista en su fase terminal monopolista, lo menos que pueden hacer los militantes que se auto denominan comprometidos con este modelo incipiente, pero al fin y al cabo con miras de transformación de las estructuras socio económicas de nuestra nación, es conservar la unidad revolucionaria en la práctica, por encima de cualquier desviación, con claridad de objetivos, en su esencial y trascendente misión de profundizar los elementos básicos e integrales de independencia y soberanía nacional, hacia una sociedad realmente superior, tal cual lo pautaron nuestros héroes libertadores de América, Bolívar, Sucre, Urdaneta, Cipriano Castro, Chávez y tantos otros anónimos, que, a lo largo de más de doscientos años han debatido con el intelecto y estrategias militares aunado a la entrega incondicional de su integridad física, a través, del ejercicio revolucionario, la cárcel y la tortura, y vejámenes de todo tipo, para dejarnos el territorio libre de “ladrones de carretera”, por gigantes que aparezcan en sus vitrales, sus denominaciones de United States of América, lo que equivale a decir lo mismo: injerencia, intromisión, invasión, desastre, muerte, desolación.
En este contexto geo político, las formas de organización que se pueden mencionar como “guarniciones” del proceso de cambio en Venezuela, y que contribuyen a elevar el legado de conciencia social que también nos dejara el Comandante Hugo Chávez, tales como Las UBCH, las Comunas, Los Consejos Comunales, deben estar dirigidos armónica, unitaria y colectivamente a preservar en la práctica cotidiana la coordinación de las tareas sociales, que, a manera de contenedores de esta embestida imperial se nos impone por la fuerza de la conciencia social a todos los habitantes de la patria de Bolívar.
Lamentablemente, y es necesario denunciarlo, esta práctica de unidad colectiva revolucionaria, adolece en Carabobo de una auténtica coherencia en lo atinente, a como llevar adelante el trabajo comunitario mancomunado entre las UBCH y los Consejos Comunales, sin caciquismo alguno, de parte de los jefes de círculo, donde el PSUV tome una actitud inmediata de bajar lineamientos de convivencia con todos los sectores que hacen vida comunitaria en Carabobo, en el aspecto de ratificarle a los círculos electos por los miembros de éste partido, la necesidad de trabajar unidos, sin crearles cortapisas o dificultades a los voceros de los consejos comunales, que vienen adelantando trabajos en beneficio de las regiones, contra viento y marea, pasando muchas veces por encima de las trabas y las demoras que impone la burocracia estatal; misión abnegada de hombres y mujeres de los consejos comunales que siguen a pié firme el legado del Comandante Chávez, que se concretiza en la frase, “Comuna o nada”, como manera sustancial de elevarse en el tránsito hacia la sociedad socialista. No obstante, este requisito de hermandad en el trabajo comunal solidario, parece no ser bien orientado hacia las bases de los círculos por el organismo del PSUV en Carabobo a quien le compete, en función de que los jefes de círculo acaten la autonomía y las disposiciones para el trabajo en conjunto con los consejos comunales y no obtén algunos jefes de círculo por la facilidad de un mensaje de ofrecimiento a la comunidad con ropajes demagógicos cuartorepublicanos.
Es mucho el trabajo coherente y colectivo que se requiere del militante de las filas revolucionarias, precisamente allí, donde están las masas, en las largas colas, colmadas de gente exausta en las aceras de los supermercados, de pié desde la madrugada, confrontadas sin quererlo con el descarado alto índice del bachaqueo, que quieran aceparlo o no está lesionando la estabilidad de nuestro modelo de democracia participativa, es allí donde deben trabajar conjuntamente las UBCH con los consejos comunales y no dejar pasar el tiempo, estos organismos del PSUV haciendo la guerra a unos organismos que como los consejos comunales, están legitimados para ser fortalecerlos, no para contribuir a hacerlos desaparecer con intrigas de bajo fondo de lidercillos recién aparecidos. Para quien quiera que visite los mercados y bicentenarios de Valencia pueden darse cuenta que las denuncias no son atendidas a tiempo y la presencia de las UBCH NO SE DEJAN SENTIR de manera general en estos supermercados de la gran Valencia, y lo que es peor, las intenciones de coordinar esfuerzos para dar el traste con esta situación de guerra económica, entre otras que perturban la paz pública en el sector, con la participación de los fiscales populares y los voceros del consejo comunal, como es el caso del existente en Candelaria Norte, son saboteados violentamente por “Un jefe de Círculo”, que parce no asimilar la necesidad de construir un colectivo, donde se respete la buena intención de la vocería de los consejos comunales, para, en unidad combativa dar el frente a los males que emergen de estas formas de desestabilización y aniquilamiento de nuestro ejemplo de cambio para el entorno suramericano.