La postura malderábica que viene asumiendo el Departamento de Estado gringo, sobre todo cuando el motivo manifiesto de la gira de Tillerson por latinoamérica es la de preparar una nueva conjura en contra de Venezuela, más que una demostración de Poder refleja una clara señal de cobardía e incapacidad de parte de la ¿primera? potencia del planeta, por mantener sus espacios de influencia del otrora.
A pesar de que resulta vergonzoso la manera como Trump tiene domesticados y en sus respectivas alfombritas a estos cinco "cachorritos", no cabe duda que Venezuela durante gran parte de su historia se ha convertido en un hueso difícil de roer para las potencias imperiales del planeta, sin importar el número de bastardos que la quieran apoyar.
Por la espuma que hoy mantienen en el hocico y por la constante zozobra y preocupación que evidencian, al no encontrar la forma de imponerle sus intereses, este país latinoamericano los tiene peligrosamente atragantados y, lamentablemente, obligados a no descartar asumir Acciones de Fuerza contra él en lo inmediato.
Próximamente (este 13 de febrero) se estará conmemorando en Venezuela un aniversario más de aquel otro episodio mayúsculo en su dilatada lucha antiimperialista. "¡La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!" memorable y audaz discurso bajo una postura encomiable y difícilmente vista o emulada incluso en nuestros días. Otro AGUERRIDO VENEZOLANO, despectivamente llamado "el Cabito", Cipriano Castro, que no sólo tuvo el valor de hacer frente sino hacer respetar los Derechos y el Temple de Acero de la Patria de Bolívar, nada menos que ante Inglaterra, Alemania e Italia (aunque también se unieron en esta cobarde empresa, a la que se dio por llamar el Bloqueo Naval de Venezuela, buques de Holanda, Bélgica, España y México).
Pero qué tiene Venezuela y su pueblo para lucir tan impecable trayectoria de Dignidad e Irreverencia Libertaria. Seguramente lo que le hace falta a los cachorritos que hoy en día entregan sus países por un puñado de efímeras regalías.
A pesar de las Sanciones Económicas, la Guerra Económica y toda clase de estrangulamientos que le han propinado, inclusive los adelantados planes para una intervención militar multinacional, poco les ha valido para minar la gobernabilidad y compostura revolucionaria del pueblo venezolano para con su gobierno.
Y no es que en nuestro propio seno no halla apátridas ni traidores, de no haberlos seguramente no estaríamos como estamos. Pero la firme y diáfana decisión del gobierno bolivariano de asumir echar su suerte con el pueblo venezolano le ha permitido una simbiosis de entendimientos y sentimientos sumamente poderosa. Imaginarios de fácil lectura y retroalimentación le han permitido una producción de empatías que le procuran el suficiente entendimiento y respaldo para que, entre otras cosas, las próximas elecciones presidenciales que están siendo pautadas para el primer cuatrimestre del año (el 22 de abril) produzca verdadero pánico y desbandada en su contrapartida electoral.
Totalmente lo contrario le resulta a una oposición que por sus incomprensibles y erráticas posturas y decisiones, claramente impuestas desde el extranjero, tiene a buena parte de sus partidarios desmotivados y sumamente confundidos.
Las muy variadas y disparatadas formas cómo han pretendido salir del presidente Maduro, sin mencionar las perturbaciones mentales que hicieron uso en los tiempos del comandante Chávez, los ha mantenido en el más ridículo deshojar de margaritas. A cada estrafalaria ocurrencia que le imponen desde el Departamento de Estado gringo, le deviene una nueva y más frustrante decepción.
Como la patética manera como ahora pretenden negarse asistir a las próximas elecciones presidenciales cuando sólo unos meses antes lo reclamaban a patalear. La descarada pantomima que realizaron con el Diálogo, y que inocentemente entusiasmó y terminó en una nueva burla, son elementos que originan determinantes lecturas, de mucho significado y peso político para buena parte de los venezolanos que ven en estos tartufos lo más diametralmente ajeno a la admiración y el respeto que tanto requieren para su identificarlos con su confianza.
Seguramente este repentino frenazo amarillo lo provocó el horrorizado impacto y posterior cambio de actitud que la mayoría de los venezolanos tuvo y le provocó al ver con indignación cómo estos sujetos, solo por creer que el gobierno estaba próximo a caer, se dio a la maniática tarea de quemar vivos a venezolanos solo por parecer chavistas. Fueron 19 de los 23 que fueron incendiados vivos los que murieron producto de estas infernales quemaduras. Acaso no es ésta una razón de peso, una causa objetiva, subjetiva y racional suficiente para que la mayoría de los venezolanos carezca del más mínimo interés y motivo de acompañarlos electoralmente.
Quién en su sano juicio puede votar por alguien con este grado de perturbación y desequilibrio mental. Qué clase de país se estaría convirtiendo Venezuela de alcanzar éstos sujetos la presidencia de la República son preguntas que a diario son respondidas al ver que detrás de todo el infierno que tienen que padecer una parte importante de los venezolanos, se halla la mano de éstos y las sanciones económicas provenientes del extranjero y que ellos mismos provocan y auspician.