La ley y el orden

Poderoso caballero
Es don Dinero.

Francisco de Quevedo

Siglo XVIII

La humanidad está viviendo una transición que no sabemos cuánto va a durar ni hacia dónde nos va a llevar. Por ahora y muy probablemente por un buen rato más el bastón de mando del sistema capitalista mundializado con todas sus contradicciones seguirá en manos de la dupla capital/gobierno estadounidense.

Para visualizar por donde irán los tiros de esa dupla en los próximos años hay que seguirle la pista a quien tiene formalmente el poder y muy probablemente lo seguirá teniendo por un rato más, el presidente Donald Trump. Sin entrar en detalles, resulta bastante obvio que este polémico personaje empeñado en devolverle la "Grandeza a América" se ha dedicado a la tarea de rematar el desmontaje -iniciado abiertamente por Reagan y acelerado por G.W. Busch- de la gran farsa que contribuyó a consolidar el imperio estadounidense en el siglo XX. Pero que resulta inconveniente y muy onerosa en el XXI. Imaginemos el costo en recursos e imagen que implican: sostener una guerra en el tiempo, derrocar gobiernos, financiar gobernantes cipayos, reprimir movimientos sociales, evadir explicaciones, intervenir procesos electorales ajenos, cuestionar y dejar de financiar organismos internacionales, etc.

Para lograr ese desmontaje Trump cuenta con la hegemonía estadounidense aún vigente, con libertad para ejercer presiones de todo tipo, con la asimilación cuasi planetaria de la concepción del "progreso humano" como crecimiento y "desarrollo", con un gran poder tecnológico/militar y con una crisis global, elementos que facilitan apreciación de la imposición de la "ley y el orden", especialmente en los países y regiones que la cuestionan, como única vía para "salvar" al Planeta del caos.

En ese sentido, su reelección o la elección de Biden no van a modificar significativamente la política internacional de EEUU, menos aún sus relaciones con la gran nación latino-caribeña ni con Venezuela específicamente. Ambos candidatos representan los intereses de su pinche tirano: Don Dinero. Ambos están en la obligación de prolongarle la vida a un sistema en progresiva decadencia y de salvaguardar hasta donde sea posible el dominio de su país sobre el resto del mundo. Y cualquiera que se les atraviese, será considerado y tratado como un peligro para la seguridad de EEUU.

Afortunadamente una porción creciente de Pueblos hermanados en torno a causas nacionales y a un antiimperialismo lógico no nos hemos tragado el cuento y nos hemos propuesto liberarnos tanto de los mandantes del Norte como de sus cipayos locales. Una contribución inmediata a ello: seguir resistiendo los embates del Imperio y participar masivamente en la elección de los integrantes de la nueva AN.



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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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